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Covid-19

'Vacunarse en Cuba contra el Covid-19 no es tan fácil como lo pintan': en esto también hay absurdo y burocracia

'Aunque la vacuna es gratis, se pasa mucho trabajo para ponérsela', se quejan holguineros.

Holguín
Consultorio Médico utilizado como centro de vacunación en Holguín.
Consultorio Médico utilizado como centro de vacunación en Holguín. Portal Ciudadano del Gobierno de Mayarí

"Este es mi tercer viaje al policlínico y todavía no conseguí ponerle la tercera dosis a mi hija, que está en primer grado", comenta Arelis, una ama de casa holguinera. "Vacunarse en Cuba contra el Covid-19 no es tan fácil como lo pintan en la Mesa Redonda o en el Noticiero de la televisión. Hablan muy bonito, pero la realidad es que hasta en esto hay trabas y burocracia".

"El problema es que el frasco trae diez dosis, y hasta que no se completan las diez personas para vacunarse, no lo abren. Lo tienen prohibido por los jefes de Salud, según dicen. No se les permite arriesgarse a perder ni una dosis. Y a veces hay hasta nueve niños y hemos tenido que irnos sin vacunación porque tienen que ser diez. Es una cosa terrible, un abuso", opino.

"Los que hemos tenido que vacunarnos al final, porque tuvimos el Covid-19 y había que esperar un tiempo, pasamos más trabajo, porque cada vez somos menos y reunir diez personas no es fácil. Deberían hacer frascos de cinco dosis o de tres, para no hacer pasar tanto trabajo a la gente. Es demasiado tiempo el que uno pierde en esto. Son tres dosis y entre los viajes fallidos y los que sí se pudieron, he venido con la niña al vacunatorio diez veces. Y todavía no he logrado la tercera dosis", concluyó.

Armando, un maestro de la enseñanza primaria, estuvo cuatro horas en el consultorio para ponerme la dosis de refuerzo. "No aparecían tres personas para completar el frasco (de diez dosis). Luego llegaron dos y seguía faltando uno".

"Todo el mundo loco por irse para su trabajo y quehaceres, llamábamos amigos y parientes por teléfono para ver si todavía no se habían puesto el refuerzo para completar e irnos. Por fin alguien vino y lo conseguimos. No debería ser así. La gente tiene que trabajar y los niños bastante atrasados están en las escuelas, no debería invertirse tanto tiempo en la vacunación. Más si, como es mi caso, te lo exigen en el trabajo. Deberían hacerlo más dinámico y no atar a diez personas a un frasco", explica.

Un especialista del Centro Provincial Higiene y Epidemiología dijo que casi todas las personas que están siendo vacunadas ahora pasaron el Covid-19 durante la ola de contagios del verano. "Internamente manejamos un 75%, pero solo tenemos confirmación de menos del 10% con prueba de antígeno o PCR", indicó el funcionario, que habló bajo condición de anonimato.

"Por ejemplo, en las consultas post Covid que tenemos abiertas en las áreas de Salud se permiten pacientes que no tuvieron el diagnóstico por diversas razones, principalmente porque no tuvimos con qué hacerlo. A veces nos llegaban 200 kits diagnóstico y eran miles de personas sospechosas. No había posibilidades", explicó.

"Tener diez dosis en un frasco ha sido un dolor de cabeza. Al principio no, cuando hubo hasta colas para vacunarse. Pero en la medida que avanza la vacunación, se ha vuelto un obstáculo. Todo el mundo de aquí para arriba lo sabe. La gente está pasando trabajo para vacunarse y el personal de Salud recibe mucha presión de la población. Pero siempre es igual, se comete un error fácilmente y luego es una tragedia para resolverlo. Es lo que hay".

El proceso de vacunación en Cuba inició a principios del año pasado con los candidatos vacunales de producción nacional Abdala y Soberana 02, en personal de alto riesgo o priorizado. A pesar de la promesa hecha por los funcionarios de Salud de que la mayor parte de la población estaría vacunada en agosto del 2021 ("seis millones", según declaró en marzo Ileana Morales Suárez, directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del MINSAP), la campaña masiva apenas comenzó en la parte final de la ola de contagios, a finales de ese mismo mes.

El pico pandémico se produjo entre junio y septiembre, y sorprendió al país con una ínfima tasa de vacunación.

En Cuba oficialmente solo se registraron los casos confirmados, que son apenas alrededor del 10% de la población. La falta de test diagnóstico y la ocultación por parte de enfermos que prefirieron no ir a los hospitales colapsados, hacen pensar que en la práctica la cifra puede haber sido seis o siete veces mayor, alcanzando niveles que activan la inmunidad de rebaño. No obstante, el Gobierno atribuye solo a sus politizadas vacunas, que no han sido avaladas por ningún organismo internacional, el control de la pandemia.

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