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Religión

Sacerdotes cubanos homenajean a Oswaldo Payá y Harold Cepero, mientras el papa ayuda a Raúl Castro

Son 'símbolos de la oposición martirizada por un poder totalitario y de la lucha pacífica en Cuba. Son mártires de la patria, mártires de la libertad', dice el padre Kenny Fernández.

La Habana
Sacerdotes cubanos en la misa por Oswaldo Payá y Harold Cepero.
Sacerdotes cubanos en la misa por Oswaldo Payá y Harold Cepero. Diario de Cuba

Discreta, pero con seguridad, se celebró en estos días una misa por el décimo aniversario de la muerte de Harold Cepero y Oswaldo Payá, ocurrida el 22 de julio de 2012 en circunstancias confusas, por lo cual muchos señalan al régimen cubano como asesino.

El homenaje ocurrió en la Iglesia del Sagrado Corazón, en Línea entre C y D, en El Vedado, y fue presidido por el padre Jorge Luis Pérez Soto, acompañado por los sacerdotes Kenny Fernández y Lester Zayas. A diferencia de ocasiones anteriores, esta misa fue realidad por iniciativa de los propios curas y sin participación de la sociedad civil.

Los sacerdotes, comprometidos con la tragedia política y social que vive el país, afirmaron que "la noche no será eterna —en referencia al libro de Payá titulado con esa frase—, porque esta es la verdad que proclama la Pascua del resucitado, de la que María Magdalena fue testigo y apóstol. La muerte no puede tragarse para siempre la vida ni la oscuridad apagar para siempre el sol".

Lo religiosos reconocieron que, como creyentes, habían celebrado la misa por el eterno descanso de Oswaldo Payá y Harold Cepero, confiando en que ellos serán "granos de trigo enterrados que producirán un fruto radiante de trigo y libertad".

El padre Kenny Fernández comentó a DIARIO DE CUBA que el líder del Movimiento Cristiano Liberación, Oswaldo Payá, y el dirigente juvenil de esa organización, Harold Cepero, constituían "símbolos de la oposición martirizada por un poder totalitario y de la lucha pacífica en Cuba. Son mártires de la patria, mártires de la libertad". Jorge Luis Pérez Soto, por su parte, recordó con cariño el tiempo en que convivió con Harold Cepero en el seminario.

A ver si se entera el papa

La actitud abiertamente comprometida con la tragedia nacional de un grupo cada vez mayor de sacerdotes cubanos contrasta con la posición progubernamental, que ha decidido asumir el jefe de esta Iglesia. Como se recordará, coincidiendo con el aniversario de la explosión social del 11 de julio, Jorge Mario Bergoglio (el papa Francisco), tuvo a bien no solo admitir que tenía "una relación humana con Raúl Castro" (lo cual se podría entender en el marco de su "infinita bondad"), sino además repetir la ficción de que "Cuba es un símbolo, Cuba tiene una historia grande".

Con esto, no solo daba un gran espaldarazo a la dictadura que tan reciamente nos oprime, sino que incurría en un subterfugio lingüístico interesante: él decía Cuba con pudor, evocando con esta palabra aquella que de verdad quería pronunciar, pero que una conciencia prudente se lo impedía: la palabra "Revolución".

Es la Revolución de Fidel Castro la que convirtió a "Cuba en símbolo" para las fantasías rojas, no el período de Grau San Martín, ni siquiera las guerras de independencia. Es la historia comunista la que se cuida de preservar devotamente el papa. Pero sabe que no lo puede decir claramente porque tiene mala prensa.

La prensa oficialista cubana, sin embargo, captó al vuelo la traslación semántica y la repitió alegremente en sus titulares.

El contraste de la conducta de los sacerdotes cubanos con la del "distraído humanista" que los guía exalta la cercanía de los primeros hacia nosotros.

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4 comentarios

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La robolucion le hizo tremendo dano a la Iglesia Catolica en Cuba pero el Papa aleja mas a los creyentes con su postura

Yo todos los Dios cuando me levanto Eli primero que hago el cagarme en la madre se todos los comunistas incluido el mal dicho papa panchito bugarroni y toda sus generaciones

Payá y Cepero no son el símbolo que le interesa al papa, que ya ha sido bastante claro al respecto.

Al igual que Garcia Márquez, amigo entrañable De Castro, el Papa es igual de despreciable por su mistad con el hermano, ignorando y dándole la espalda al sufrimiento del pueblo. Cubano, traicionado a Cristo y los preceptos De la Iglesia.