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Narrativa

Notas sobre la escritura distópica

'Hemos fracasado por completo como seres humanos,/ pero debemos fracasar mejor como escritores': un fragmento de 'La máquina plagiadora'.

Zaragoza
Paisaje de distopía.
Paisaje de distopía. Revista C2

 

La escritura distópica es escritura alegórica.
La escritura alegórica es una escritura de su tiempo,
que dice de forma distorsionada lo que no se puede
decir de forma directa, generalmente por culpa
de regímenes políticos abiertamente represores
o por la naturaleza sagrada del mensaje.


En la alegoría, el autor usa todas las posibilidades
existentes —encontradas o creadas— para hacer
un collage de un mundo que sitúe en paralelo
la nueva sociedad de los seres humanos como mercancía.

Las personas son objetos en una distopía,
no seres humanos.

Toda escritura distópica en la era de internet
(o sin ella) debe ser alegórica para denunciar o reflejar
a través de la literatura a los regímenes totalitarios.

También para violar las fronteras de la originalidad
y saltarse los muros del lenguaje
y de las prohibiciones institucionales o académicas,
demostrando que el plagio, las imitaciones, las parodias,
etcétera, son los sellos de la nueva "originalidad".

***

La escritura alegórica (y en particular la escritura
distópica por apropiación) no pretende criticar
a los regímenes totalitarios desde fuera,
sino reflejarlos en la hoja de manera directa.
Para ello, se vale de los materiales de la propia
literatura. Es algo similar a cómo las obras
de arte prefabricadas critican la alta cultura y eliminan
la frontera entre el arte y la vida creada por los museos.

El escritor de escritura distópica puede inspirarse
en la Naturaleza muerta con silla de rejilla de Picasso,
en la Fuente de Duchamp, o en los mecanismos
de montaje de la música y el cine,
pero siempre para reflejar los desmanes del gobierno
dictatorial al que critica en su novela.

***

La crítica está en la reformulación de lo que se denuncia.
La crítica de la crítica está en el reflejo de lo que antes
era original sin serlo porque la historia,
como las estaciones, se repite.

Nótese el deseo de volver a empezar el camino
de las distopías en la historia de la humanidad.

El fracaso de los gobiernos es, en esencia,
el objetivo de la escritura distópica.

Hemos fracasado por completo como seres humanos,
pero debemos fracasar mejor como escritores.

***

Si la alegoría asume el contexto, la escritura distópica
asume todos los contextos de los regímenes totalitarios.

La mente alegórica se alinea con el objeto
(el individuo) y protesta contra su devaluación
al estatus de mercancía, devaluándolo por segunda
vez en el discurso alegórico o escritural.

***

La reescritura está en deuda con el pasado
a favor de la historia, así como la apropiación
reescribe el presente a favor del futuro.

***

La solución no la ofrece la machina ex deus.
Esto nos lleva de vuelta al significado de las distopías
en la historia del ser humano desde sus orígenes hasta hoy.

Por lo que estas notas que escribo ahora, por ejemplo,
también son alegóricas.

 


Dolan Mor nació en Pinar del Río, en 1968. Su libros publicados más reciente son Antología de Spoon Raven (Candaya, Barcelona, 2019) y En los extramuros de Zaragoza. Poemas escogidos (Verbum, Madrid, 2021). Este fragmento pertenece a la novela La máquina plagiadora (Verbum, Madrid, 2022).

De su nota de contracubierta: "La máquina plagiadora es una novela escrita por una mujer loca que permanece ingresada en un manicomio de Berlín. En sus páginas se narran los acontecimientos de una futura distopía donde tendrán lugar las manifestaciones del 11 de julio en Cuba (Abuc). Pero la narradora, que se presenta desde el inicio como una máquina inteligente, no lo hace de la misma manera en que se desarrollan las historias de una novela convencional, sino a través de la fragmentación de una no-novela. Para lograr su objetivo la máquina se apoya en las teorías de la escritura no-creativa de Kenneth Goldsmith, tomando como modelo el Libro de los pasajes de Benjamin (mezcla, por ejemplo, narraciones, ensayos, poemas, artículos de periódico, fotografía, denuncias solapadas, reseñas, etc.). Las técnicas de la pintura y del montaje en el cine son aplicadas en esta no-novela como si fuera un collage literario, y no son otras que las que usaron Picasso en Naturaleza muerta con silla de rejilla o Duchamp en la Fuente. Un libro inclasificable que anuncia una distopía mundial en el futuro y la sustitución de los autores por máquinas inteligentes."

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