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Emigración

Migrantes cubanos piden al próximo Gobierno de Colombia sensibilidad hacia quienes pasan por su territorio

'Que se ponga la mano en el corazón, que mire ese drama con ojos de solidaridad y cree un puente humanitario por el Darién', pide un cubano que consiguió llegar a EEUU.

Turbo
Un emigrante y su hijo en la selva del Darien.
Un emigrante y su hijo en la selva del Darien. Diario de Cuba

Los migrantes cubanos se siguen enfrentando a la muerte, naufragios, violaciones y robos en su tránsito por la selva del Darién, donde han encontrado hasta bebés abandonados. Por eso, varios sobrevivientes a este drama han pedido al próximo Gobierno de Colombia más sensibilidad y solidaridad con quienes pasan por su territorio.

En el camino han quedado muchos, incluso miembros de una misma familia. Es el caso de Lisandra Bravo Alarcón, fallecida al hundirse la embarcación en la que viajaba hacia Panamá en octubre del año pasado, y su hijo Brayan, de 14 años, quien murió un mes después debido a un infarto fulminante mientras subía la temida Loma de la Muerte. Su cuerpo yace en el lugar donde lo enterró su padre. Ante la rústica cruz de madera, los migrantes oran y piden al alma del pequeño fuerzas y protección.

Poco han importado estas tragedias y los del pasado a los gobiernos de Colombia y Panamá. Los peligros de la selva continúan cobrando vidas y dejando marcas en las conciencias de los cubanos y demás migrantes que hacen la ruta hacia Estados Unidos. "En las noches despierto sobresaltado. Los cadáveres regados y olvidados aparecen en mis sueños", confesó a DIARIO DE CUBA el cubano Orlando Ezequiel Márquez Montes de Oca.

El 26 de noviembre de 2021, cuando el Gobierno colombiano dio por superada la crisis migratoria en Necoclí, las ONG levantaron sus carpas, las ayudas no volvieron y los medios comunicación olvidaron el drama. Según cifras de Migración Colombia, ese año 123.000 migrantes, entre ellos cerca de 8.000 cubanos, compraron tiquetes para cruzar el Golfo de Urabá e internarse en la selva; pero datos extraoficiales hablan de que alrededor de 80.000 migrantes se entregaron a los coyotes (traficantes de personas).

Por otra parte, datos del Servicio Nacional de Fronteras de Panamá indican que, hasta el 9 de junio de este año, 38.080 migrantes han cruzado la selva del Darién; de ellos, 1.213 eran cubanos. Ese mismo día, cerca de la localidad de Carreto, fueron retenidos ocho coyotes colombianos que transportaban a 92 migrantes de forma ilegal en cinco embarcaciones. En el grupo viajaban 14 menores de edad.

Por otro lado, el pasado 10 de junio la Armada Nacional de Colombia rescató 24 migrantes que estaban a la deriva en el mar de Punta Goleta, cerca de Capurganá. La embarcación naufragó debido a los fuertes vientos y la marea alta. Según pudo comprobar DIARIO DE CUBA, la embarcación había zarpado de forma ilegal desde una playa entre las localidades colombianas de Turbo y Necoclí. Los coyotes habrían cobrado 700 dólares a cada migrante por llevarlos hasta la playa conocida como Carreto, en Panamá.

Claudia (nombre cambiado a solicitud de la entrevistada) es una migrante cubana que se encuentra sola en Tapachula, México, porque su esposo fue deportado. Desde allí se comunicó con DIARIO DE CUBA y habló de los peligros y los sufrimientos que vivió en su cruce por el Darién. "Lo más fuerte fue ver los cadáveres regados por la selva; algunos frescos, de pocos días, otros ya solo huesos. Allí nadie se puede enfermar, no te pueden faltar las fuerzas".

Recordó el cadáver de un hombre a orillas de un río, a escasos dos kilómetros de la localidad de Carreto-Panamá. "Estaba recién muerto, aún no olía mal. En sus ojos desorbitados se percibía la angustia".

