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Brasil

Lula da Silva asumirá una tercera presidencia con un panorama político e institucional adverso

'Lula da Silva tendrá que abrir amplio diálogo con los líderes de las fuerzas de centro y de derechas en el Congreso y a nivel federal.'

Brasilia
Lula da Silva celebrando su victoria electoral.
Lula da Silva celebrando su victoria electoral. Reuters

El 1 de enero de 2003 el ex sindicalista Luiz Inácio Lula da Silva asumió su primera presidencia. El venidero 1 de enero, 20 años después, este referente de la izquierda latinoamericana, con 77 años, asumirá una tercera presidencia para gobernar a un Brasil con fuerzas conservadoras en posiciones claves y sin haber recuperado del todo su imagen pública personal, asociada a la corrupción.

El Tribunal Superior Electoral de Brasil anunció la noche de este 30 de octubre que Lula da Silva es el nuevo presidente electo para un periodo de cuatro años (2023-2026), contando con 50,83% de los votos válidos, mientras que el actual presidente Jair Bolsonaro, que buscaba la reelección, se hizo con el 49,17% de los votos válidos.

Para un padrón electoral de 156 millones de brasileños, la diferencia fue escasamente de 1,8 millones de votos, lo cual ratifica la fotografía de polarización extrema que han venido sosteniendo analistas y expertos, como característica del país. El Lula da Silva de 20 años atrás, por ejemplo, en la elección de 2002 prácticamente duplicó en votos a su rival de entonces, José Serra.

La socióloga chilena Lucía Dammert apunta que si bien Lula da Silva ganó, estará "al frente de un país dividido, polarizado, con muchos gobiernos estatales y el Congreso de oposición".

Las fuerzas conservadoras nucleadas en torno a lo que ha pasado a llamarse el bolsonarismo, tienen mayoría tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, mientras que los tres estados (provincias) más relevantes del país, São Paulo, Rio de Janeiro y Minas Gerais, estarán bajo gobernaciones de adláteres de Bolsonaro.

A juicio de Dammert, bajo un nuevo gobierno de Lula da Silva que se iniciará el 1 de enero venidero, "todas las decisiones serán claves para un periodo complejo y sin duda tendrán repercusiones en toda América Latina".

Entre las primeras decisiones, como presidente electo, Lula da Silva justamente anunció que visitará varios países con el interés de "recomponer" la imagen internacional de Brasil. Se da por descontado que visitará varios países de Sudamérica.

Los presidentes identificados con lo que se denomina la nueva marea rosa latinoamericana, tales como Andrés Manuel López Obrador (México), Gabriel Boric (Chile), Gustavo Petro (Colombia) y Luis Arce (Bolivia), festejaron eufóricamente el triunfo del septuagenario fundador del Partido de los Trabajadores (PT).

El investigador del Woodrow Wilson Center Michael Penfold, cree que con esta victoria de Lula da Silva se termina de conformar "una nueva marea rosada", en la que "casi toda la región se movió a la izquierda".

Penfold, sin embargo, precisa que este nuevo ciclo izquierdista latinoamericano es bastante distinto al de años atrás. En esta ocasión "los presidentes están casi todos sin mayoría en los congresos, con grandes dificultades fiscales y con unas sociedades desiguales, movilizadas, frustradas y expectantes". Los mandatarios con sus promesas de cambio e igualdad enfrentarán "tiempos complejos" en el ejercicio del poder.

Para el profesor y politólogo de la Universidad Federal Fluminense Thiago Rodrigues, al ser consultado por DIARIO DE CUBA, en esta tercera presidencia "Lula da Silva tendrá que abrir amplio diálogo con los líderes de las fuerzas de centro y de derechas en el Congreso y a nivel federal", lo cual es bastante distinto de sus anteriores periodos en el poder.

Otro elemento clave, a juicio de este académico, está en el manejo de los organismos de seguridad del Estado. Como presidente, Lula da Silva "tendrá que establecer control sobre las Fuerzas Armadas, la Policía Federal, la Policía Federal de carreteras y la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN), todas ocupadas por bolsonaristas".

Para Rodrigues, otro ámbito que requerirá la atención del líder de izquierdas en el primer semestre de gobierno, será la recuperación del poder adquisitivo del salario.

Otro desafío para el septuagenario ex mandatario será revertir la mala imagen que acompañó a su presidencia y a la de su heredera, Dilma Rousseff, por diversos escándalos de corrupción, incluyendo el conocido como Lava Jato, con ramificaciones en varios países de América Latina, bajo un esquema de coimas de la empresa brasileña Odebrecht, que se apalancó en el respaldo tácito y a veces abierto de los gobernantes del PT para la adjudicación de grandes obras públicas.

Las acusaciones de corrupción ensombrecieron a las figuras del PT. Y esto también es un factor en contra del ahora presidente electo. Una encuesta divulgada por el Instituto Paraná mostró antes de la elección que un 45,7% de la población "nunca votaría" por el PT en una elección presidencial.

Sin embargo, el voto mayoritario (aunque por escaso margen) se inclinó precisamente a favor de esta figura histórica del PT, y entre sus tareas deberá también reconstruir la credibilidad que tenía en el primer mandato como presidente, hace dos décadas.

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5 comentarios

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una persona se puede llamar corrupta si es un tribunal que lo decide, pero en brasil la sentencia del juez moro contra lula fue borrada por el supremo de brasil.Por eso no hay ningùna sentencia que condene a lula y lula no es un corrupto.

En las "democracias" del 3er mundo los corruptos pueden llegar a la presidencia e incluso ser reelegidos.

Profile picture for user cubano libre

Por Mariconzones se merecen a Lula Lalona.

La tara letrinamericana vuelve a imponerse. Me recuerda lo que se decía en Argentina, "Ladrón o no ladrón, queremos a Perón." Y no, no les da vergüenza a los que hacen tales cosas; todo muy "normal."

Ahora, que no esperen que nadie con dos dedos de frente los respete, porque respetables no son.

Profile picture for user El Santo

Fue una contienda entre dos connotados mafiosos. El de mayor experiencia fue el que salió airoso.