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Agricultura

Un campesino cubano denuncia el desperdicio de su cosecha y pregunta a Díaz-Canel qué hace con ella

'Todo esto es culpa del embargo. Tú sabes, que no deja importar la lata, que no deja moler la vianda, que no deja cortar la hierba, que no deja limpiar el pico para ir a la boda del tío Perico', ironiza un cubano en Facebook.

Artemisa
La cosecha de calabazas del campesino cubano Leonel Capote.
La cosecha de calabazas del campesino cubano Leonel Capote.

El campesino cubano Leonel Capote, quien reside en Güira de Melena, provincia Artemisa, denunció en su cuenta de Twitter la pérdida de su cosecha de calabaza, justo dos meses después de que el Gobierno afirmara que en Cuba se desperdiciaba comida, debido a "la incultura alimentaria".

En un mensaje en el que etiqueta al gobernante Miguel Díaz-Canel y al Ministerio de Agricultura (MINAGRI), Capote recuerda el llamado del Gobierno a que los campesinos produzcan más y pregunta qué hace con su cosecha. 

"Instar a los campesinos a: Sembrar más... Producir más... Aquí está mi cosecha, ¿qué hacemos con ella?", cuestiona.

En una publicación previa, que el agricultor acompaña de una foto en la que se ven sus calabazas bajo la sombra de un árbol, afirma que no hay destino para su cosecha y que nadie quiere comprarla.

"Recogí las calabazas del campo y las bajé a la sombra de un árbol. No hay destino para ellas, nadie quiere comprar. Al parecer, hay bastante", dice.

Pero la falta de cultura alimentaria de la que se quejó el Gobierno en febrero no es la causa de que Capote pierda su cosecha, pues esta había sido contratada por la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS), según explica el productor a un internauta que le recomienda "tratar de vender su producción antes de cosecharla" y "mejorar su gestión comercial".

Capote asegura que "el comprador de esa empresa" le estuvo dando esperanzas durante un mes y diciéndole que "venían todas las semanas a comprarlas". La realidad, según cuenta el agricultor, fue que "vinieron una vez y no vinieron más".

Varios usuarios respondieron a la publicación de Capote con críticas al MINAGRI. El embargo estadounidense, el eterno pretexto del Gobierno cubano para justificar su propia ineficiencia, también tuvo su lugar entre los comentarios.

"Todo esto es culpa del embargo. Tú sabes, que no deja importar la lata, que no deja moler la vianda, que no deja cortar la hierba, que no deja limpiar el pico para ir a la boda del tío Perico", escribió Willy López.

"Hasta cuándo, MINAGCuba, sabemos que hay factores como el déficit de combustible, pero Papo eso es COMIDA (y esfuerzo) y eso no se puede botar coñoooo", dijo Brayan Roca García y pidió "Respeto para el agricultor".

En Cuba, los campesinos tienen que entregar la mayor parte de sus producciones a la empresa estatal Acopio, que les paga precios bajos y a veces de manera tardía por las cosechas. El incumplimiento suele costar sendas multas a los productores, pero algunos prefieren pagarlas antes de venderle a la empresa estatal.

"Como no hay qué comer, no hay ni arroz ni nada, el maíz y lo que sea comida tiene una gran demanda y te pagan ahí mismo; entonces, es mejor para todo el mundo venderlo directo a la gente. Se gana más sin necesidad de abusar. La gente sabe que ahora todo está caro y el propio Estado es quien más alto vende. Pero eso no lo entiende el Estado y, si no cumples con Acopio, que quiere llevarse el 90% de la cosecha, te multan. Sin embargo, es mejor mil veces pagar la multa que venderle a Acopio", expresó a DIARIO DE CUBA en 2021 un campesino que, por razones obvias, no quiso revelar su nombre.

Pero, contradictoriamente y en medio de la crisis alimentaria que vive el país desde antes de la pandemia de Covid-19, el caso de Leonel Capote no es único. Es mucha la comida que se echa a perder en los campos cubanos y muchos los campesinos que pierden el resultado de su esfuerzo.

En Camagüey, en 2021, numerosos agricultores denunciaron al periódico oficial Adelante, que estaban perdiendo toneladas de mangos debido a la ineficiencia de Acopio y a la imposibilidad de vender los frutos libremente.

Mientras eso sucedía, para muchas familias en el oriente del país, esa fruta se convertía en la alternativa para paliar el hambre, a falta de pan y ante los altos precios del arroz, los frijoles y las escasas viandas.

En 2020, fueron varias las denuncias por las cosechas perdidas de mango y de piña, que no llegaran a las mesas de los cubanos.

Por su parte, Capote ha tenido que conformarse con regalar muchas calabazas y asegura haberle dado a todo el que le "ha pedido para comer". También pudo vender algunas a los comedores de las escuelas, pero la próxima semana las escuelas cerrarán por vacaciones.
 

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