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Emigración

'Me esperan días malos, muy malos. Esto es por la familia'

Pese a las historias de los varados en México, los cubanos siguen cruzando la selva del Darién e intentando llegar a EEUU.

Turbo
De Cuba a Guyana, pasando por Brasil, Perú, Ecuador y Colombia, para enfrentarse a la peligrosa selva del Darién. DDC TV
Emigrantes cubanos en Necoclí, Colombia.
Emigrantes cubanos en Necoclí, Colombia. DDC

Siguen emigrando. A los cubanos no parece importarles enfrentarse a la peligrosa "Ruta de Muerte" en la selva del Darién, a los maltratos en México y a los meses de espera de un permiso que les permita llegar a la frontera con Estados Unidos. "La muerte también es una opción de libertad", es una frase que he escuchado decir a varios que están en el camino.

Según datos aportados por empleados de los muelles turísticos de las localidades portuarias colombianas de Turbo y Necoclí, en 2019 han salido 3.216 cubanos rumbo a Capurganá, poblado fronterizo con Panamá. Hoy, la gran mayoría de ellos está varada en México y su futuro es incierto.

DIARIO DE CUBA despidió a tres de esos cubanos en su salida desde Necoclí hacia la frontera con Panamá. Como muchos otros emigrantes de la Isla, antes de iniciar ese peligroso camino dijeron que "volver para Cuba no es una opción".

Arrinconados en una esquina, frente a las playas de Necoclí, tres hombres y dos mujeres esperaban pensativos su salida en barco. Inicialmente, se mostraron reacios a entablar conversación, pero apenas me identifique como periodista de DIARIO DE CUBA se pararon y me abrazaron.

Habían salido en marzo de 2019 de La Habana, ingresaron al área continental por Georgetown, Guyana; desde ahí viajaron a Boa Vista, Brasil; luego, en autobús, hasta Manaos, donde tomaron un barco hasta la localidad fronteriza peruana de Tabatinga. Despues, se trasladaron a Quito, Ecuador, para ingresar a Colombia por Puerto Hormiga.

En Colombia pasaron por Cali y posteriormente por Medellín para subir al autobús que los llevó Necoclí. En total, 8.207 kilómetros han recorrido estos cubanos.

La mirada perdida y el movimiento errático de las manos, delatan la fuerte angustia de Lázara Esther Fernández Ortiz. Esta cienfueguera salió de Cuba hace ocho meses y se queja del desprecio sufrido en los cinco países que ha atravesado.

"Solo por ser cubanos nos hacen un lado, nos tratan mal. Somos emigrantes, pero somos seres humanos", dice. Ha tenido que cruzar las fronteras de forma irregular, ya que su pasaporte cubano no le permite entrar sin visa.

Por no tener "un cuño en el pasaporte", le ha tocado pagar sobreprecios en los diferentes trayectos de su viaje.

Pone como ejemplo lo vivido en Necoclí. Allí pagó 50 dólares por el trayecto hasta Capurganá, que a otros emigrantes les cuesta 35 dólares.

Desde Necoclí a los migrantes en general los envían en lanchas diferentes a los turistas y con sobreprecio: por el mismo trayecto que un turista paga 20 dólares, a un migrante le cobran 35.

No es igual en el puerto de Turbo, desde donde salen varias lanchas diarias con destino a Capurganá. Allí las empresas transportadoras cobran 20 dólares a todos.

"Me esperan días malos, muy malos", dice Lázara Esther. "Esto es por la familia que está Cuba, que está viviendo muy mal".

Dice que sueña con volver algún día a la Isla de visita, y que su meta es trabajar duro para ayudar a su familia. Afirma que salió de Cuba por no estar de acuerdo con "la dictadura castrista", por la falta de desarrollo, de economía estable y de bienestar para el pueblo cubano".

"Mientras sean los Castro, cada día Cuba estará peor", sentencia la emigrante.

Luis Enrique Hernández Jerez es otro cubano listo para cruzar el Tapón del Darién. Salió de Holguín en busca del "sueño americano". Sabe que será difícil llegar a Estados Unidos. Por ello, su meta es México y esperar allí, como miles de compatriotas, poder ingresar al país del norte y reunirse con familiares que han emigrado años atrás.

Alexis Amarante, el tercer cubano de este grupo, es de Cienfuegos. Dice que durante el tránsito por cinco países le ha tocado huir de la Policía, sobre todo para evitar que le exijan dinero.

"En todas las fronteras la Policía nos ha pedido dinero", relata.

Hoy, los tres cubanos están cruzando selva del Darién. Saben que el territorio está plagado de ladrones, paramilitares, guerrilla y bandas criminales.

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