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Vivienda

El sector de la vivienda podría cerrar el año con un déficit de 900.000 inmuebles

Más de 16.900 casas se sumarían a la cifras que ha divulgado el Gobierno.

La Habana

El sector de la vivienda en la Isla podría concluir el año con un déficit de 900.000 inmuebles, 16.950 más que la cifra divulgada por el Gobierno, de 883.050, según recoge la agencia Inter Press Service (IPS).

El profesor Fernando Martirena, experto en temas de vivienda de la Universidad Central Marta Abreu, de la central provincia de Santa Clara, dijo a IPS que la situación en Cuba al respecto es "cada vez más acuciante en muchos territorios del país, es muy complejo y debe ser analizado en su totalidad y con objetividad".

Desde los años 60 este sector ha sido objeto de varias leyes y decretos y casi dos centenares de regulaciones adicionales, sin embargo, el régimen ha sido incapaz de solucionar sus necesidades crecientes.

Martirena da como buenas las medidas tomadas por el Gobierno de Raúl Castro en 2010 y 2011. Para el académico, el Decreto 288 aprobado en noviembre de este último año figura "entre las reformas mejor recibidas por la población" que eliminó "la prohibición de comprar y vender inmuebles".

También se refiere a la autorización de "la venta liberada de materiales como cemento, áridos y bloques, que hasta entonces eran de asignación central o comercializados en pesos convertibles".

"El mercado del Ministerio del Comercio Interior (MINCIN) tiene precios 'liberados' y elimina la política anterior de subsidiar los materiales para asistir ahora a la población necesitada", explicó.

Según Martirena, "esa modalidad de subsidio para sectores más vulnerables ha ido avanzando en organización, y el pasado año favoreció a más de 30.000 familias".

Sin embargo, admitió que el abastecimiento de las tiendas estatales que comercializan los recursos necesarios para la construcción y mantenimiento de los inmuebles del sector privado suele ser "pobre e ineficiente".

Esa es justamente una queja recurrente entre personas que quieren construir por su cuenta o mantener y mejorar sus viviendas.

"El albañil me cobra lo justo. Pero casi siempre tengo que comprar los materiales en dólares o por la 'izquierda'", dijo a IPS, Ismael, un profesor de enseñanza primaria que pidió no dar su apellido y que recibe ayuda económica para remodelar su vivienda de un hermano que vive en el extranjero.

Otra protesta muy repetida en las redes sociales es que obtener un subsidio para construir conlleva muchos trámites y en diferentes oficinas, lo cual resulta "engorroso" y muy lento.

En la Isla el salario medio no rebasa el equivalente a los 30 dólares mensuales. A la asistencia solo pueden aspirar familias con necesidades y recursos insuficientes que no pueden trabajar por enfermedad, discapacidad o elevada edad y estar al cuidado de un enfermo. Para otorgarlo deben probar que su entrada mensual es inferior o igual al equivalente a 15 dólares.

En opinión del académico, entre las causas internas que favorecen la escasez de viviendas, "el sistema de subsidios de la población, principal vía de acceso a recursos financieros, todavía adolece de problemas en su implementación, que generan falta de ejecución e inmovilización de recursos y lentitud en las gestiones”.

Propone como una solución "la modernización y automatización del sistema bancario (para la concesión de créditos) y las tiendas especializadas de ventas de materiales", en un país a años luz en estos temas.

Esto lleva inversión, pero se paga en corto plazo, expuso el profesor oficialista, quien admite que "el déficit actual de viviendas continúa siendo muy alto".

Martirena está de acuerdo con que "la oferta de servicios constructivos a la población es insuficiente y complicada".

A su juicio, habría que "propiciar la creación de entidades del sector estatal o no estatal, que en condiciones de competencia puedan brindar sus servicios a la población general, con énfasis en la beneficiada por subsidios".

La culpa, del embargo y los huracanes

El académico de la universidad villaclareña culpa al embargo de EEUU y no a la gestión del régimen del poco crecimiento constructivo del país: "Limita las posibilidades de las principales compañías productoras de materiales de acceso a créditos y tecnología", lo cual hace que "se incumplan de forma casi crónica los planes de producción realizados".

"En esto, la producción de cemento es un tema clave, pero además la producción de áridos; ambas ramas dependen muy fuertemente de inyección de recursos externos", como piezas de repuesto y energía, entre otros insumos, mencionó.

Martirena afirmó además que el impacto del cambio climático, causante de "huracanes cada vez más fuertes y frecuentes", está cambiando el panorama.

Informes oficiales reportaron 158.554 casas dañadas por el paso del huracán Irma entre el 7 y el 10 de septiembre.

De ellas, 14.657 sufrieron derrumbes totales y 16.646 parciales. Otras 23.560 perdieron sus techos y 103.691 resultaron con daños parciales en sus cubiertas.

El Gobierno anunció a mediados de este año que desde 1990 hasta 2014 construyó 316.595 viviendas, con las cuales se han beneficiado 908.627 personas, en un esfuerzo que presenta significativo, pero muy lejos de dar solución a la tragedia habitacional en Cuba.

Solo en La Habana, con poco más de 2.100.000 habitantes, existe un déficit de 206.000 viviendas, seguido de la oriental Santiago de Cuba con 103.000, en un país con una población total de 11.200.000 personas.

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