Back to top
Sociedad

¿Por qué la 'revolucionaria' Policía de Cuba se identifica con una insignia norteamericana?

El empleo de símbolos y emblemas de tipo militar se remonta a la antigüedad.

Miami

La del título es una buena pregunta para que la responda el General de Brigada Jesús Becerra Morciego, jefe de la Dirección General de la PNR. Pero imagino que a ese señor quizás le sorprenda tanto como a cualquier hijo de cubano.

Veamos el asunto por partes, y con un poco de historia primero.

El empleo de símbolos y emblemas de tipo militar se remonta a la antigüedad. Durante el Imperio Romano se estandarizaron diferentes atributos que identificaban las jerarquías en el ejército imperial. Con la evolución de estos elementos, posteriormente se transitó hacia el desarrollo de la heráldica en la Edad Media, mientras que el concepto de uniforme militar apareció a finales del siglo XVIII con las primeras legislaciones que regularon su uso en los ejércitos de la época. La policía, tal como la entendemos hoy, comenzó con la promulgación del Metropolitan Police Act 1829, que organizó la Policía Metropolitana de Londres y cuyo modelo se extendió luego al resto del mundo.

En Cuba, desde el siglo XIX existieron cuerpos encargados de velar por el orden público, como la Policía Urbana o la Guardia Civil. Al nacer la República en 1902 se procedió a la organización y desarrollo de la primera Policía Nacional, pero con el terremoto político de 1959 se volvió a reinterpretar el origen de la institución. Entonces se creó la llamada Policía Nacional Revolucionaria, a la que se trató de distanciar de su predecesora a partir del mismo inicio de la Revolución.

El primer cambio fue modificar el color de los uniformes. Del azul mezclilla, clásico del vestuario policial republicano, se pasó a una combinación verde olivo-beige. Pero en 1961 la PNR perdió su independencia orgánica por Decreto y quedó fundida, como un apéndice, bajo los tentáculos del temible, y recién formado, Ministerio del Interior. Fue un profundo reajuste que también influyó en el vestuario y la simbología policiaca, tornándolos tan insípidos y monótonos como el propio realismo socialista. Sin embargo, a comienzos de la década del 80, y en una inexplicable "decisión estética", las autoridades se desprendieron del soso verde olivo de los uniformes para revitalizarlos con el añejo azul de la policía de la República.

Pero, ¿cómo y en qué momento el emblema (badge) del Departamento de la Policía de Dallas, Texas, fue a dar a la actual gorra de servicio del uniforme de la Policía Nacional Revolucionaria?

Esta parte de la historia comenzó alrededor del año 2000, pero tuvo su antecedente en la década del 90. Por aquel entonces, toda la parafernalia soviética que se había impuesto desde mediados de los años 70 en los uniformes militares cubanos comenzó a desaparecer tras la caída de la URSS. Charreteras, estrellas y emblemas de estilo ruso fueron reemplazadas por las tradicionales insignias pre-revolucionarias en el vestuario de las FAR, la MGR y el MININT. Con estas transformaciones, el modelo de gorra flexible, que ya usaba la policía en ese momento, se renovó a un perfil más beisbolero, lo que permitió utilizar su amplia pieza frontal para estampar la divisa del cuerpo. Fue en este misterioso instante que, salvo mínimas variaciones en algunos detalles, una copia exacta del susodicho escudo policial tejano comenzó a adornar la gorra de la PNR.

Más de 15 años después es imposible saber a quién se le ocurrió semejante idea, qué diseñador plagió el boceto o qué jefe dio la autorización para que se reglamentara en los uniformes. ¿Acaso se trató de un acto de analfabetismo iconográfico? ¿Un síntoma de holgazanería intelectual? ¿Una maniobra de protesta subliminal? Quién sabe, tal vez solo fue un pequeño homenaje a las películas de cowboys de algún militante frustrado, incapaz de encontrar otro medio donde expresar públicamente su admiración por los westerns.

Para quienes nos interesamos en la investigación uniformológica, estos pormenores siempre reclaman atención, toda vez que ayudan a entender la historia la indumentaria militar de cualquier país o ejército. Por ejemplo, es común que algunas fuerzas armadas compartan parte de su simbología. Es el caso de los ejércitos canadiense o australiano, cuyas insignias tienen una similitud extraordinaria con el británico. Lo mismo les sucede a varias naciones de África con Francia, o a las exrepúblicas soviéticas de Asia central con Rusia. Sin embargo, en todos ellos existen patrones de lazos coloniales, de vínculos geográficos o nexos políticos, que propiciaron esa analogía. Pero, ¿alguien puede explicar qué tipo de proximidad tienen el Departamento de Policía de Dallas con la "socialista y revolucionaria" PNR del régimen cubano?

Es totalmente risible, y absolutamente ridículo, que una de las instituciones castrenses más representativas del Gobierno que se declara archienemigo del "imperio norteamericano", decore los uniformes de sus policías con una insignia plagiada a la policía de su adversario. Es como si los extremistas norcoreanos pegaran el águila calva de los marines en sus trajes o los terroristas islámicos de ISIS colgaran crucifijos en sus cuellos. Absurdo total.

Sin embargo, qué más puede esperarse, si la imposición de símbolos para ser venerados ciegamente y sin cuestionamientos es la norma de estos sistemas totalitarios. Obsérvese si no como la propaganda oficialista promueve la figura alegórica de su Máximo Jefe con gorra verde olivo, tal cual parábola del líder guerrero. Ni siquiera se imaginan que lo que Castro llevó en su cabeza toda la vida fue una reproducción del M1951 Field Cap, un modelo de Patrol Cap diseñada por los norteamericanos durante la Guerra de Corea y que todavía hoy se mantiene vigente en el uniforme reglamentario del US Army; o sea, una pieza clásica del atuendo de los soldados del "ejército imperial yanki" es glorificado en Cuba como si se tratara de un auténtico ícono de origen revolucionario.

A mi modo de ver, la causa de que el emblema de la Policía de Dallas fuera a parar a la gorra de servicio del uniforme de la policía castrista es consecuencia del perturbador conflicto ambivalente que padecen los dirigentes comunistas cubanos con Estados Unidos y, por extensión, aquellos que los rodean. Esas expresiones odio-rechazo hacia lo que representa al capitalismo estadounidense, no han sido más que la hipocresía ideológica de un grupo de extremistas sectarios con el objetivo de ocultar su verdadero desorden interno de amor-atracción hacia la manzana prohibida. Pura patología fanática que jamás ha engañado a nadie, y que queda al desnudo ante la constante obsesión de obtener el envidiado-adorado dólar americano a cualquier precio, incluso vendiendo la imagen del idolatrado Ché Guevara en la tapa de una botella.

Sin comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.