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Televisión

Eduardo del Llano: 'Excomulgar artistas es toda una noble tradición de la cultura cubana'

El cineasta denuncia la censura que mantiene el ICRT sobre su persona y cuenta su última experiencia con el programa 'Vivir del cuento'.

La Habana

El cineasta Eduardo del Llano denunció la censura que mantienen sobre su persona "las Altas Esferas Televisivas" del estatal ICRT al dejar fuera y sin explicaciones un episodio que había escrito para el popular programa Vivir del cuento.

En un mensaje publicado en redes sociales y blogs de otras figuras del medio, Del Llano cuenta sobre varios contactos que mantuvo con el equipo del espacio humorístico, el último de ellos el verano pasado.

"Mira, le dije al director, mi experiencia con la televisión no ha sido buena, pero Vivir del cuento me gusta y los actores son mis socios, así que voy a empezar enseguida. Eso sí, antes debo advertirte que otro director de cine y TV (llamémoslo C) me entrevistó en junio de 2015 para un programa veraniego que tenía, y nada más salir le quitaron el programa —es decir, no solo esa emisión concreta, sino que le cancelaron el espacio— y le advirtieron que yo estaba prohibido en la televisión".

Según explica el cineasta, el director de Vivir del cuento, a quien llama N, le dijo que "ná, que eso ya no era así", que no se preocupara y "empezara a trabajar".

"Un mes y pico más tarde, en septiembre, el director N y otro escritor del programa me llamaron entusiasmados para hacerme saber cuánto les había gustado un episodio que les presenté, y que lo iban a filmar en octubre, junto a otros tres de diferentes autores (…)", cuenta Del Llano.

Sin embargo, dice que "a mediados de octubre se puso malo el dado" y N le contó, "entristecido y apenadísimo", que él "tenía razón desde el principio: de arriba habían aceptado los otros tres programas", pero no el suyo, "sin explicar por qué".

No obstante, Del Llano envió otro trabajo que recién había terminado.

"Quiero aclarar que con los episodios entregados no intenté de ninguna manera ser más agresivo que nadie: mantenía el tono habitual de sátira social de Vivir del cuento, pero no trataba de ser particularmente duro. El director N, y otros miembros del equipo con que hablé más tarde, están convencidos de que la cosa es conmigo, que lo que se censura no es un trabajo concreto sino a mi persona", precisa.

Critica que no se trate de desautorizar un contenido específico, que también considera "discutible", sino que "se decide excluir a un creador a partir de un argumento ad hominem", por lo cual interpreta que seguirán censurándolo "aunque escriba Tía Tata cuenta cuentos".

Del Llano ironiza que "excomulgar artistas es toda una noble tradición de la cultura cubana, en especial de la pequeñísima pantalla" y pone el ejemplo de "cierto crítico de cine que conducía un espacio habitual", sin mencionar nombre, quien "hace poco se enfrentó en un debate a alguien de arriba".

"Como resultado —puntualiza—, no puede volver a salir en la televisión, y no solo eso, sino que una docena de programas ya grabados con él no se exhibirán, lo que significa, entre otras cosas, dinero tirado a la basura".

En opinión del cineasta, quien dice tener relaciones "razonables y de mutuo respeto" con el Instituto del Libro, el Centro Promotor del Humor, incluso el ICAIC, "la excomunión, el ucase en su contra se emitió en tiempos del anterior presidente del ICRT, y sigue en vigor a pesar de que el organismo luzca presidente nuevo".

"Vivir del cuento me gusta, es un reto interesante y muchos en el equipo son amigos míos. El punto es, sin embargo, que de un plumazo los de arriba me lo quitan, contra el deseo expreso de los artistas y técnicos que me llamaron a trabajar con ellos, sin importarles cómo quedo, sin explicaciones al equipo o a mí, sin que nadie dé la cara y me diga por qué me condenaron en primer lugar", lamenta Del Llano.

"Claro que, sin mucha dificultad, puedo imaginar a algún funcionario de esa casta de infelices que cree que los artistas deben ser mansitos e incondicionales (como diría mi socio Frank Delgado, otro veterano en estas lides) reuniendo a los directores o pasándoles un mensaje para advertirles quiénes son los apestados que se llevan en esta temporada", condena.

"¿Querrán dejarme sin opciones, forzarme a emigrar? Ni pinga. Que se vayan ellos", concluye tajante.

Por el guion de La película de Ana, Del Llano ganó en 2012 el Premio Coral del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.

Ha publicado, entre otros libros, Los viajes de Nicanor (cuentos, 2000), Sex Machine (2009), Cuarantena (2012), Herejía (2012) y más recientemente Omega 3 (2016); con este mismo título tiene un largometraje de ficción producido en 2014.

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