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Sociedad

La televisión cubana declara reparado el emblemático edificio Sarrá, aunque las obras siguen

Cobijará a 36 familias, según el reporte, pero no está claro si se trata de sus antiguos habitantes.

La Habana

El edificio Sarrá (también conocido por 23 y 12), célebre por estar en el lugar donde se proclamó carácter socialista de la Revolución cubana, permaneció aislado con una tapia metálica desde marzo de 2012, cuando se produjo el desplome de sus escaleras y las 38 familias que residían en él fueron evacuadas en una aparatosa maniobra de bomberos y rescatistas.

Los damnificados pernoctaron en el cine Chaplin hasta que fueron albergados en otros municipios capitalinos. Desde entonces brigadas de constructores remodelaban el inmueble.

El pasado domingo 15 de abril, el noticiero estelar de la televisión anunció la terminación de la obra y, según el jefe de la brigada encargada de las reparaciones, "fueron restaurados los entrepisos y sustituidos la totalidad de los sistemas hidrosanitario y eléctrico", destacándose a ojos vistas la colocación de balaustradas de hormigón en las portezuelas exteriores, para sustituir los balcones, demolidos con anterioridad por amenaza de desplome.

En su reporte, la televisión añadió que el edificio cobijará a 36 familias, pero no aclaró si los antiguos residentes retornarán a sus apartamentos. Aseveró además, que en la planta baja, donde existió una cafetería y después una galería de arte, instalarán otra exposición dedicada al legado del difunto Fidel Castro.

Lo chocante es que, después del anuncio de la terminación, en la mañana del 16 de abril ―día de la conmemoración del 57 aniversario de la proclamación del carácter socialista de la Revolución cubana― comprobamos en situ, que los únicos trabajos concluidos fueron el bruñido de la tarja conmemorativa, así como la pintura de las fachadas exteriores. Los constructores, entretanto, se esforzaban maratónicamente en aplicar el maquillaje de "terminación", puesto que a las 7:00pm se celebraría el acto político-cultural por la efeméride.

Fueron visibles los atropellos. Por una parte, pintaban los canteros al mismo tiempo que echaban tierra y encajaban las plantas ornamentales, igualmente daban "cabezazos" cuando abrillantaban los pisos con máquinas pulidoras, pintaban paredes y barandas, o hacían labores de albañilería, simultáneamente.

Alguien alertó sobre una chapuza en un parche de cemento y otro respondió: "no importa, eso no se ve desde un avión". Hubo música, cañangazos de ron y, mientras uno trabajaba, diez miraban.

En los siguientes días, 17 y 18 de abril, pudo constatarse que las labores continuaban en los interiores del edificio, mientras camiones de áridos y otros materiales, como ventanales y marqueterías de aluminio, esperaban por su descarga.

Lo real y maravilloso de la historia es que el edificio Sarrá está condenado al desplome y existe un dictamen técnico anterior al año 2012 que lo clasifica de inhabitable. Según especialistas que solicitaron el anonimato, su estructura de paredes de carga y cubiertas de vigas y losas comenzó un proceso de deterioro imparable. Se agrega a las preocupaciones, la calidad de la remodelación, cuestionada por la baja calificación de los constructores, el recurrente desvío de recursos y la mencionada premura.

"Lo más recomendable es demoler y conservar algunos segmentos de paredes, para luego, en su lugar, construir un nuevo edificio con técnicas de restauración y modernización como las empleadas en el Centro Histórico" de La Habana, apuntó uno de los especialistas consultados.

Ante la obstinación ideológica por mantener en pie el edificio Sarrá —el Nº 518 de la calle 12— el especialista opinó que este "continuará siendo apuntalado a toda costa, puesto que, de derrumbarse, parecería una versión cubana del Muro de Berlín".

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