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AGRICULTURA

Informe: Muchos terrenos agrícolas cubanos están ociosos y la producción languidece

A pesar de ligeros aumentos en la producción de algunos alimentos respecto a 2015, todavía no se puede cubrir el consumo nacional.

La Habana

Más de la mitad de la tierra cultivable de Cuba permanece ociosa casi una década después de que el Gobierno se comprometiera a cultivarla, mientras la producción languidece, según un informe gubernamental citado por Reuters.

El informe difundido durante este fin de semana por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONEI) indicó solo una leve mejora en 2016 con respecto al año anterior.

El Estado posee el 80% de la tierra y alquila la mayor parte de ella a agricultores y cooperativas. El resto, un 20%, es propiedad de agricultores, familias y cooperativas.

A pesar del arrendamiento de pequeñas parcelas de tierra a unos 200.000 agricultores durante la última década, el informe precisó que solo 2,7 millones de hectáreas (6,7 millones de acres) de los 6,2 millones de hectáreas disponibles están cultivadas.

Según apunta Reuters, el Gobierno cubano a menudo culpa por el pobre uso de la tierra y la baja producción al mal tiempo, a la falta de mano de obra y de capital, mientras que los críticos señalan que es debido a la falta de propiedad privada y de inversión extranjera, así como a la infraestructura desvencijada y la burocracia al estilo "soviético".

El general Raúl Castro inició el arrendamiento de tierras, descentralizando la toma de decisiones e introduciendo mecanismos de mercado en el sector. Pero el Estado ha retrocedido en varias de estas reformas, entre otras cosas por medidas como la fijación de precios y el control de la mayor parte de la distribución.

Cuba importa más del 60% de los alimentos que consume a un costo de alrededor de 2.000 millones de dólares anuales, principalmente cereales y granos a granel (como arroz, maíz, soja y frijoles), así como leche en polvo y pollo.

El año pasado, 232 millones de dólares de las importaciones vinieron de los Estados Unidos bajo una excepción al embargo comercial que permite las ventas agrícolas en efectivo.

El país no produce trigo ni soja, aunque se están realizando experimentos para producir este último. Durante la última década, el Gobierno ha invertido millones de dólares en maíz, arroz, frijoles, carne y producción de leche con la esperanza de reducir las importaciones, pero con poco éxito.

La producción de arroz no procesado fue de 514.000 toneladas en 2016, un aumento de más del 20% con respecto al año anterior. Pero esa cifra, que representa apenas un tercio del consumo nacional, apenas sobrepasó las 436.000 toneladas reportadas en 2008 y fue menos de las 642.000 producidas hace cinco años.

Los frijoles pesaron 137.000 toneladas, un aumento de más del 15% con respecto al año anterior y en comparación con 117.000 en 2012, pero poco cambió de la cifra de 127.000 toneladas de 2008.

El maíz, con 404.000 toneladas el año pasado, subió un 10% respecto a 2015, pero solo cubrió un tercio del consumo nacional.

La producción de cerdo y vacuno ha aumentado, mientras que la producción de leche, pollo y huevos se ha estancado, según el informe de la ONEI.

Los cultivos de exportación, desde el café y los cítricos hasta el tabaco y la caña de azúcar, no han aumentado significativamente y, en algunos casos, han disminuido.

El tonelaje de hortalizas de raíz y hortalizas ha mejorado un 15% en el decenio y alcanzó los 5,3 millones de toneladas el año pasado, un aumento de 200.000 toneladas.

Los plátanos de fruta y de vianda aumentaron un 15%, llegando a un millón de toneladas en 2016, en comparación con un promedio de alrededor de 850.000 toneladas a lo largo de la década.

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