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Economía

Cierre de mercados, ¿una forma de disfrazar el desabastecimiento?

Los vecinos de la localidad cubana de San Germán ven desaparecer productos y puntos de venta sin recibir explicación.

San Germán

El desabastecimiento en San Germán, Holguín, abarca cada vez más productos, algunos de primera necesidad y otros de gran demanda.

A finales del pasado año comenzó a ser muy inestable el suministro de cerveza y es usual que los pobladores de la localidad no puedan encontrar detergente, refrescos instantáneos, champú y cárnicos.

A esa situación se ha sumado en los últimos tiempos el cierre de establecimientos sin que se den a conocer los motivos.

"Hace más de un año cerraron La Carpita", dice Pablo, un cuentapropista. "Ningún dirigente ha dado explicación y eso ha provocado comentarios. Algunos dicen que fue la Dirección de Salud por falta de higiene; otros, que se debe a que han robado varias veces. Pero nadie sabe la verdad".

"Estamos pasando tremenda escasez", apunta María del Carmen. "Desde el fin de año esto es un tormento. El detergente está perdido, cuando abastecen dejan solo un poquito en cada tienda. Han tenido que racionarlo a un paquete de 500 gramos por persona".

"Otro de los martirios es con el pollo que, a pesar de que no es barato, se hace difícil comprarlo, casi nunca hay", añade.

Los vecinos de San German han visto cerrarse ya dos puntos de venta en divisas y temen que esta tendencia siga avanzando y terminen obligados a viajar a Holguín para hacer compras, como fue al inicio del "Periodo Especial".

En todo el municipio funcionan tres tiendas recaudadoras de divisas y tres puntos pequeños que son extensiones de ellas, además de una cafetería para el expendio de bebidas y refrescos. Ello para una población de entre 45.000 y 50.000 residentes.

Los de las zonas rurales son los más afectados, especialmente los que viven en localidades alejadas de la cabecera municipal.

"Tenemos que venir a comprar casi todo a San Germán porque no existe ningún punto de venta más cercano. Solo tenemos la bodega donde compramos los productos de la libreta" de racionamiento, explica Rosaida, quien vive a 35 kilómetros de San Germán, en el barrio La Cuba. "Después de que uno logra llegar al pueblo, pasando trabajos por la situación pésima del transporte, entonces comienza la tortura de las interminables colas y de no hallar lo que se busca porque casi todo está en falta".

Un profesional que pidió anonimato por temor a buscarse problemas en su trabajo, recuerda que los cierres de establecimientos no se limitan al sector estatal.

Menciona "el registro y cierre del Paladar de Andrés", quien "aún está detenido" en la unidad de operaciones conocida como Pedernales.

"Lleva alrededor de un mes y medio. No se sabe qué delito cometió, pero lo cierto es que muchas personas lo extrañan. Recuerdo que el 31 de diciembre en ninguna tienda había cerveza y, sin embargo, Andrés tenía", agrega.

Los cierres de puntos de ventas y la escasez de productos no son solamente en San Germán, sino a nivel nacional, señalan empleados consultados en los establecimientos que aún siguen abiertos.

El Gobierno ha admitido problemas de liquidez y atrasos en pagos a los proveedores de productos que afectan las importaciones y, al menos por el momento, no parece que vayan a solucionarse.

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