En un video enviado por Claudia a DIARIO DE CUBA, se escucha a un migrante describiendo la escena. "El señor fue abandonado con vida hace alrededor de 15 días", dice mientras el grupo, del que forman parte varios niños, se dispone a continuar la marcha.

Cubanos piden al futuro presidente de Colombia humanizar la migración

Orlando Ezequiel Márquez Montes de Oca fue deportado desde México en mayo de 2019, después de cruzar Suramérica y Centroamérica. Consiguió finalmente llegar a EEUU hace seis meses. Hace una semana escribió a este corresponsal y expresó su deseo de que el futuro presidente de Colombia se sensibilice con el drama de la migración por el Darién.

Márquez pidió al futuro presidente que saldrá de la contienda entre Gustavo Petro y Rodolfo Hernández solidaridad con el migrante. "Que se ponga la mano en el corazón, que mire ese drama con ojos de solidaridad y cree un puente humanitario por el Darién. Son cientos los muertos y familias que han quedado destrozadas", dijo.

Suplicó al próximo Gobierno de Colombia que haga todos los esfuerzos posibles para que no se pierdan más vidas en la llamada "ruta de la muerte".

"Son cientos los cadáveres, los bebés abandonados por sus madres porque no tiene fuerzas… nuestro grupo rescató a tres pequeñas almas indefensas abandonadas y las llevamos hasta el albergue de Bajo Chiquito", recordó.

Por su parte, el humorista cubano afincado en Colombia desde hace 24 años Joel Sánchez advirtió que "nadie detiene la migración, como nadie acaba con la migración de las aves".

"Negarla es negar la dialéctica del desarrollo de especie humana. Los cubanos estamos emigrando porqué estamos desesperados", explicó Sánchez.

Recordó que "hace un año se dieron una serie de protestas en Cuba, de las que hay un sinnúmero de encarcelados y no se han dado datos ciertos". Enfatizó que el problema no es de Colombia, ni de Panamá; el problema está en Cuba, en Venezuela, en Haití. "Pero esto no puede ser disculpa para lavarse las manos, el fenómeno migratorio hay que tratarlo con la diplomacia que este drama merece", señaló.

"Si un cubano o cualquier extranjero pide asilo o protección temporal por su tránsito en Colombia, es deber de un Gobierno democrático brindárselo", opinó Sánchez.

El fenómeno migratorio cubano y las elecciones en Colombia

Aunque la migración de paso por Colombia es una realidad desde la década de los años 80 del siglo pasado, ningún presidente le ha dado la importancia que merece. En la actual contienda electoral el fenómeno migratorio extracontinental no está presente en los programas de Gobierno de ninguno de los candidatos a la Presidencia.

Tanto Rodolfo Hernández como Gustavo Petro dan importancia a la migración venezolana, pero no trazan estrategias para enfrentar el fenómeno migratorio de paso o extracontinental.

El candidato Rodolfo Hernández reconoce en su programa de gobierno la migración venezolana como una realidad que es necesario afrontar desde lo humano, lo social y de hermandad. Para ello propone diferentes acciones, pero en su discurso no toca el tema de la migración de paso.

Por parte, Gustavo Petro reconoce el fenómeno migratorio en Colombia de forma genérica. En su programa de gobierno expresa la necesidad de proteger los derechos y la dignidad de los migrantes; enuncia la intención de reconocer al migrante como sujeto de derechos, pero más adelante se hace la salvedad de una migración "hoy principalmente venezolana".

Preocupa sobremanera que ninguno de los dos candidatos dimensione la tragedia humanitaria que han sufrido miles de cubanos, haitianos, asiáticos y africanos, y ponga el enfoque en que la migración es también un problema de seguridad nacional: las decenas de millones de dólares que mueven las bandas de tráfico de migrantes son recursos que con frecuencia terminan avivando el conflicto armado de Colombia.

