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Agricultura cubana: tope de precios, amenazas a comerciantes y menos áreas cultivables

Autoridades en Las Tunas establecen nuevas tarifas para productos del agro. Mientras, en medio de las escaseces Artemisa deja de sembrar 18.000 hectáreas de cultivos primordiales.

Artemisa
Venta de productos agrícolas en un mercado en Las Tunas.
Venta de productos agrícolas en un mercado en Las Tunas. visión tunera

Mientras en Las Tunas las autoridades cubanas han impuesto topes de precios a algunas mercancías de los productores en los mercados agropecuarios, en Artemisa se han dejado de cultivar 18.000 hectáreas de cultivos primordiales en medio de una inflación y escasez que impactan directamente en el bolsillo y la mesa de los cubanos.

Según un reporte del medio oficial local Periódico26, los Comités de Concertación de Precios y el Consejo de la Administración Municipal de Las Tunas decidieron topar los precios de algunos productos agrícolas y velar a los comerciantes por el cumplimiento de las nuevas tarifas.

En una medida que afecta a productores, pero que, según las autoridades, busca "proteger el nivel adquisitivo de la población", se estableció la libra de plátano vianda a 12CUP, como máximo, se mantuvo el precio vigente de 7CUP a la libra de plátano burro, 8CUP la de boniato, 7CUP la de yuca, 6CUP la de calabaza, 10CUP la de lechuga, 30CUP la de tomate y 20CUP la libra de col.

En un encuentro previo, sostenido con los principales "actores económicos" vinculados con esta actividad en el territorio, Manuel Pérez Gallego, miembro del Comité Central y primer secretario del Partido Comunista de Cuba en la provincia, dijo que había que "propiciar un mejor desenvolvimiento del proceso de comercialización de los productos agropecuarios, sin que dejen de resultar rentables para quienes producen, ni lleguen a ser abusivos para los consumidores."

Pérez Gallego fue categórico al decir "que no se iba a permitir desorganización en la actividad comercial y alertó de que los órganos de inspección serían los encargados de velar por el cumplimiento de las tarifas aprobadas".

Sin comida y sin cultivar

Por otra parte, en medio de la escasez de alimentos que padece la población cubana, en la provincia de Artemisa se desaprovecharon 18.000 hectáreas de cultivos primordiales como plátano, yuca, boniato y malanga, según publicó el periódico El Artemiseño.

La información se dio a conocer tras un intercambio del vicepresidente Salvador Valdés Mesa con autoridades del territorio y en el cual el funcionario pidió "incrementar las áreas de siembra y organizar la comercialización agrícola".

"Si algo tenemos en Artemisa es tierra y experiencia de trabajo de sus campesinos", dijo Mesa aunque calificó como un desafío el propósito de sumar 100.000 hectáreas cultivables en la próxima campaña de frío e igual número en primavera.

Valdés Mesa convocó al "empleo óptimo de la maquinaria agrícola, el uso de bioproductos, que debe consolidarse a partir de la terminación de varias plantas en el país, además de la siembra de ciclo corto en tierras ociosas del grupo azucarero AZCUBA, Los Naranjos, empresas tabacaleras o cualquier otro propietario".

Valdés Mesa dijo que es imperativo disminuir los plazos de cultivos y entregar y garantizar el compromiso de 12 libras per cápita con La Habana.

Sin embargo, la primera secretaria del Partido en Artemisa, Gladys Martínez Verdecia, se quejó de las tierras infectadas de marabú y calificó como fundamental "disponer de una brigada propia de desmonte y construcción con equipos especializados que ayuden a desbrozar las tierras contaminadas al sur del territorio".

"Producir nuestros granos y cereales, a fin de no tener que importarlos, y que los municipios consigan autoabastecerse resultan las mejores opciones", dijo Valdés Mesa, según el medio local.

En el encuentro también se habló de un programa de entrega de cinco kilogramos de proteínas, para el cual está previsto "extender la acuicultura, la cría de cerdos de capa oscura, así como completar los módulos pecuarios y sus variedades, de modo que puedan recibir la certificación veterinaria".

Los campesinos y productores cubanos se quejan de numerosas trabas para realizar su trabajo y de que apenas cuentan con ayuda para sacar adelante sus cosechas.

Esta misma semana han trascendido en la prensa oficial reportes de pérdidas por falta de insumos, combustible y pudrición de productos tan elementales y que el Estado incluso subsidia como la papa.

Recientemente, Leonel Capote, de Güira de Melena, vaticinó en Twitter: "De aquí a unos meses van a escasear más los productos agrícolas. Se acabaron los cultivos de campaña de frío. No se han podido preparar las tierras para sembrar productos de verano por falta de combustible, perdiendo el preciado tiempo en que no llovía".

"Ahora ya comenzaron las lluvias, la yerba creciendo y las tierras sin arar. Pero aunque consigas el combustible, no se puede hacer nada. Es pérdida de tiempo y los días pasando. Eso que no se puede sembrar hoy, es lo que faltará en los meses venideros", subrayó.

"Por eso a la agricultura hay que darle los golpes cuando los lleva. Arar, preparar tierras y sembrar en su momento adecuado. Para luego, es tarde. Será comida que faltará en la mesa", finalizó.

Capote mismo es ejemplo de que no solo la falta de recursos golpea la producción agrícola en un país cuyas autoridades exigen sembrar más para dejar de importar alimentos. 

En abril denunció la pérdida de su cosecha de calabaza, justo dos meses después de que el Gobierno afirmara que en Cuba se desperdiciaba comida debido a "la incultura alimentaria".

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