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Sociedad

El Parque Lenin, muy lejos de lo que un día fue

Muchas instalaciones están cubiertas de maleza. En el parque de diversiones varios aparatos no funcionan por roturas, y no hay esperanza de arreglos.

La Habana

A 100 años del triunfo de la Revolución de Octubre, el parque habanero que lleva el nombre de su líder, Vladimir Ilich Lenin, está en franca decadencia.

En sus inicios y mientras duró el campo socialista el Parque Lenin fue un complejo que brindaba múltiples posibilidades de esparcimiento a las familias cubanas. Tenía piscinas, una presa, alquiler de caballos y ponis, áreas de acampada, un acuario, varios restaurantes y un parque de diversiones.

Hoy, la mayoría de esas instalaciones están olvidadas y cubiertas por la maleza.

El parque de diversiones subsiste a duras penas, con más de la mitad de sus atracciones rotas y sin esperanzas de arreglo.

La montaña rusa y el hidrodeslizador, los aparatos que fueron populares entre muchos niños cubanos, no funcionan desde hace años.

"La montaña rusa intentaron arreglarla hace casi dos años, pero inexplicablemente ordenaron que pararan el trabajo", comenta un empleado de mantenimiento de la instalación. "Empezamos a pintarla y luego no se hizo más nada. Y estamos hablando del equipo con mayor demanda del público que viene aquí".

El hidrodeslizador ni siquiera ha estado en planes de reparación.

"Ya fue olvidado", sentencia el mismo trabajador. "Cada cierto tiempo tememos que secar el estanque, porque el agua de lluvia acumulada crea grandes plagas de mosquitos. Pero eso tampoco parece tener solución".

Están rotos, además, el Elefante, el Coco Bote, la Casa de Pelotas, el Carrusel, los Caballitos de Mar, el Dragón Bu. Todos tienen desperfectos mecánicos que no puede resolver el equipo de mantenimiento de la instalación sin una inversión que no se realiza y nadie sabe siquiera si está planificada.

Los tickes de entrada al parque cuestan seis pesos (moneda nacional) para los adultos y tres para los niños, pero no pueden ser devueltos si se presentan contratiempos. Si llueve o se rompe un equipo, lo que le queda a los usuarios es guardarlos para su próxima visita.

Dentro del parque de diversiones solamente hay dos lugares donde se venden comidas, mientras que en las cafeterías nada más se puede hallar refresco, paquetes de caramelos o africanas.

Los dos ranchones existentes tienen una única oferta: pollo frito. La heladería es otra de las opciones, pero con largas colas y lento servicio.

"Hacía años no venía, pero esto está hecho un desastre. Prácticamente no venden nada de comer y hoy es domingo", comenta una madre que llevó a sus dos hijos.

La mejor oferta del Parque Lenin hoy está en el Club Ecuestre. Este cuenta con una escuela de equitación, dos bares con restaurantes y parrilladas, un área para realizar picnic, un parque infantil, equinoterapias y ponis, tienda de aditamentos para equinos y una zona de competencias. También se mantienen los alquileres de caballos para realizar paseos por la instalación, al precio de unos 12CUC por hora.

Sin embargo, esta es una oferta prohibitiva para la mayoría de los nacionales. Solo algunos cubanos pueden acceder al servicio, cuyos principales clientes son los turistas extranjeros.

Para el cubano promedio, lo único que queda asequible en el Parque Lenin es la naturaleza, que no se cobra ni necesita inversiones. Por eso, muchas familias continúan quedándose en las afueras del parque, realizando su propio picnic. Llevan los alimentos y bebidas de sus casas y disfrutan del aire libre.

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