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Trata de Personas

Al menos 20 cubanas han sido explotadas sexualmente en Uruguay en 2018

Una ONG que intenta ayudar a víctimas de este flagelo ha escuchado el testimonio de las que han logrado escapar.

Montevideo

Al menos una veintena de mujeres cubanas han sido víctimas de explotación sexual en Uruguay en lo que va de 2018. Según testimonios que recoge la Asociación Civil El Paso, citados por Martí Noticias, todas han llegan a la nación suramericana con la promesa de acceder a trabajos bien remunerados a los que no tienen acceso en la Isla.

Al entrar a Uruguay estas personas son explotadas en servicios domésticos, actividades agrícolas que otros no desean realizar y en la prostitución, encerradas en habitaciones controladas por sus proxenetas.

Las que han podido escapar de la situación han contado su odisea a la organización no gubernamental especializada en asistir a víctimas de trata sexual.

"Normalmente les dicen que van a ir a trabajar a un país donde hay muchas opciones de trabajo y con muy buenos salarios. Les dicen que es un país con acceso a la educación, al sistema de salud gratuito, cosa que es real, igual que los salarios acá no son malos. Lo que pasa es que nosotros tenemos un coste de vida muy alto, y ahí es donde está el engaño", dijo Sandra Perroni en entrevista con Radio Martí.

Según Perroni, coordinadora del departamento de Atención para víctimas de trata de El Paso, no hay cifras exactas de las cubanas que han arribado a Uruguay a manos de estas redes y han sido o continúan siendo explotadas.

Hasta el momento una veintena, cuyas identidades permanecen bajo anonimato, han sido recibidas por su organización, mientras que suman cientos las cubanas que han sido rescatadas en Ecuador, Italia, Costa Rica, EEUU y otros países.

A Uruguay suelen entrar por su frontera con Brasil, provenientes de Surinam o Guyana.

"Una ruta que se ha establecido, hay varias mujeres que han transitado esa ruta, con muchísima violencia, situaciones de violaciones de derechos humanos, prohibiciones de alimento, pedidos de dinero para ir haciendo los distintos tramos de la ruta. Con mucha angustia lo viven estas mujeres", denunció la especialista.

El trabajo de esta mujer es apoyar a las víctimas para que se sobrepongan a la angustiosa experiencia y puedan reinsertarse en la sociedad.

Muchas veces los miembros de las redes criminales las obligan a solicitar refugio en el país, para así dotarlas de una célula de identificación y un estatus legal de manera inmediata.

Por esta razón la ONG plantea que no solo sufren el tráfico humano, "sino que es una situación de trata de personas".

"Luego que están dentro de nuestro país, estas organizaciones ilegales siguen el contacto con estas víctimas y les siguen indicando cuáles son los pasos que tienen que seguir. Son trasladadas a determinados lugares que pueden ser la capital o pequeños pueblos del interior, que muy pocas personas del exterior conocen, donde son explotadas tanto en servicio doméstico, tareas de cuidado, en el sector agrícola o en la explotación sexual", dijo.

"No saben cuáles van a ser las condiciones cuando llegan acá. Incluso hemos tenido casos donde el proxeneta o el que veja a estas mujeres, las lleva y las trae y las encierra en una habitación con llave. Pueden pasar situaciones bastante difíciles y aprovechándose de que ellas no conocen y no tienen un manejo para salir al exterior", aseguró Perroni.

La activista describió la afluencia de personas cubanas en los últimos años como "bastante intensa" y la enmarcó "dentro de toda una emigración que surgió con lo que se llama 'el deshielo cubano'". Tras esta movilidad de personas y hay redes criminales que se aprovechan.

La sede de la asociación está en la capital, Montevideo, pero sus activistas se desplazan a cualquier región del país donde se reporten víctimas que urjan de ayuda, sobre todo casos de abusos sexuales, que es su especialidad. Sin embargo, no cuentan con recursos para atender todas las necesidades.

La activista lamento que son procesos largos de acompañamiento, y a vecesla ONG no puede dar "ingreso a todas las personas que lo solicitan".

El propósito de la organización es que las víctimas de estos maltratos puedan regularizar su situación migratoria en Uruguay y a la vez "encaminarse a reconstruir sus vidas en el camino que ellas elijan", aseveró.

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