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Deportes

Los deportistas cubanos de ahora ven la vida precaria de los de antes: tres periodistas opinan sobre las fugas de atletas

'Van a existir muchos más abandonos', vaticina el periodista deportivo cubano Francys Romero.

Madrid
La discóbola cubana Yaimé Pérez, una de las atletas fugadas durante 2022.
La discóbola cubana Yaimé Pérez, una de las atletas fugadas durante 2022. Cubadebate

Mientras las autoridades deportivas cubanas guardan silencio ante las fugas de atletas o recurren a la coletilla de "condenamos su actitud, ajena al compromiso contraído…", una realidad resulta cada vez más innegable: en la actualidad más deportistas abandonan las delegaciones oficiales que en los años 70, 80 y 90, a pesar de la aprobación de contrataciones en el exterior… a través de las entidades estatales y de la entrega de estipendios a medallistas olímpicos, mundiales y regionales. 

La mayoría de los atletas cubanos de entonces, convertidos en profesionales mal pagados que competían en la categoría amateur, luego de que Fidel Castro eliminara el profesionalismo del deporte en la Isla, en 1962, no pensaron en irse del país ni en huir durante competencias en el exterior. Mucho menos en competir representando a otras naciones. 

¿Por qué los de ahora no valoran las "posibilidades" que les brinda el Gobierno y no se detienen ni ante el castigo de no poder entrar a su país en al menos ocho?  Tres periodistas deportivos cubanos ofrecen sus opiniones al respecto a DIARIO DE CUBA.

"Lo que pasa aquí es muy sencillo", sostiene Pedro Enrique Rodríguez, director del medio deportivo Play Off Magazine. "En Cuba no hay ningún tipo de seguridad institucional. Ese problema lo ha tenido la Revolución cubana desde el primer momento, con las expropiaciones que hubo en los primeros años".

"No hay ningún tipo de seguridad de dónde tú guardas tu dinero, una propiedad que te puedas comprar, porque puede ser que Raúl Castro te diga 'mira, esa casa me gusta; te la voy a quitar' o 'si tienes 100.000 dólares guardados en el Banco Metropolitano, te los voy a trasladar para la industria azucarera', esa propiedad nunca es del individuo", explica Rodríguez.

"Muchos de esos deportistas, pueden estar ganando 100.000 dólares al año, porque a lo mejor ganan un torneo de la Liga del Diamante de Atletismo o un campeonato de boxeo. Les pueden pagar 100.000, 70.000, 50.000 dólares, pero, por supuesto, no los quieren depositar en Cuba. Cuba no les da ninguna seguridad para guardar su capital, después de haberlo ganado".

¿Exagera Rodríguez? Las expropiaciones en Cuba no son cosa del pasado. La familia Peraza, que ha trabajado el tabaco durante décadas en Pinar del Río, en unas tierras adquiridas en 1945, sufrió la expropiación de parte de sus terrenos a manos del Estado, en 2013, según contó Vladimir García Peraza, heredero actual de la finca, a DIARIO DE CUBA en una entrevista

El de los Peraza no es un caso único. El campesino habanero Jesús Humberto Laborit Brito también relató a este medio que fue víctima de un despojo por parte de las autoridades cubanas.

Por otra parte, cuando en 2021 el Gobierno emprendió la llamada Tarea Ordenamiento y la unificación monetaria, los cubanos que poseían cuentas bancarias en esa moneda tuvieron la opción de cambiarlas a moneda nacional, al cambio oficial de 1X24, cuando el dólar ya costaba más del doble en la calle, o de recibir un certificado de depósito en divisas. 

Esos cubanos han visto esfumarse el valor de su dinero con la continua escalada del dólar, la Moneda Libremente Convertible (MLC) y el euro, ya no solo en el mercado informal, sino en el oficial, donde el régimen vende el dólar a 123 pesos y el euro a 125.

