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Obituario

El papa emérito Benedicto XVI fallece a los 95 años en el Vaticano

Durante su visita a Cuba, el papa alemán no se reunió con los católicos disidentes de la Isla.

Madrid
El papa emérito Benedicto XVI.
El papa emérito Benedicto XVI. Reuters

El papa emérito Benedicto XVI, cuyo nombre secular era Joseph Aloisius Ratzinger, falleció a los 95 años en la mañana de este 31 de diciembre en el Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano.

La noticia fue dada a conocer en el Boletín de la Santa Sede, máxima institución de la iglesia católica, del que Benedicto XVI fue el papa número 265.

El papa emérito se encontraba en estado de gravedad aunque estable, según habían informado dos días antes fuentes cercanas a él. El miércoles 28 de diciembre, el papa Francisco pidió una oración especial por su antecesor.

Benedicto XVI ocupó el cargo desde el 19 de abril de 2005 hasta el 28 de febrero de 2013, cuando presentó su renuncia. A partir de ese momento, asumió el título de papa emérito.

El recién fallecido papa emérito hablaba diez idiomas, de los que dominaba al menos el alemán, el italiano, el francés, el latín, el inglés y el español. También leía el griego antiguo y el hebreo. 

Benedicto XVI fue miembro de varias academias científicas de Europa y recibió ocho doctorados honoris causa de diferentes universidades, además de numerosos premios y distinciones durante su vida. Fue también un experto pianista. 

Fue el sexto papa alemán desde Víctor II y el más longevo de la historia. En abril de 2005, fue incluido en la lista de las 100 personas más influyentes del mundo por la revista Time. Fue miembro de las Juventudes Hitlerianas en su adolescencia, lo que desató la polémica cuando fue nombrado máximo líder de la Iglesia Católica a nivel mundial.

En marzo de 2012, Benedicto XVI se convirtió en el segundo papa que visitaba Cuba desde la toma del poder por parte de Fidel Castro, quien declaró el país confesionalmente ateo y reprimió a religiosos de todas las denominaciones cristianas, incluyendo la católica, durante las primeras décadas de la Revolución.

Muchos cubanos católicos fueron expulsados de universidades y centros de trabajo. Los más desafortunados fueron enviados a las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), en las que el régimen también recluyó y sometió a trabajos forzados a homosexuales, hippies, rockeros y todos aquellos cubanos cuyo comportamiento social no se correspondía con las expectativas de Fidel Castro.

Pese a ello, durante su estancia en Cuba, Benedicto XVI no encontró tiempo para reunirse con católicos disidentes, pero dedicó más de media hora a conversar con Castro y su familia.

Como señaló entonces DIARIO DE CUBA en un editorial, el entonces líder de la Iglesia Católica se encontraba de visita en la única dictadura del hemisferio occidental, lo cual debió exigirle al menos algún gesto hacia los demócratas de la oposición.

"Queda claro después de esta visita que quienes lideran la Iglesia están dispuestos a servidumbres varias con tal de ganar terreno. El catolicismo, según lo interpretan ellos, parece básicamente interesado en los asuntos de la Iglesia y conlleva una peligrosa tendencia al concordato, no importa cuánta democracia haya que echar de menos", sostuvo entonces DIARIO DE CUBA.

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6 comentarios

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"no trabajen tanto, dediquen más tiempo a la familia".Un buen consejo no importa quien lo diga.Es lo que recuerdo de el

Profile picture for user Ana J. Faya

Ratzinger, después de su renuncia, demostró ser nada humilde: No regresó a Bavaria, admitió los cuidados en el monasterio recién renovado --dicen-- de Mater Ecclesiae hasta su muerte, siguió usando las sotanas decoradas de su papado, admitió se le nombrara Papa Emeritus, mantuvo a su bello secretario Georg, y solo su dios sabe cuánto más mantuvo. Un ejemplo de que cuando se sube en la pirámide del poder --sea el que sea-- es difícil bajar después voluntariamente.

Profile picture for user Ramon Santis

Senores, solo se reunio con los que le importaba reunirse! Intere$e$! El money de los Castros esta en Vatican Bank! no hay otra. Alla el que crea otra cosa.
Ahora va camino a encontrarse con su cliente de Biran!

San Mateo 9:11-12: "Cuando los fariseos vieron esto, preguntaron a sus discípulos: ―¿Por qué come vuestro maestro con recaudadores de impuestos y con pecadores? Al oír esto, Jesús les contestó: ―No son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos." EPD santo padre Benedicto XVI.

Genial reflexión.
La única forma de llegar a los genocidas Castro, y otros dictadores, es la renuncia a una reunión directa con "los antisistema".
En una sociedad ansiosa por la inmediatez, o por el fast food, las velocidades "geológicas" de algunas instituciones pueden desesperar.
El único problema aquí es que es mejor convencer que vencer y, de esto, la iglesia sabe mucho.
El "vencer" supondria una guerra abierta de algún tipo en el que pueden vencer los peores.
El "convencer" supone una victoria a largo plazo de la mejor opción.
En estas lides seguro que muchos religiosos serán deportados o desterrados, pero si la iglesia, como conjunto de creyentes, se mantiene unida puede terminar por convencer a la mayoría de la sociedad de las bondades de la paz y la prosperidad que puede traer la colaboración, en este caso, entre los cubanos no "afectos" a este régimen genocida.

Pero, igual que Bergoglio, sí se reunió con la Bestia. Claro, si hasta Juan Pablo II, aunque fuera con buenas intenciones, le hizo el juego al Ateo Máximo, no se podía esperar mejor de Ratzinger. Pero, no hay duda de que era alguien mucho más distinguido y menos dudoso que Bergoglio.