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Emigración

'Estamos desesperadas', denuncian las esposas de cubanos detenidos en Rusia

Los jóvenes enfrentan multas de 5.000 rublos y la expulsión del país, pero no hay vuelos a Cuba y las autoridades cubanas no ofrecen solución.

Madrid
De izq. a dcha: Yandry Pargas Orta, Noel Montero Rodríguez y Yoandris Benítez Castillo.
De izq. a dcha: Yandry Pargas Orta, Noel Montero Rodríguez y Yoandris Benítez Castillo. Cortesía de las entrevistadas

"Estoy desesperada", dice a DIARIO DE CUBA desde Madruga, Mayabeque, la cubana Lien Benítez. La causa es su esposo, Yandry Pargas Orta, detenido en Rusia y a la espera de deportación, de quien apenas tiene noticias desde que está detenido.

El joven, como muchos otros cubanos, buscaba en Rusia una salida a la profunda crisis que vive la Isla, pero todo se complicó con el inicio de la guerra ruso-ucraniana. Ahora se encuentran en un callejón sin salida: no hay vuelos para retornar a Cuba por las sanciones internacionales impuestas al régimen de Putin tras invadir a Ucrania. Y el régimen cubano se desentiende de sus nacionales.

"Mi esposo salió de Cuba el día 9 de noviembre del año pasado. Estuvo legal los tres meses que le correspondían, pero estaba tratando de hacer unos kilitos más para poder completar el equipaje y el pasaje. Nunca su idea fue quedarse en Rusia, ni brincar, sino trabajar, para hacer algún dinero y poder subsistir en Cuba", explica Benítez.

Pargas Orta fue detenido el 12 de febrero mientras hablaba por teléfono con su esposa. "Estando hablando con él, me dice: 'Tengo que dejarte porque me van a llevar preso'. Y le digo: 'Pero ¿cómo te van a llevar preso?' 'Sí, acaba de venir la policía, me van a llevar preso. Cuando todo termine te llamo'", narra Benítez, que no supo de su pareja hasta dos días después.

"Luego de esa llamada no supe de él hasta el 14 de febrero, cuando me dijo que ha estado en un juicio, que necesitaba 600 dólares para pagar multas y sacar su pasaje, que si no iba preso." Luego de esa llamada, Benítez no logró hablar con su esposo hasta que pasaron muchos más días de incertidumbre, donde ella solicitó ayuda a través de las redes sociales, en los múltiples grupos de Facebook que los cubanos utilizan para comunicarse e intercambiar información.

"Él me timbraba, y me timbraba de un número, cuando yo lo levanté vi que era su voz, y me dijo: 'Vuélveme a llamar a este número, por favor', cuando lo llamé ya me explicó que estaba preso, que no era solo él, que había muchos cubanos allí. Que por lo menos estaba bien, que no estaba pasando frío. Pero que tenía que esperar a que lo deportaran."

"Supuestamente ese teléfono nos lo daban a los familiares para que llamáramos. En estos momentos en ese teléfono nos roban el dinero, porque llamamos y nos ponen la contestadora. O llamamos y no sale nadie. Yo por lo menos tengo una bebé de dos años y una niña de 11, estoy desesperada", confiesa la cubana. "No sé nada de él, ni qué día lo van a deportar. Es una situación bien engorrosa."

Pargas Orta es el padre de la menor de dos años, y era el sostén económico de la familia. "Él me estaba mandando dinero todas las semanas desde Rusia, me ayudaba con los gastos de las niñas", dice Benítez, que ahora hace malabares para sobrevivir con su salario de maestra de secundaria y lamenta no haber podido juntar el dinero que él necesitaba. Tampoco tiene para pagarle un abogado.

La situación de esta familia no es excepcional. Son muchas las familias angustiadas porque sus parientes en Rusia se encuentran presos, desaparecidos o en un limbo legal. 

"A mi esposo lo dejaron dos días sin comer", relata a DIARIO DE CUBA Melisa, otra esposa desesperada que prefiere mantener su identidad reservada. La joven cubana llegó a Moscú antes de que estallara la guerra: "Estoy desesperada aquí sola en este país, y sin mi esposo. Además, sabiendo por todo lo que están pasando y sin poder comunicarme con él".

"Estoy trabajando como cualquier cubano que viene a mejorar, pero con toda esta situación de mi esposo estoy como loca, porque nosotros ya teníamos todo listo para irnos pronto. Pero no me puedo ir sabiendo lo que él está pasando", dice.

"Además, en Cuba no tendría como saber de él. Si aquí me es casi imposible, di tú si me voy para Cuba; yo no sé qué hacer, la verdad es que yo y la mujer de Yoandri, el amigo de mi marido, estamos desesperadas".