Rodríguez también explica las fugas de deportistas con la situación actual del país, donde "aunque tengas un carro, vas a cualquier gasolinera y no hay gasolina; hay apagones y son para todo el mundo. Hace pensar que ni con dinero se puede vivir en Cuba", además de las pésimas condiciones en que entrenan muchos atletas.

A ello añade que "los deportistas de ahora están viendo a los de antes, que muchos fueron mejores que ellos, y la vida precaria que tienen. Ya ellos pueden comparar y están viendo lo que pasó con los que estaban antes y nadie quiere llegar ahí". 

La propia prensa oficial cubana revela parte de ese espejo en el que se miran los deportistas cubanos del presente. Dos artículos publicados en Trabajadores han mostrado el olvido al que han sido relegado por las autoridades y la precariedad en que viven los atletas retirados Abel Sarmientos, campeón mundial de voleibol en 1989, y Osvaldo Lara, medallista en torneos de atletismo en Juegos Panamericanos y Juegos Centroamericanos y del Caribe.

Recientemente, la joven de 22 años Marisleysis Duharte Morell, campeona mundial juvenil de atletismo en lanzamiento de jabalina y retirada del deporte por enfermedad, realizó una denuncia similar en redes sociales.

Para Enrique del Pozo, periodista de DIARIO DE CUBA, lo más llamativo es que la decisión de huir durante competencias internacionales la están tomando "deportistas de alto rango, como campeones mundiales y olímpicos, que supuestamente tienen ciertas prebendas en la Isla".

"Es cierto que el Gobierno había tomado algunas medidas para evitar eso, como aumentar la contratación en ligas profesionales, elevar los pagos por las medallas ganadas en eventos internacionales, asignación de automóviles, y otros etcéteras, pero eso no es suficiente", señala.

"Pero los atletas que ahora gozan de ciertos privilegios, están preocupados por su futuro en un país que está sumido en una gran crisis económica, donde no se ve la famosa luz al final del túnel".

"Esto, más allá del tema político, de libertades individuales, y otros tópicos que lleva intrínseco el sistema social que aquí impera, golpea la psiquis del deportista", añade.

"El futuro es incierto para todos, y ellos no están exentos, ya que están conscientes que un día llegará el final de sus carreras. Si la vida de un retirado del deporte activo era dura antes, ahora, en medio de una de las inflaciones económicas más grandes del mundo, y de una incertidumbre política donde da la sensación de estar viviendo dentro de una bomba de tiempo, es en extremo difícil".

Para Francys Romero, periodista deportivo y autor del libro El sueño y la realidad. Historias de la emigración del béisbol cubano (1960-2018), "muchas de las cuestiones de las políticas deportivas han llegado muy tarde y muchos de estos incentivos han llegado también muy tarde".

"Cuba no está estudiando o no está conociendo la historia de lo que ha ido pasando. Después de tantas mejoras e incentivos salariales, ya los peloteros no estaban contentos, porque ya cuando eso llegó, el valor en el mercado de los jugadores ya había llegado".

Romero considera de importancia "el problema político de Cuba, porque muchos de estos jugadores y deportistas no pueden salir libremente a competir a otros lugares. Las trabas de tener siempre controlado al deportista, más allá de esto de que tú tienes un carro o que te motiven con algo más. Lo otro puede ser el espejo en el que se han mirado estos mismos atletas con sus compañeros ya retirados, ya mayores", opina.

Al respecto, apunta que "han emigrado tres campeones olímpicos, dos en activo: Osleidys Menéndez, una campeona olímpica retirada, más la campeona mundial que es Yaimé Pérez. Lo más preocupante de todo es que el año que viene hay dos eventos multideportivos que son los Centroamericanos y los Panamericanos".

"Esto está comenzando, como quien dice", señala y vaticina "más eventos y van a existir muchos más abandonos. Esto se va a reproducir a una escala del triple de lo que estaba ocurriendo hace cinco años, por ejemplo". 

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