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Salud

'Potencia médica cubana': desprotección para todo el pueblo

Hoy, en Cuba, 'un hospital es posiblemente el lugar más insalubre que hay', dice una holguinera. 'La vida corre peligro por lo cochino que está todo'.

Holguín
Trabajadores de un hospital de Holguín empujan una guagua para intentar que arranque.
Trabajadores de un hospital de Holguín empujan una guagua para intentar que arranque. Alexander Raúl/Facebook

La Salud Pública, junto al Deporte, la Educación y la Seguridad Social eran décadas atrás los "caballos de batalla" del Gobierno cubano para tratar de convencer al mundo, y a los ciudadanos de la Isla, de la "superioridad" del socialismo. Fueron temas permanentes en el discurso del difunto Fidel Castro y sectores priorizados en medio de la disfuncionalidad del sistema, para tratar de sostener con algunos "resultados" el discurso manipulador.

Pero los continuadores del castrismo, que ni siquiera el arte de manipular dominan, no han conseguido imitar ni el discurso ni la estrategia de Fidel Castro. Hoy se han quedado sin "caballos de batalla", llevando a esos sectores al mismo nivel de abandono, deterioro y disfuncionalidad del resto de la economía y los servicios.

"Aunque debería ser lo contrario, en este país un hospital es posiblemente el lugar más insalubre que hay", opina Georgina, una holguinera de la tercera edad que padece de diabetes tipo 2 y tiene una linfangitis en el pie derecho. "Se supone que allí tiene que haber condiciones higiénicas, pero no, una siente que la salud y la vida corren peligro ingresada en un hospital, de tan cochino que está todo. Por eso la gente trata de no ir al hospital hasta último minuto", critica.

"Un vecino que es médico me aconsejó conseguir los medicamentos en la calle, al precio que fuera, y evitar ingresar en el hospital, porque allí hay muchos casos de dengue y hay focos de mosquitos Aedes aegypti cercanos. No hay mosquiteros y hay que exponerse. Se me pega el dengue y me complico más", añade Georgina.

"Como en la farmacia no venden antibióticos, yo iba a 'luchar' que me los pusieran en el hospital, si acaso había allí. Pero lo más probable es que tampoco haya, o que a mitad de tratamiento te digan que se acabó. Mejor pido a mis hijos que me ayuden porque mi pensión de 1.500 pesos no me alcanza para comprar ni la mitad de los medicamentos, y ¿cómo voy a mal vivir si los gasto en eso y no en comida?", se pregunta.

La situación de Georgina no es excepcional, de hecho, es muy común y las hay peores. Los pensionados son en Cuba uno de los sectores más desprotegidos y vulnerables.

Inés tiene 69 años y padece obesidad, hipertensión, problemas de circulación y además es cardiópata. Normalmente ha usado muchos medicamentos que, con la escasez, casi nunca ha podido conseguir o comprar juntos. "Cuando no me falta uno, me faltan tres. Por eso a cada rato me descompenso y lo paso fatal", dice.

La situación de Carmen, otra anciana, es peor. Entre otros problemas de salud, padece insuficiencia renal: "La máquina de hemodiálisis se rompe a cada rato y nos llevan para la ciudad de Holguín en una guagua. Es duro viajar en estas condiciones, no es nada cómodo. Ya la hemodiálisis es terrible y, encima, tener que trasladarse una distancia grande… muy duro, creo que no resistiré mucho tiempo", se queja.

"Aparte, está el problema con los medicamentos. Casi nunca hay y se me va la vida tratando de conseguirlos. Mis hijos no tienen paz, viven detrás de la gente, consiguiendo y comprando al precio que sea. Es criminal este problema con los medicamentos. Y a los hospitales ya la gente casi ni va, porque no hay nada de nada. Nunca pensé ver una crisis así, esto nunca había pasado. Aquí siempre la hemos pasado mal, pero al menos la salud tenía prioridad", concluye.

Las embarazadas son otro grupo muy vulnerable, de alta sensibilidad. Ana, una joven de 18 años, como casi todos los cubanos solo piensa en emigrar con su novio vía Nicaragua hacia Estados Unidos. En medio de esos planes, descubrió que estaba embarazada.

"Decidimos tenerlo, más por miedo a interrumpirlo con tantos problemas que hay en los hospitales que por conveniencia, porque ahora no era el momento ni en broma. Los planes de migrar se interrumpieron y nada más de pensar en la canastilla y en vivir agregados estábamos estresados", relata Ana.

"Hace unos días tuve fiebre. Fui al hospital y no había ultrasonido funcionando. Pero por el análisis clínico me diagnosticaron que el feto estaba muerto. Fue un golpe tremendo. Ya, a pesar de los problemas, estábamos embullados a ser padres. Pero la tragedia apenas comenzaba, sacar el feto muerto fue una odisea", añade la joven, que en el momento tenía tres meses de embarazo.

"En mi municipio, sin un equipo de ultrasonido funcionando, ni una píldora para expulsar el feto, ya hablaban de una microcesárea o un legrado, pero había algún problema en el quirófano o algo así. Yo estaba asustada. Finalmente me remitieron a la capital provincial, a la ciudad de Holguín. La ambulancia tardó seis horas en estar disponible".

"Una vez en el Hospital Lenin, de Holguín, como tampoco había pastillas para expulsar el feto, decidieron hacerme un legrado. Al final, me tocó el procedimiento más riesgoso e invasivo, y lo que temía sucedió. Me vi sin elección. Es horrible no tener elección. Ya hace diez días de ese evento y todavía no he podido hacerme un ultrasonido porque el equipo está roto", lamenta.

"Quisiera descartar que me hayan dejado restos dentro y que la fiebre leve que me ha dado sea por un catarro y no por cualquier sorpresa que me pueda costar la vida. Estoy asustada. La salud aquí es un desastre, ahora sí no tengo ninguna duda de que cuando me recupere tenemos que irnos. No quiero tener a mis hijos en este país".

Son casos cotidianos en la Cuba de hoy, donde acceder a servicios de salud mínimamente seguros se ha vuelto una quimera. De la "potencia médica" que cacareaba la propaganda política no ha quedado más que el eslogan, que ya ni siquiera las autoridades se atreven a usar.

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6 comentarios

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Ah, el deporte, o sea, circo, cuando lo que hace falta es pan--por no hablar de leche, carne, etc.

Ese es el legado de Fidel Castro, destruir todo para
construir la miseria; todo el mundo igual …. en la miseria; lo mismo es de miserable un médico, que un guajiro, que un maestro o un ingeniero; excepto la familia Castro, sus amigos y los esbirros mas cercanos a ellos.

Pero si hubo que empujar hasta el vehículo con las supuestas cenizas de Fidel Castro en su gira final. O sea, toda la "revolución" es un fracaso, TODA, y diera risa si no hubiera resultado tan dañina.

Profile picture for user EL BOBO DE LA YUCA

Y todavía hay quien insiste en decir que Fidel Castro fue un tipo genial. ?Cuál es su obra?

Bobo: si tiene obra,recibió un país próspero y lo hizo m.... en 6 décadas, no es constructiva precisamente. Pero aún más logró destruir el espíritu de rebeldía de los cubanos transformando un pueblo de leones en carneros...

Claro que tuvo obra, la única que le interesaba--construirse la vida que quería para sí mismo.