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Sucesos

El incremento de los robos y la violencia en Cuba impacta también al sector estatal

La crisis profunda que padece Cuba está generando una presión delictiva que sobrepasa la capacidad de control del régimen.

Holguín
Grafiti en una calle de La Habana.
Grafiti en una calle de La Habana. Diario de Cuba

El incremento, en medio de la crisis económica aguda que vive Cuba, de actos delictivos que involucran robos, asaltos y otros delitos, en ocasiones con violencia letal, no solo afecta a la población en general y al sector privado en particular, también impacta en el sector estatal.

Alina vive en un barrio de la periferia del municipio de Pinar del Río, en la carretera a Luis Lazo. Después del paso del huracán Ian, a las demoras de los trabajos para restablecer el servicio eléctrico se sumaron, en gran parte de su consejo popular, "los robos de los cables eléctricos que el ciclón tumbó".

"Esos alambres y cables los venden luego, sirven de materia prima para hacer cosas, tienen mercado. Aquí todo está en falta y la gente aprovecha. Hasta algunos postes se los llevaron o los rompieron para coger el acero. Una tira de acero (de nueve metros) vale más de 2.000 pesos en la calle y están perdidas", dice.

En el municipio de Baraguá, de Ciego de Ávila, se encuentra la granja agrícola de La Cuba. José es jefe de custodios en uno de los sectores de la extensa área productiva. "Siempre ha habido 'fugas', y es normal, porque todo el mundo carga un poquito. Pero ahora hay mucha presión", comenta.

"Mi área es de plátano, mayormente fruta. Y como el pienso de criar puercos está perdido, la gente quiere seguir criando con plátanos y se nos dan muchos casos de robo. Es un golpe tras de otro. Nos vemos obligados a hacer operativos constantes, pero aun así es casi imposible evitar que nos roben, están incluso en combinación con los mismos guardias. A cada rato cogemos a algunos ladrones in fraganti y tenemos que botar al guardia por cómplice. Es una presión insoportable, como nunca antes", explica.

Leonardo era custodio en un almacén de medicamento en Santiago de Cuba y dejó el trabajo para probar suerte como cuentapropista. "Cogí miedo", confiesa. "Era demasiado lo que se estaba robando entre los mismos guardias, sin hablar de lo que seguramente se desvía entre los trabajadores y jefes. Ya me parecía que en cualquier momento iban a hacer un operativo y nos trancaban a todos".

"Como no hay medicamentos en las farmacias, la demanda de 'los puntos' en la calle es muy grande y la tentación es demasiada. No fue fácil renunciar porque era una plata linda, pero cogí miedo. La 'tapa del pomo' fue cuando el administrador dijo que querían incrementar el número de custodios para aumentar la seguridad… A más guardias, más robo. No lo pensé dos veces y me fui".

En Mayarí, Holguín, a pesar de la falta de condiciones del hospital, que son denunciadas frecuentemente por los pacientes en las redes sociales, "llegaron 20 colchonetas nuevas y fueron robadas. Desaparecieron del almacén y nadie sabe todavía qué camino cogieron", dijo un trabajador del centro de Salud bajo condición de anonimato.

"Parece que hay jefes metidos por el medio porque nadie se dio cuenta de esa falta. La cosa explotó gracias a una contadora que se dio cuenta en los papeles y comenzó a preguntar por las colchonetas. La contadora fue liberada mientras se investiga. La verdad es que esas colchonetas tienen tremenda demanda y están bien caras en la calle, por los fabricantes de muebles y colchones. Si fueron capaces de robarse las nuevas, seguramente llevan tiempo robándose las de uso, dándoles de baja", añadió la fuente.

En ese mismo municipio, en la unidad La Ramona, de la empresa forestal local MADEMA, en la Sierra Cristal, ocurrió un robo con violencia el pasado 31 de octubre. El custodio resultó muerto.

"Lo mataron y lo quemaron para llevarse las baterías y el combustible de los vehículos allí parqueados. En ese monte nadie pudo ayudarlo. Todavía están investigando", dijo un trabajador de la empresa que pidió no se revelara su identidad.

El Gobierno sigue imponiendo a la empresa estatal socialista como el principal actor económico en Cuba, a pesar de su reconocida ineficiencia, que llega a la disfuncionalidad en muchos casos.

El incremento de la inseguridad vendría a agravar aún más un cuadro ya crítico, con la presión de los trabajadores "luchando" cualquier cosa para completar sus magros salarios, y los delincuentes comunes, que ven en los bienes el Estado sus objetivos para delinquir.

Aunque los gobiernos autoritarios normalmente controlan el delito, la crisis profunda que padece Cuba está generando una presión delictiva que sobrepasa la capacidad del régimen.

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Por romper una foto del HP en jefe te echan 10 años; por matar a una persona la policía se hace la vista gorda y aquí no ha pasado nada.