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Vivienda

El Gobierno tiene en 'zona de duda' a cubanos damnificados del tornado

Son casos como el de Sol Yamilé Sergrañe Machado, afectados por desastres anteriores.

La Habana

Sol Yamilé Sergrañe Machado es una damnificada del tornado que devastó varias zonas de La Habana el pasado 27 de enero, pero las autoridades responsables del barrio Las Delicias, en San Miguel del Padrón, donde reside, no lo quieran reconocer como tal.

Su caso, como el de otras personas que residen en barrios que el tornado arrasó, ha caído en una especie de "zona de duda" para el Gobierno, pues ya era damnificada del paso del ciclón Irma en 2017 y los funcionarios consideran difícil discernir entre los daños antiguos y los recientes.

Sol Yamilé está entre esos cubanos ante los cuales el Gobierno esconde su mano, pero fija sus ojos para criticar exabruptos, cualquier explosión de temperamento cuando el afectado ya no puede más.

A Sol Yamilé la miran mal, en concreto, por relatar su situación a DIARIO DE CUBA. Desde que lo hizo, los materiales prometidos le han sido escamoteados. A esto le ha seguido el maltrato verbal por parte de un funcionario del Poder Popular, Roberto Proenza.

"Aquí vienen personas a venderme materiales. Yo no entiendo. Voy a Vivienda y me dicen que todavía no hay nada, pero aquí ha venido gente tres veces a venderme materiales: la teja a 25CUC y el saco doble de cemento a 15CUC. Yo no tengo para comprar eso. Si tuviera, no molestaría a este Gobierno, porque todo es una mentira", se queja.

Su vivienda perdió gran parte del techo durante el tornado. El resto presenta un serio estado de deterioro y amenaza con desplomarse. Ante esta situación, a Yamilé le es imposible alejarse de su casa, en un proceso que ya se extiende por más de un mes.

"Tú sabes que este barrio es difícil con el tema de los robos. Yo no puedo salir a trabajar, ni a luchar porque cualquiera se me cuela por el techo y me deja sin lo poquito que me queda".

La situación de Yamilé se agrava con la presencia de su hija adoptiva, de 11 años de edad, que presenta un ligero retraso en el aprendizaje.

"A mi niña la están atendiendo el psiquiatra y el psicólogo. Desde el tornado yo estoy mal de los nervios y me querían ingresar en psiquiatría, pero por no dejarla sola estoy aquí resistiendo, tomando medicamentos. Ahora prácticamente dependo de la ayuda de los vecinos", confiesa visiblemente afectada.

Las condiciones de la vivienda de esta cubana se combinan, fuera, con una calle totalmente destruida, atravesada por un arroyuelo de aguas albañales.

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