Back to top
Poesía

Renoir

'Esas manchas lacustres, tus soles de bodega,/ deslizándose lentas, a paso de tortuga,/ son el polvo de abejas de la coloratura/ soplado en las orejas de una lechuga fresca.'

Hollywood

 

Estuviste muy cerca de pintar el retrato
de un ser que de tu ausencia hizo anfibologías,
un ser que constituye la brújula y la sombra
de animales cansados y de muchachas rubias.

La pincelada escarda y al mismo tiempo turba
la paz de los asuntos tejidos en la tela.
Tejedora profunda: la pintura es cautela,
una chispa que rompe la primavera pura.

Abandonados lagos y opuestos precipicios,
una fiesta en el río que reculó dos veces,
los mismos comensales y el becerro en las mieses,
en la rosa hay gusanos y nuevos orificios.

Las negras veladuras de copiosos velámenes
que absorbieron colores de un copón matizado
cubren de azul las pieles y los pechos rosados
antes que el cielo caiga y el labio se oscurezca.

Traes la mancha a la escuela de los impresionistas,
moteada por la sombra de un bello camarada
que tocaba corneta hundiéndose una rosa
en las grandes solapas y en la carne agotada.

Esas manchas lacustres, tus soles de bodega,
deslizándose lentas, a paso de tortuga,
son el polvo de abejas de la coloratura
soplado en las orejas de una lechuga fresca.

Renoir, de tus princesas enjoyadas e ilusas
sale un agrio perfume de cloacas caseras.
¡Quien pudiera negarte, refutar la pintura,
alquilado Sainte-Beuve de las salas burguesas!

 


Néstor Díaz de Villegas nació en Cumanayagua, en 1956. Sus últimos libros de poemas publicados son Cuna del pintor desconocido (Aduana Vieja, Valencia, 2011) y Che en Miami (Aduana Vieja, Valencia, 2012). Este poema pertenece a un libro inédito.

Sin comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.