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Chile

A Gabriel Boric le espera una presidencia a contrarreloj

El nuevo presidente de Chile tendrá que responder a las demandas de cambio presentes en el país y acoplar su gestión a la nueva Constitución que se discute.

Brasilia
Gabriel Boric en su época de candidato.
Gabriel Boric en su época de candidato. La Tercera

Gabriel Boric asumirá la presidencia de Chile este 11 de marzo. Será el más joven jefe de Estado del país sudamericano y su gran enemigo, aunque parezca paradójico, será el tiempo. Otro símbolo de este período será el regreso del Partido Comunista de Chile (PCCh) a tener roles de gobierno, cosa que no ocurría desde la presidencia de Salvador Allende.

Boric deberá actuar a contrarreloj, tanto para responder a las demandas de cambio que están presentes en el país y que fueron precisamente las que hicieron posible su meteórica carrera política, como para acoplar su gestión a la nueva Constitución que está en discusión en el seno de una Convención Constituyente sin figuras de larga trayectoria política, y variopinta en su composición.

Con 36 años recién cumplidos, Boric se destacó como dirigente estudiantil en las protestas universitarias de 2012 y trató de mediar en la ola de manifestaciones de calle de 2019, algunas de ellas impregnadas de violencia. Sin experiencia previa en la administración pública, terminó siendo electo presidente representando al llamado Frente Amplio, una coalición de partidos y movimientos de izquierda que debutó en las elecciones de noviembre de 2017, y dentro del cual está el histórico Partido Comunista de Chile (PCCh).

El gabinete con el que comenzará su gestión Boric está conformado por una mayoría de mujeres, que ha sido visto como un triunfo simbólico del naciente gobierno, pero un aspecto llamativo es la falta de experiencia en gestión pública de muchos de los colaboradores del nuevo presidente, pese a contar con altas credenciales académicas en muchos casos.

La diversidad ideológica dentro del gabinete, junto a la falta de experiencia, podrían ralentizar las decisiones en un Gobierno que deberá dar respuestas concretas a las demandas de cambio social y económico. La población que salió a las calles en 2019 y que presionó con protestas para que se abriera el cauce a una nueva Carta Magna, espera también respuestas rápidas de Boric, según estiman analistas.

De acuerdo con la encuesta Criteria, difundida a inicios de marzo, colocó este orden de prioridades en las medidas que esperan los chilenos tome Boric cuando asuma el poder. En primer lugar, está la mejora del salario mínimo, luego el seguro universal de salud, revisión de la política migratoria y garantizar el agua como un derecho humano.

Algunas de estas expectativas serán difíciles de alcanzar en corto tiempo, según estiman expertos. La presión por hacer palpable el cambio podría ser un talón de Aquiles para Boric en sus primeras semanas en el Palacio de La Moneda.

Entretanto, en la más reciente encuesta de la consultora Cadem, difundida hace dos semanas, la aprobación de Boric había subido ligeramente en comparación con enero. Un 48% de los encuestados tiene una opinión favorable del presidente, quien asumirá este 11 de marzo para un periodo de cuatro años.

Diversos analistas consideran que Boric tendrá una gestión compleja, dado que en el corto plazo se aprobará una Constitución en la cual sus referentes políticos, dentro de la Convención Constituyente, no son mayoría. No hay claridad de cuál será la Carta Magna que finalmente emerja de la Convención Constituyente, y para Boric será un desafío importante adaptar en corto tiempo su gestión para acoplarse con unos lineamientos constitucionales que aún son, en general, desconocidos.

La Convención se disolverá el venidero 4 de julio, para esa fecha debería estar redactada una nueva Carta Magna, la cual luego deberá someterse a plebiscito para su aprobación popular. Es realmente corto tiempo para terminar de ensamblar temas que son discutidos en siete grupos de trabajos laborando de manera simultánea.

Desde que Boric pasó a segunda vuelta y se vieron sus posibilidades de triunfo, el equipo de campaña comenzó a deslizar el escenario de que habría un plan de gobierno de dos tiempos: uno marcado por el primer año de administración, y otro después del plebiscito para aprobar la nueva Constitución.

En la coalición de izquierda que respaldó a Boric en la campaña ya han admitido que Chile entrará en cuatro años complejos para el nuevo Gobierno, que además fue electo por su promesa de cambios profundos en Chile. Muchos de los colaboradores de Boric asumen que en realidad se estará ejecutando un Gobierno de transición, para poner fin a los últimos vestigios de la dictadura de Augusto Pinochet.

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10 comentarios

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Esto no tiene nada que ver con lo latino. El peor enemigo de la democracia es ella misma cuando llega a su límite de saturación. Lo mismo puede ocurrir en Francia.

A pesar de todo, se le agradece a los chilenos (o a la mayoría de ellos) que hayan sepultado la falsa ilusión de que los "latinos" tienen remedio (salvo remedio a corto plazo, ya que siempre recaen).

Pinochet !!!!! Cuánto te necesita Letrinoamérica hoy !!!!!!

Ese cambio de constitución huele a dictadura a lo Chávez. Ojalá me equivoque.

Profile picture for user Pedro Benitez

“En primer lugar, está la mejora del salario mínimo, luego el seguro universal de salud, revisión de la política migratoria y garantizar el agua como un derecho humano.” …………………….”la diversidad ideológica dentro del gabinete, junto a la falta de experiencia, podrían ralentizar las decisiones”
Olvídate que si derecha o izquierda que ni centro hay. El gran problema, problemon: busca el money o te bañas en deuda y más.

Así que éste ahora « trató de mediar en la ola de manifestaciones de calle de 2019, algunas de ellas impregnadas de violencia ».
Puñitos crispados, mirada adusta y el odio de clase a flor de piel.
Sí que se le nota a la legua la pinta de mediador.

Todavía me parece estar oyendo a Salvador Allende por radio Magallanes mientras los Hawker hacían raid sobre la Moneda: « tengo fe en Chile y en su destino ». Luego se pegó un balazo. Ni Nostradamus lo habría imaginado.

Lo único bueno que hizo Allende fue suicidarse porque así le dio entrada a Pinochet, que puso a Chile con una economía próspera. En Chile hace falta otro Pinochet. Lástima que los humanos sean los únicos animales que tropiezan más de una vez con la misma piedra.

Miren al tipo--y eso que se trata de Chile, que se pensaba había superado las lacras letrinamericanas. Bueno, que se lo coman con mantequilla, a ver si les aprovecha.