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Colombia

En medio de grandes expectativas de la población, Petro inicia su histórico Gobierno de izquierda

El presidente de Colombia inicia su mandato con un 64% de aprobación, una mejoría sustantiva respecto al 42% que registraba el pasado marzo.

Buenos Aires
Toma de posesión de Gustavo Petro, Bogotá.
Toma de posesión de Gustavo Petro, Bogotá. EFE

Han pasado algo más de tres décadas desde que Gustavo Petro, como parte del M19, dejó el camino de las armas. El ex guerrillero ha jurado como presidente de Colombia este 7 de agosto, y esto simboliza un hito en la historia del país, gobernado hasta ahora por una clase política tradicional. Tomó posesión para un gobierno de cuatro años, signado por una alta expectativa de la población ante la oferta del cambio.

Desde Madrid, el estudioso de América Latina, Carlos Malamud, sintetiza el momento. Con Gustavo Petro, quien triunfó al frente de una coalición de izquierdas, se cierra una época en Colombia y arranca, sin duda, una nueva etapa en el país sudamericano, con un Gobierno que deberá hacer frente a diversos retos económicos, promesas sociales y desafíos institucionales para la gobernabilidad.

La propia ceremonia de investidura de Petro, de 62 años, estuvo marcada por la ruptura de los protocolos tradicionales y precedida de otras tomas de posesión que hizo en diversos rituales populares e indígenas en lugares diferentes a Bogotá. En la capital, sin embargo, dejó en claro que es él quien tiene el poder. Su primera orden presidencial fue dejar sin efecto una previa del saliente Iván Duque y ordenó que la espada de Simón Bolívar fuese llevada al acto de posesión presidencial.

Petro, quien encabezó una polémica gestión como alcalde de Bogotá y quien ha tenido una larga trayectoria en la política tradicional, siendo representante y senador, insistió en tres palabras en su discurso de toma de posesión: cambio, paz y unión.

La politóloga colombiana Clara Riveros, al ser consultada por DIARIO DE CUBA, define a Petro como una figura de la izquierda populista, que obtuvo gracias al sistema democrático vigente "una victoria contundente, legítima". A su juicio, el triunfo electoral de Petro se explica en parte por el fallido Gobierno de Duque, quien, pese a su juventud, "fue incapaz de entender la necesidad de cambios que estaba latiendo en el país".

En lo que fue su tercera carrera presidencial, en este 2022, Petro suavizó su discurso público. Omitió, por ejemplo, referirse a Cuba, hizo críticas abiertas a los regímenes de Daniel Ortega y de Nicolás Maduro, pero anunció con Maduro el restablecimiento de canales diplomáticos formales ante realidades ineludibles. Unos 2,5 millones de venezolanos migraron a Colombia en los últimos años, mientras que la porosa frontera de 2.200 kilómetros que separa ambos países es en muchos casos aliviadero para grupos armados, mafias y delincuencia organizada.

En opinión de Riveros, partiendo de lo que fue la experiencia ejecutiva de Petro como alcalde de Bogotá (2012-2015) "deberá demostrar una posición diferente y escuchar (…) dejar de lado la visión mesiánica". A la analista le parece promisorio que el primer gabinete del presidente izquierdista "no sea extremista" y destacó la designación de "personas en posiciones claves con posturas moderadas".

Estas designaciones, como lo reseñó recientemente DIARIO DE CUBA, apuntan a tender puentes con la política tradicional colombiana y también con EEUU.

La economía de Colombia la manejará José Antonio Ocampo, quien fue director de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y secretario general adjunto para asuntos económicos de la ONU. Ocampo ha estado ligado al Partido Liberal, siendo ministro en los gobiernos de César Gaviria (1990-1994) y Ernesto Samper (1994-1998).

La Cancillería estará bajo responsabilidad del veterano político conservador Álvaro Leyva Durán, quien fue ministro y senador por el Partido Conservador en los 80 y desde los 90 participó en varios procesos de paz, incluso tuvo un rol en el proceso que concluyó con el acuerdo de paz que se firmó en Cuba, en 2016, entre las FARC y el presidente de entonces Juan Manuel Santos.

Entretanto, en medio de la campaña que tuvo dos vueltas, durante las semanas previas al acto de juramentación la percepción ciudadana sobre Petro ha mejorado de manera notable. De acuerdo con una reciente encuesta de la firma Invamer, Petro iniciará su mandato con un 64% de aprobación, una mejoría sustantiva si se compara con el 42% que registraba en marzo pasado, cuando se realizaron las elecciones primarias y fue electo como candidato de la coalición de izquierda Pacto Histórico.

La politóloga Riveros destaca que Petro ha conformado una nueva coalición al inicio de su gobierno por las alianzas que ha tejido con factores del centro político, así como con liberales e incluso con el Partido de la U, que se creó en su momento para apoyar al entonces presidente Álvaro Uribe en 2005, cuando buscaba su relección.

A juicio de esta analista, entre los principales riesgos que enfrenta la presidencia de Petro está promover una asamblea constituyente para derogar la actual Carta Magna de 1991, que precisamente surgió fruto de la desmovilización armada del M19 y de un reacomodo institucional importante.

"Colombia lo que necesita es que se cumpla con la Constitución de 1991", enfatiza desde Bogotá Riveros, quien también ve como un peligro para el naciente Gobierno las altas expectativas de cambio que están presentes hoy en Colombia.

Petro "ha conseguido tejer una heterogénea coalición de izquierda, atrayendo a líderes desencantados del centro y canalizando las demandas ciudadanas que impulsaron los movimientos y estallidos populares entre 2019 y 2021", sintetiza por su parte Malamud.

En opinión de Malamud, "las izquierdas latinoamericanas viven un momento de euforia" tras las victorias electorales de Gabriel Boric en Chile y de Petro en Colombia, junto a los triunfos de Pedro Castillo en Perú y Xiomara Castro de Zelaya en Honduras.

Esta nueva ola que envuelve a la región, en la que se cuentan los gobiernos de Alberto Fernández, en Argentina, y de Andrés Manuel López Obrador, en México, podría tener su momento clímax en cuestión de semanas, si se confirma lo que ya vienen señalando las encuestas: el regreso al poder en Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva.

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1 comentario

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