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Cine

Yul Vazquez, un cubano que deja huella en Hollywood: 'la actuación me cayó del cielo'

El actor, quien ha trabajado en producciones como 'Russian Doll', 'War of the Worlds', 'Traffic' y 'Sex and the City', cuenta en entrevista con DIARIO DE CUBA cómo se las arregla un latino en la industria del cine estadounidense.

Madrid
El actor cubano Yul Vazquez. DDC TV
El actor cubanoamericano Yul Vazquez.
El actor cubanoamericano Yul Vazquez.

El cubanoamericano Yul Vazquez es músico, actor y pintor, y llegó a los EEUU cuando tenía dos años, junto a su madre. A pesar de su pronta emigración, Vazquez mantiene un acento cubano que resulta fresco y actual. "Tengo muchos amigos cubanos, y en mi casa mi abuela y mi mamá me hablaban en español", cuenta en entrevista con DIARIO DE CUBA. 

Vazquez, el cubano preferido de Hollywood, dice no conocer la palabra "vacaciones", porque para él es necesario estar siempre creando. Además tiene la "mentalidad de emigrante" con la que llegó su madre, quien tocó tierra estadounidense sin hablar inglés y con dos niños pequeños.

Russian Doll, War of the Worlds, Traffic, Sex and the City, Magic City, The Outsider y Severance son algunas de las superproducciones en las que hemos visto al actor, quien cuenta que siempre lo llaman para "personajes torturados y que torturan". No fue así en la exitosa serie Russian Doll, en donde Vazquez pudo ser finalmente "the guy who kisses the girl" (el chico que besa a la chica), dice. 

El amor al arte, y Vázquez ama todas las artes, le viene de su madre. 

"Mi mamá fue actriz, yo iba al teatro con ella porque no teníamos dinero para que alguien me cuidara", relata. "Ella estaba en una compañía de cubanos exilados acá. Recuerdo que había una orquesta en vivo y yo me sentaba al lado del baterista. Mi mamá me compró un set de tambores, una locura para un niño. Nosotros vivíamos en un apartamento de un solo cuarto en donde estábamos mi mamá, mi abuela, mi hermana y yo. Yo dormía con mi abuela, mi mamá en un sofá y mi hermana en la otra cama. En ese apartamento, imagínate el ruido que hacía con aquellos tambores un niño de seis años", recuerda entre risas.

Aunque Vazquez empezó con la música, la actuación fue la que le "voló la tapa del cerebro". A los 14 años consiguió su primer trabajo en Miami Beach para comprarse una guitarra que costaba 90 dólares. Así empezó su aventura musical. 

"Tocaba en bandas, hacíamos discos y giras, nunca tuve la idea de ser actor. La actuación me cayó del cielo. Estaba en una banda en Nueva York y la compañía de disco nos acababa de dejar. En ese momento comencé una clase de actuación, y una señora, que fue clave en mi vida, me preguntó si quería que ella fuera mi agente. Yo en ese momento no tenía nada que perder y la respuesta fue positiva", cuenta Vazquez.

"Con la actuación el cerebro se me abre, esa clase me cambia la vida completa emocional y espiritualmente. Empecé a sentir cosas que hacía años no sentía. A los seis meses tuve mi primer trabajo en la película The Mambo Kings, con Antonio Banderas, y así empiezo", dice el actor, quien ha acumulado más de 60 papeles en televisión, cine y teatro. 

Vazquez dice que se decanta por la actuación porque es un oficio más solitario en comparación con la música, donde tenía que lidiar con muchas "personalidades difíciles".

"Yo estuve en bandas con personas que usaban muchas drogas, no es algo fácil. Nunca tomé esa ruta, se lo debo a mi mamá. En mi casa había una sola ley y era la de Yolanda. Yo veo ahora que los niños negocian con los padres, 'niña haz esto y te doy el IPad'; en mi casa lo que te daban era cuatro galletas. Mi mamá me mantuvo con un enfoque superclaro".

Por ese gusto de trabajar en solitario es que Vazquez ama pintar. "Cuando pinto no hay nada entre los materiales, mi cerebro y la tela, es una relación directa. Mis pinturas están inspiradas en cosas que vi durante mi niñez. Mi mamá era muy activa en la santería y en mi casa había muchos santeros y paleros, de ahí cogí mucho".

Aunque sus dibujos estén marcados por la santería, Vazquez no practica ninguna religión. "Creo en cosas, pero tengo problemas con el control que quiere tener la Iglesia sobre las personas. Eso para mí es un extremismo".

Sobre el destino de ser cubano en Hollywood, el actor cuenta que el panorama ha mejorado en cuanto a la discriminación.  "A veces, siendo latino era un poco difícil. Ha cambiado un poco, pero le falta más. Como me dijo Andy García una vez, 'nos invitan a la fiesta, pero no nos dan un asiento en la mesa'".

Vazquez cuenta que fue el Premio Tony que ganó por la obra The Motherfucker with the Hat, el que les abrió los ojos a muchas personas que lo veían, pero no sabían quién era. 

El actor, que no descansa, aparecerá en la producción de HBO The White House Plumbers, que se estrenará el verano próximo y trata el escándalo Watergate desde una óptica humorística. 

A los jóvenes que quieran iniciarse en el mundo de la actuación les dice que nunca desaparecerán los días en los que se pregunta qué está haciendo con su vida, "¿debía haber hecho otra cosa? Mi padre fue médico. Esta vida es difícil, es sacrificada, y deben de saberlo", concluye Vazquez. 

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