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Bulgaria

Julia Kristeva, acusada de ser espía del régimen comunista de Bulgaria

'Sabina' era su supuesto nombre en clave, según un documento publicado esta semana.

París

En los archivos de los servicios secretos del antiguo régimen comunista búlgaro no se han encontrado documentos escritos por la filósofa francesa de origen búlgaro Julia Kristeva, aseguró este viernes Ekaterina Boncheva, miembro de la comisión estatal encargada de investigar los citados archivos, reporta EFE.

Boncheva hizo estas declaraciones a la agencia de noticias búlgara Dnevnik.bg un día después de que la misma comisión revelara que la prestigiosa intelectual, de 76 años, habría sido agente de los servicios secretos búlgaros.

Asimismo, confirmó que "los documentos que están en el archivo de Darzhavna Sigurnost (Seguridad Estatal) muestran que (Kristeva) estaba registrada (como agente) y sobre ella no se había ejercido presión para colaborar".

La escritora, filósofa y psicoanalista Kristeva, que vive en Francia desde la mitad de la década de 1960, negó este miércoles haber colaborado con el régimen comunista.

La acusación de las autoridades búlgaras son "no solo grotescas y falsas", así como "difamatorias", sino también una "ofensa a (su) honor", declaró.

Según el documento publicado el miércoles por la comisión búlgara, Kristeva, conocida con el nombre en clave de "Sabina", trabajó para la Sección Uno de los servicios secretos exteriores dedicada a la recopilación de información sobre aspectos artísticos y de los medios de comunicación.

La escritora habría sido reclutada en 1971 y no se especifica cuánto habría durado esa cooperación ni si recibió algún pago por ello.

En el momento del inicio de esa colaboración Kristeva llevaba ya más de cinco años en París, adonde había llegado con 24 años con una beca del Gobierno francés, informó el semanario búlgaro Capital.

Oficialmente, su país natal la consideró una “renegada de la patria”, lo que no impidió que regresara a Bulgaria durante una visita oficial de François Mitterrand, en 1989.

De acuerdo con el diario El País, la lingüista aseguró haber sido "objeto de vigilancia" por parte de los servicios secretos, lo que explicaría la existencia de un dosier sobre su persona. Sin embargo, la ficha dice que fue "reclutada" por el teniente Ivan Dimitrov Bojikov en junio de 1971.

"Esta ficha reemerge ahora a causa de una verificación realizada por la revista Literaturen Vestnik, para la que Kristeva aspiraba a trabajar. Según la normativa en vigor, los medios búlgaros tienen la obligación de comprobar y hacer público el pasado de todo periodista nacido antes de 1976 en caso de haber apoyado al régimen. Los archivos de la era comunista fueron parcialmente desclasificados en 2006", señala El País.

La Darzhavna Sigurnost, el nombre de los servicios secretos búlgaros, llegó a tener una red de 100.000 agentes e informadores y estuvo implicada en casos como el intento de asesinato de Juan Pablo II o la muerte del disidente Georgi Markov, envenenado con una jeringuilla escondida en la punta de un paraguas.

Los servicios secretos búlgaros eran estrechos aliados de la KGB soviética y tuvieron una triste fama por eliminar a disidentes en el extranjero durante la Guerra Fría.

Kristeva, que ha destacado por sus trabajos sobre lingüística, teoría de la literatura y feminismo, ha recibido numerosos premios internacionales por su obra, como el Holberg, el Hannah Arendt o el Vaclav Havel.

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