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Emigración

Matamoros, el nuevo punto de México donde los cubanos esperan para cruzar a EEUU

Son más de 200 que viven en carpas frente al puente internacional que conduce a Brownsville, Texas.

Ciudad de México

Algo más de 200 cubanos se concentran en Matamoros, Tamaulipas, con la intención de cruzar a EEUU como parte de la nueva oleada migratoria, muy a pesar de las advertencias de Washington en cuanto a un cierre total de la frontera con México.

Viven en carpas frente al puente internacional, una de las tres vías que conducen a Brownsville, la ciudad más meridional del estado de Texas, a la espera de su turno en una lista para pedir asilo político a las autoridades de EEUU.

"La situación es tétrica, mujeres, niños, mujeres embarazadas. Gracias a la iglesia sobrevivimos," dijo Frank Silveira a Radio Televisión Martí.

Silveira salió de Cuba a Guyana el 15 de septiembre de 2018 y recorrió ocho países antes de llegar a su destino.

Migrantes centroamericanos acompañan a los cubanos en la zona donde se acumulan unos 600 extranjeros. A esto se suman decenas que también se han concentrado en los otros dos conectores de Matamoros, el llamado Puente Viejo y el Puente de los Tomates.

"Para el aseo vamos a un río cercano (Río Grande) y para las necesidades, a los matorrales circundantes", comentó. "Son condiciones infrahumanas".

La empatía de los lugareños hace más llevadera la estancia en el cruce internacional.

"La Iglesia y otras instituciones independientes proveen desayuno, almuerzo y comida. A veces traen golosinas y juguetes para los niños y algo de ropa", dijo.

Silveira aseguró tener antecedentes como opositor en la isla. "Milité en la Coalición Central Opositora y luego en la Unión Patriótica de Cuba, en la región central de Cuba".

Pero los días pasan y el llamado de avance hacia el punto de inspección migratoria estadounidense, el umbral del potencial ingreso a territorio estadounidense, no llega.

"Hay días que no llaman a nadie. No dan información", aseguró.

El grupo que sobrevive en esas condiciones son los "sin dinero", que carecen de recursos para pagar habitaciones en los hoteles cercanos.

"Hay más cubanos en los hoteles, la mayoría recibe dinero de sus familiares en EEUU", explicó.

Su compañero de infortunio es Yuniesky Oliver, un excustodio de la Dirección de Cárceles y Prisiones, del Ministerio del Interior (MININT) cubano. A esa dependencia llegó como recluta del Servicio Militar.

"Me dediqué a ingresar clandestinamente medicamentos y alimentos para los presos políticos que me daban sus familiares," dijo el Oliver, que estuvo destacado en la prisión provincial de Villa Clara.

"Designaron a un agente de la Seguridad del Estado para que me vigilara, y yo seguí en mi actividad. Me castigaron y me trasladaron a Manacas", contó el exrecluta, que calificó de inhumano e indigno el trato que recibían los reos.

"Pedían pastillas y no se las daban, maltrataban sobre todo a los sancionados por causas políticas", recordó Oliver, que laboró en la referida dirección del 2002 al 2003 y que salió hacia Guyana hace año y medio.

"Me castigaron y me enjuiciaron ante un Tribunal de Honor y me amenazaron con reclusión y expulsión deshonrosa del MININT. Fue ahí cuando pedí la baja", aseguró.

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