Su pareja, Noel Montero Rodríguez, de 28 años, "llevaba ocho meses aquí trabajando y la policía de emigración lo detuvo trabajando en la nieve" y le pusieron "una multa de 5.000 rublos", explica la cubana, quien no pudo conseguir la sentencia del juicio a su esposo "porque le quitaron el teléfono", pero envió a DIARIO DE CUBA la de otro cubano, amigo de Montero Rodríguez.

Se trata de Yoandris Benítez Castillo, de 40 años, natural de Santiago de Cuba, quien arribó a Rusia en julio del pasado año y no abandonó el país "debido a que no tenía fondos", indica el documento.

A Benítez Castillo se le impuso igual multa de 5.000 rublos y "la expulsión administrativa de la Federación de Rusia", aunque el documento aclara que hasta que sea efectiva dicha expulsión "hay que contener" al cubano en "el TSVSIG OMVD de Rusia, en la región de Moscú, situado en el pueblo de Kostylevo, del distrito de la ciudad de Egoryevisk".

Melisa logró este viernes hablar con su esposo, pero la situación no evoluciona. "Hasta ahora lo de siempre, que no lo dejan llamar y que allí adentro está muy malo eso, que las mujeres lloran todos los días porque no se pueden ni bañar".

Tanto Melisa como Lien Benítez en Cuba coinciden en que las autoridades cubanas no se han comunicado con ellas ni con sus parejas. Los tres cubanos permanecen detenidos.

El Gobierno cubano dijo este pasado 20 de marzo que busca una "solución a la situación migratoria de los cubanos próximos a exceder el periodo de estancia autorizado", pero no se manifestó acerca de los cubanos en espera de deportación.

DIARIO DE CUBA intentó en reiteradas ocaciones contactar con la Embajada cubana en Rusia sin éxito. En todas las ocasiones salió el contestador.

Se estima que cada año más de 25.000 cubanos arriban a Rusia, sin visa y con un permiso de estancia de tres meses. Unos intentan probar suerte en esas tierras, otros realizan turismo de compras para revender en Cuba, y muchos han decidido seguir camino a Europa, a pesar de los peligros que encierra la travesía Bielorrusia-Polonia, ahora con el añadido de la guerra en Ucrania.

Según la agencia estatal rusa Sputnik, la aerolínea "Azur Air cumplió el programa de regreso de sus pasajeros de México, Cuba y República Dominicana" al imponerse las sanciones. "Entre el 28 de febrero y el 17 de marzo, 12.638 viajeros volvieron en sus aviones a Rusia de estos países", pero solo 93 ciudadanos de países latinoamericanos pudieron volver en los aviones de esta empresa a Cuba, la República Dominicana, Ecuador, Chile, Costa Rica y Argentina. El medio no desglosó las nacionalidades.

"Yo no tengo para pagar un abogado. Apenas puedo sustentar la casa. Entonces, ¿hasta cuándo tiene que estar preso mi esposo? Él no mato a nadie ni tampoco estafó, por favor, que lo acaben de traer", pide Lien Benítez desde la Isla.

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4 comentarios

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Todo lo relacionado a esa apestosa letrina isla es miserable..

Profile picture for user maikel

seguro q putin les dice q tienen q pasar el servicio militar obligatorio en ucrania y después se pueden ir.

Profile picture for user Amadeus

La desesperación de los cubanos en estos tiempos de "ordenamiento" y "continuidad" vamas allá de la lógica. El régimen castrista que se vanagloria de dignidad y justicia social, no tiene ninguna vergüenza y ni siquiera se da por enterado, mientras sigue con la lata triunfalista y optimista de que "hay problemas y tenemos que seguir trabjando en eso (60 años más)".

Estos pobres hombres van a donde pueden, no tienen otra opción cuandp se tiene hambre y familias, como los haitianos o los centroamericanos hacia Estados Unidos. La situación de ellos es grave por el momento, ya que el espacio aéreo europeo está cerrado y las fronteras con Rusia también, de allí no se puede salir ni a pie por el Estrecho de Bering y menos con un pasaporte cubano. Lo único que les queda es rezar porque termine la invasión rusa lo antes posible.

Todos estaban violando las leyes de inmigración de ese horrible país, trabajando cuando está prohibido y quedándose mucho más tiempo de los 90 días autorizados. Se lo buscaron y ahora se quejan. Probablemente se encarnen más en ellos por ser negros ya que el racismo de los rusos, y de todos esos países eslavos (incluyendo la sufrida Ucrania), es bien conocido. Como dice el dicho, Moscú no cree en lágrimas.