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Economía

El régimen descarta soltar el monopolio del comercio exterior de Cuba

El ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera deja claro además que las trabas que molestan a los empresarios extranjeros para invertir en Cuba se mantendrán.

La Habana
El ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera Rodrigo Malmierca.
El ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera Rodrigo Malmierca. EFE

Pese a la aprobación, el pasado año, de un alto número de actividades en el sector privado cubano, el comercio exterior seguirá siendo monopolio del Estado, ratificó el ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, publica EFE.

El sector privado que quiera "importar cosas (...) puede hacerlo a través de las empresas especializadas que son estatales", dijo Malmierca en entrevista con el semanario estatal Bohemia.

Sin embargo, los empresarios privados —que constituyen mayoría dentro de las aproximadamente 1.400 MIPYMES creadas desde que fuera aprobado en septiembre el Decreto-Ley 46— se quejan de lo oneroso que resulta importar a través de empresas estatales y piden al Gobierno facilidades para traer sus insumos a la lsla.

Pese a ello, Malmierca puso en duda que las empresas privadas estén listas para importar y exportar "eficientemente" y recordó que durante el VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), en abril de 2021, Raúl Castro reiteró que el comercio exterior seguirá siendo monopolio del Estado.

Inversión extranjera en Cuba: seguirán las trabas para los inversionistas

Respecto inversión extranjera, el ministro admitió que esta enfrenta numerosas dificultades en Cuba y reconoció que algunas se deben a las ineficiencias del Estado cubano, aunque, como suelen hacer los dirigentes cubanos, también responsabilizó al embargo estadounidense y la falta de liquidez.

Pese a las dificultades, señaló que desde 2014, cuando se aprobó la Ley No. 118 de Inversión Extranjera, hasta la actualidad, "hay negocios pactados por más de 7.000 millones de dólares" y consideró que "no es poco"

Pero "no todo (ese capital) está operativo, porque ese es otro problema. A veces aprobamos el negocio, y el capital no puede venir porque los bancos no lo transfieren", explicó.

El ministro también se refirió a peticiones de inversionistas extranjeros en las que el régimen no está dispuesto a ceder, como la contratación directa de trabajadores y la propiedad privada sobre el terreno. 

Según Malmierca, "la contratación del personal a través de una agencia empleadora (local) responde a políticas", encaminadas a que los empleados cubanos de negocios extranjeros no ganen más que sus pares en empresas del Estado.

Añadió que "también hay otras cosas que no les gustan (a los inversionistas), y no por ello vamos a cambiarlas. Por ejemplo, la propiedad de la tierra es patrimonio del Estado, está refrendado en la Constitución".

El terreno que muchos extranjeros quieren comprar para construir hoteles, "aquí no lo vendemos, lo cedemos en usufructo, y puede ser a largo plazo", afirmó.

Sin embargo, tuvo que admitir que "esto a veces dificulta que los inversores vengan a Cuba".

A finales del pasado año, el propio ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera tuvo que reconocer que el objetivo de captar liquidez a través de empresas foráneas no se había cumplido en la forma esperada. En dos años, solo se habían aprobado 47 negocios, de los que solo 25 se habían podido concretar.

Esto contrasta con la triunfalista afirmación del ministro que los más de 7.000 millones de dólares en negocios pactados en siete años "no es poco".

En este periodo, según aseguró Malmierca en diciembre, se han aprobado 285 nuevos negocios. De estos, 49 están ubicados en la Zona Especial de Desarrollo Mariel y 29 han sido reinversiones.

En noviembre, ante la evidente bancarrota del país y en vistas de que la posibilidad de invertir en Cuba no ha resultado tan atractiva para los inversionistas extranjeros como se esperaba, el régimen empezó a promover la inversión de los emigrados cubanos.

Malmierca aseguró entonces que la iniciativa estaba amparada en la Ley de Inversión Extranjera, que "no establece ningún tipo de restricción sobre el origen del capital".

Dicha posición era diametralmente opuesta a la del régimen en 2014. El propio Malmierca, antes del anuncio de la nueva Ley, manifestó: "los emigrados podrán invertir siempre que se trate de personas que no tengan posiciones adversas al proceso revolucionario ni estén vinculadas con la mafia terrorista miamense y que, por otra parte, ofrezcan un negocio de interés sustantivo para el país según la cartera de inversiones existente. La nueva Ley de Inversiones no prohíbe la inversión de los cubanos residentes en el exterior, pero tampoco la promueve".

Al igual que la Ley de Inversiones de 1995, la aprobada en 2014 considera inversionista extranjero a la persona natural o jurídica con domicilio y capital en el extranjero, "lo cual incluye a los ciudadanos de la Isla residentes en el exterior", explicó Malmierca.

Pero hasta la fecha, no existe una sola inversión de emigrados cubanos en la Isla.
 

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2 comentarios

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Profile picture for user José D Martínez

Es irónico que mencionan "los emigrados podrán invertir siempre que se trate de personas que no tengan posiciones adversas al proceso revolucionario ni estén vinculadas con la mafia terrorista miamense", cuando el régimen actúa como una mafia. El Estado tiene más control sobre la inversión extranjera que el inversionista. Eso ni permite el pago de un salario justo a empleados privados. Significa que el servicio en las empresas privadas serán pésimo. ¿Por que ejercer excelencia si no tendrá beneficio por hacer un trabajo de excelencia? Eso es explotación laboral. Actúan igual que los Capitalistas que dicen que odian.

Mientras más me informó sobre el régimen Castrista más asco me da. Asquerosos.