Omar Quintero Montes de Oca, conocido como "el pagador de promesas" cubano, aseguró en entrevista con el periodista Julio Acanda, que el dinero que le fue donado por miles de personas durante su peregrinaje al Santuario del Cobre lo destinará a niños con cáncer.
"Sencillamente estoy ayudando a esos niños con parte del dinero que me donó el pueblo de Cuba, en medicinas, en aseo personal y lo seguiré haciendo hasta que Dios quiera", dijo.
"Es un orgullo, después de mi peregrinación, que Dios me haya asignado este trabajo, ayudar a esos niños con cáncer, ofrecerles mi corazón, un rayito de esperanza", añadió Quintero.
Entre enero y marzo pasados, Quintero Montes de Oca hizo un recorrido de más de 800 kilómetros para cumplir una promesa por la salud de su hijo a la Virgen de la Caridad del Cobre.
Lamentablemente, Lázaro Quintero Bermúdez falleció a inicios de junio, mucho más tarde de lo que pronosticaron los médicos. Quintero Bermúdez tenía un tumor en el mediastino, que le fue diagnosticado 11 años atrás.
"La pérdida de mi hijo ha sido muy triste, no lo esperaba, esperaba un milagro", dijo "el pagador de promesas" a Acanda.
Manifestó la esperanza que su hijo "verá desde el cielo el trabajo" que va a realizar por los niños aquejados de cáncer.
"Cumplí yo la promesa y él su tiempo en la Tierra. (Ha sido) un duro golpe, muchos recuerdos de Lázaro, muchas cosas lindas de él, era un hijo muy bueno, muy buen padre, buen hermano, muy buen amigo, mi maravilloso hijo, mi amor", lamentó.
Pese a tener 56 años, problemas de hipertensión y una hernia discal, Quintero Montes de Oca cubrió la distancia entre Marianao, La Habana, y El Cobre, en Santiago de Cuba, a pie, empujando un carrito construido por él mismo, para resguardar una imagen de la patrona de Cuba, donde llevaba grabada la ruta y el nombre de su hijo.
A lo largo del trayecto, que inició en solitario, fue ganando popularidad y su historia se convirtió en un fenómeno social. En cada pueblo al que arribaba fue recibido por multitudes que lo vitoreaban. Varias personas con problemas de salud llegaron a verlo como una especie de talismán. Recibió infinidad de muestras de apoyo en forma de caridad, alimentos e incluso dinero, del que entregó una buena parte a niños, enfermos y otras personas necesitadas.
El peregrinaje de Quintero Montes de Oca fue seguido además por decenas de miles de cubanos a través de las redes sociales. Tras pedidos de sus seguidores, los medios oficiales finalmente cubrieron su llegada al Santuario. El 14 de marzo, dos meses después de salir de La Habana, llegó a Santiago de Cuba, donde finalmente pudo cumplir su promesa.
Debia dedicar su tiempo a enseñarle a los niños que los muñecos de yeso de las iglesias no hacen milagros.
Mejor sería sensibilizar a los niños y niñas desde temprana edad para que no caigan en inclinaciones sexuales anómalas.