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Represión

El 'Diario para Luisma': una iniciativa para comunicarnos en Cuba a través de las celdas

'El castrismo nos priva de la información sobre el presente de Luis Manuel Otero, pero no puede privarnos de nuestro pasado ni del futuro al que aspiramos juntos'.

La Habana
El artista Luis Manuel Otero Alcántara junto a la periodista Iliana Hernández.
El artista Luis Manuel Otero Alcántara junto a la periodista Iliana Hernández.

El 14 de octubre de 2021 Claudia Genlui escribió en Facebook: "Hoy (…) después de mucha insistencia, Luis Manuel Otero Alcántara llamó. Para tranquilidad nuestra, nos comunicó que hace dos días suspendió la inanición que por voluntad propia inició el pasado 27 de septiembre. Su salud está débil". Luis Manuel terminaba, luego de 17 días, una huelga de hambre que nos inquietaba a todos. Llevaba entonces 95 días secuestrado por el régimen cubano en una prisión. El 11 de julio de 2021 había salido de su casa para acompañar las manifestaciones que ese día gritaron "libertad" en todo el país, y no regresó.

El 22 de octubre, Claudia escribió que pudo ver a Luis Manuel por primera vez desde el día de su secuestro. Completaba entonces 103 días de ausencia.

El miércoles 17 de noviembre, Héctor Luis Valdés Cocho le escribió a Luis Manuel: "Quiero contarte todo lo que en el día de hoy realicé. Espero que no quede solo en letras y algo que exista te haga llegar este mensaje allá dónde estás". Era el Día 1 del "Diario para Luisma". Otero Alcántara cumplía entonces 129 días de secuestro.

Cuando Claudia Genlui escribía, los demás asistíamos como lectores a la suerte de Luis Manuel Otero Alcántara. En prisión la dictadura administra su comunicación con el mundo. El "Diario para Luisma" cambió ese estatus. Su secuestro no solo no impide que nos comuniquemos con él, sino que lo propicia. Y lo hace desde la diversidad.

Cada día un activista, un periodista, una persona que lo extraña, le escribe a Luis Manuel acerca de su presente, sus deseos, su experiencia, o su futuro. Lo publica con el hashtag #DiarioParaLuisma y, a seguidas, el día que le ha correspondido.

El castrismo nos priva de la información sobre el presente de Luis Manuel Otero, pero no puede privarnos de nuestro pasado ni del futuro al que aspiramos juntos.

El Día 2, Camila Rodríguez le escribió a Luis Manuel: "A esta hora del día, me he sentado varias veces delante de la relación de detenidos desde el 11J. De madre, esa lista no deja de crecer. He mirado varias veces las redes sociales, las estadísticas de la página 11J. Me genera ansiedad si las personas se enteran (o no) de lo que pasa con los presos".

El presente de un activista tiene mucho de patrimonio social, y por medio de su día conocemos los empeños y desvelos que le son contemporáneos. Camila Rodríguez ha sido muy activa para impedir que los cientos de secuestrados del 11 de julio en Cuba sean olvidados. El castrismo no los olvida y la memoria de los activistas es el único sofreno que tiene su violencia.

El día 3, escribió María Matienzo al final de su texto: "A veces me reprocho mi ingenuidad al pensar que empujando por todos los que salieron el #11J te iba a liberar a ti. Me tardé casi un mes en entender que la cosa era más compleja y que a los negros nos olvidan fácil". La frase le da un giro al Diario. Además de un artista y activista, Luis Manuel es también un hombre que se viste de mujer, se besa con otros hombres, acompaña su cotidiano cubierto con la bandera, es negro y pobre. Luis Manuel es, por tanto, incómodo para cualquier discurso hegemónico, no solo para la hegemonía de la dictadura, sino para aquellas formas que, relegadas por la práctica totalitaria, aspiran a encontrar un espacio propicio en libertad. María destacó el racismo y de él una de sus armas más siniestras: el olvido.

Pero el Día 7, Janet Batet compartió un texto de Luis Manuel que se llama "Mi Cinema Paradiso". En él declara el activista: "Para mí el amor está muy vinculado a la pasión de un primer beso, y al no tener el beso entre hombres dentro de mi croquis de lo posible, el amor de pareja también estaba negado para el hombre por otro hombre…". El activismo de Luis Manuel no tiene límites, con su arte rompe cualquier molde y campea libremente por cualquier causa noble, para escándalo de la dictadura y no poco celo de activistas vanidosos.

Esa característica del activismo de Luis Manuel la comparó Carlos Manuel Álvarez con la ciudad de Nueva York, en la que estaba de paso cuando escribió el Día 9 del Diario: "Es una ciudad cargada de luismanueles. Lo que quiero decir es que es una ciudad excéntrica y espectacular, donde no caben los prejuicios ni los ridículos, y que practica un tipo de desparpajo nada ofensivo; vuelve a las personas mejores que los que son".

Iliana Hernández escribió el día 10 del Diario: "…el último día que nos vimos no peleamos, nos abrazamos un rato porque llevábamos meses sin vernos, qué difícil nos hacen nuestras vidas, con lo bien que pudiéramos vivir todos en un país libre ¿verdad?".

El activismo por los derechos humanos en Cuba no difiere por sus fundamentos del activismo en el mundo. Sus valores son todos aquellos que buscan que cada ser humano tenga un espacio propicio para realizarse a sí mismo. Lo que los entornos totalitarios le producen al activismo es dolor, no valores. En su texto, Iliana Hernández lo expresa con claridad. Esa consciencia del dolor atraviesa cada día del Diario.

El día 5, Luz Escobar le pregunta a Luis Manuel: "cómo sacarte de ese lugar donde pretenden anularte, donde no debes estar". El día 6, escriben Polifemo y Xander: "…María nos comenta alguna noticia de actualidad. Polifemo se indigna y comienza a alterarse por la situación. Yo bajo la cabeza para evitar que me posea la ira".

Si el dolor como consecuencia de la persecución estatal es una característica del activismo en los entornos totalitarios, la compensación es un valor que se vuelve más urgente. Así la describe el Día 8 Mónica Baró: "Todo lo que hacemos por otras personas tiene que ser también por nosotros. No tiene gracia ayudar si no te alegra ayudar. No tiene gracia servir a una causa si ello no te emociona, no te ilumina, no te ennoblece, no te hace sentir con vida".

El "Diario para Luisma" marca cada día del secuestro de Estado que sufre Luis Manuel Otero Alcántara. Semejante al que sufren todas las víctimas del día 11 de julio, que ahora el castrismo pretende convertir, por medio de su aparato de administración de justicia, en condenados. En unos minutos será publicado el Día 15: Luis Manuel lleva hoy, día de su cumpleaños, 144 días de secuestro.

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