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Vivienda

Cubanos que llevan 25 años albergados en La Habana protestan por las burlas del Gobierno

Cerca del albergue, que está en pésimas condiciones, se construyeron nuevas viviendas para funcionarios y miembros del Ministerio del Interior.

La Habana
Lugar de la protesta.
Lugar de la protesta. Diario de Cuba

Vecinos del albergue de la calle Cristina, La Habana Vieja, salieron a la vía pública a protestar por las pésimas condiciones en que viven y porque se construyeron nuevas viviendas cerca del lugar, asignadas a funcionarios y miembros del Ministerio del Interior, mientras que albergados que llevan 25 años esperando, son ignorados.

La protesta ocurrió el pasado sábado. "A las 11:00 de la noche salimos los del albergue y paramos el tránsito de la calle Cristina. Se sentaron las mujeres cortando la calle y enseguida vino la Policía, pero se portaron tranquilos y no detuvieron a nadie porque no se alteró el orden", dijo Jonathan, un vecino del lugar. "Cómo a las 3:00 de la madrugada llegaron los funcionarios del Gobierno y les dijimos que el albergue, que era una antigua posada, está destruido, el techo se filtra, las paredes están cuarteadas, los pisos hundidos y los baños tupidos completamente, al punto que tenemos que hacer las necesidades en cubos, y los baños de bañarse también están tupidos. Hace muchos años que no se repara el local, que se ha ido destruyendo."

"También les planteamos que se construyeron nuevas casas en el patio de la antigua lechera y se asignaron a funcionarios y miembros del Ministerio del Interior, sin acordarse de que somos ciento y pico de vecinos en 40 cubículos, esperando por casas desde hace muchos años. Los vecinos más viejos llevan hasta 25 años esperando ", añadió el joven. "Los funcionarios dijeron que enviarían a inspectores para hacer una defectación de las necesidades de recursos. Pero sabemos que todo eso es 'duérmete mi niño', para tranquilizarnos por ahora", concluyó.

Otra vecina, Melany, confirmó lo ocurrido. "Sí, salimos como 15 madres y les dijimos a los hombres que se quedaran en la acera para que no los detuvieran. A nosotras las madres no nos detienen. Conversamos normalmente con la Policía primero y luego con los funcionarios del Gobierno de La Habana Vieja. Les explicamos que aquí viven niños y ancianos enfermos, que las condiciones de vida son pésimas. Por ejemplo, en nuestro cubículo tuvimos que poner, por esfuerzo propio, el agua y la electricidad. Los pisos del albergue se están hundiendo, las paredes cuarteando y en cualquier momento se desploma parte del techo."

"Ya por aquí pasó un inspector que tiró unas fotos, pero dijo que no hay recursos para reparaciones generales. Vamos a esperar unos días. Si todo sigue igual, volveremos a protestar, pero esta vez vamos con todo, con los colchones, los muebles. Para la próxima, todo el mundo se va a enterar de cómo vivimos en el 'albergue de la lechera'", advirtió.

En La Habana existen 104 "comunidades de tránsito", el eufemismo que utiliza el Gobierno para llamar a los albergues estatales en los que miles de familias llevan hasta 30 años viviendo hacinadas.

La mayoría de esos inmuebles están en deplorables condiciones de habitabilidad, y periódicamente los vecinos realizan protestas para llamar la atención de las autoridades sobre esa situación.

Miles de cubanos han nacido y crecido en esos albergues, concebidos como facilidades temporales, a la espera de la asignación de viviendas permanentes.

El pasado martes, madres desesperadas bloquearon una carretera en La Habana y exigieron hablar con Díaz-Canel. Protestaban también por las condiciones en las que viven en un albergue de Arroyo Naranjo, La Habana.

Madres que participaron en esa protesta y que viven con sus hijos en el albergue El Comodoro, en Calzada de San Agustín, Párraga, dijeron que funcionarios del Gobierno les prometieron una reunión con Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

"Salimos a protestar con los niños para ser escuchadas por Díaz-Canel. Es un descaro lo que está ocurriendo con nosotros, están asignando casas por dinero, bajo el telón, y a nosotros, que llevamos años aquí, albergadas, nos ignoran por completo. No tenemos ni libreta de abastecimiento, incluso nuestros hijos que nacieron aquí tampoco tienen libreta de abastecimiento", dijo a DIARIO DE CUBA una de las madres bajo condición de anonimato.

"Esta vez esperamos que nuestros reclamos sean atendidos", apuntó otra. "Si no cumplen y no nos atienden, nos plantaremos otra vez hasta ser escuchadas. No vamos a descansar hasta resolver nuestros problemas y de nuestros hijos", añadió.

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