DIARIO DE CUBA ha cubierto sobre el terreno, durante ocho años, el drama de miles de cubanos en su paso por Colombia. Con esa experiencia, envió una serie de preguntas a ambos candidatos a la Presidencia de Colombia.

La campaña Rodolfo Hernández no contestó, aunque hizo acuse de recibo del cuestionario. La de Gustavo Petro sí respondió. A continuación, parte del intercambio:

Cuestionada sobre el hecho de que el programa de Gobierno no hable del fenómeno migratorio extracontinental y solo toque la migración venezolana, e interrogada sobre cómo abordaría la realidad de la migración, la campaña de Petro dijo que "primero, es necesario reconocer que Colombia es un país de emigración y también de inmigración, lo que implica que (…) es un espacio donde llegan y por donde pasan buena parte de los flujos de población intra y extracontinentales".

"Sabemos muy poco de quiénes son y en qué condiciones están, del acceso a derechos básicos, de la proporción de mujeres, niños, niñas y adolescentes que se encuentran en nuestro territorio", reconoció el equipo de Petro. "Debemos dejar el lugar común que la define como 'una migración de tránsito', como si estuvieran 'de paso' y como si no tuviéramos obligaciones en la protección de sus derechos porque asumimos que su destino está en otro lugar. Debemos dar una respuesta de cara a la normativa internacional de derechos humanos y de refugio, independiente de su nacionalidad, de si están en situación regular o irregular, de si tienen documentos o no, de si entraron por la trocha, a pie, o si llegaron en avión, de si son empresarios, inversionistas, profesionales, estudiantes, madres cabeza de hogar o 'caminantes', 'polizontes' que buscan un lugar donde sea posible vivir".

Por otro lado, la campaña de Petro se comprometió a fortalecer la ley colombiana e "incluir medidas efectivas en la integración y protección de derechos de todas las poblaciones migrantes, independientemente de su estatus migratorio o nacionalidad, o de si se encuentran en tránsito hacia otros países".

Interrogado sobre si cumplirá el pacto de Migración Segura, Ordenada y Regular, firmado por Colombia en 2018 y cómo lo hará, a pesar de que no es vinculante, la campaña de Petro respondió afirmativamente, pero matizó que para cumplir ese compromiso "no basta con acciones adelantadas por cada Estado de manera desarticulada o con declaraciones de buenas intenciones que se quedan en el papel".

"Las respuestas regionales deben priorizar los derechos de poblaciones migrantes, con especial atención a personas en situación de vulnerabilidad, y deben estar orientadas a una integración en dos niveles: uno intra-regional entre países miembros de Mercosur, CARICOM, Comunidad Andina de Naciones, entre otras instancias; otro nivel el de la integración social entre migrantes y comunidades de acogida", indicó la campaña.

"Esto conlleva acuerdos concretos en materia migratoria, en reconocer las fronteras no como una línea que divide sino como un espacio de intercambio cotidiano y dinámico, en alternativas de documentación y de regularización, en acceso a derechos básicos como la salud, la educación y la alimentación sin discriminación alguna. También implica poner en el centro la vida y la protección a la vida, antes que un discurso que criminaliza a poblaciones migrantes que ingresan por la trocha o sin documentación, induciendo a la xenofobia, creando estereotipos marcados por el origen social, la nacionalidad, la pertenencia étnica, el estatus migratorio", agregó.

Al igual que el resto de los gobiernos de América y del mundo, el de Colombia no tiene claridad en cómo enfrentar la migración, más aún después de la pandemia, cuando se ha disparado el flujo de migrantes.

Claudia, la cubana varada en Tapachula, imploró solidaridad. Ojalá que se "conmueva el corazón del futuro presidente de Colombia. Jesús y la virgen María fueron migrantes, salieron de su tierra no por gusto, si no por salvar sus vidas", dijo.

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