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Religión

La Iglesia Católica en Cuba, ¿en transición hacia una nueva etapa?

Estas son las expectativas ante el nombramiento de un cardenal para la Isla.

Madrid
El arzobispo de La Habana, Juan de la Caridad García Rodríguez.
El arzobispo de La Habana, Juan de la Caridad García Rodríguez. AP

La Iglesia Católica cubana se enfrenta a un nuevo momento tras el fallecimiento del cardenal Jaime Ortega, arzobispo emérito de La Habana y quien fue la figura principal del clero en la Isla desde finales de la década de los 80.

La decisión del papa Francisco de convertir en cardenal el próximo 5 de octubre al arzobispo de La Habana, Juan de la Caridad García Rodríguez, ¿abre una nueva etapa para la institución?

DIARIO DE CUBA consultó José Félix Pérez Riera, secretario ejecutivo adjunto de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC), y al laico Dagoberto Valdés, director del Centro de Estudios Convivencia y la revista del mismo nombre, para conocer sus opiniones.

A juicio de monseñor Pérez Riera, tras la muerte de Ortega la Iglesia no ha sufrido ningún cambio importante.

"Seguimos haciendo nuestro trabajo pastoral. Nada, nada ha cambiado respecto a la institucionalidad de la Iglesia y a su misión", dijo.

La COCC dio a conocer una declaración el 1 de septiembre donde reconoció que García Rodríguez es "un obispo de una Iglesia pequeña y pobre, que se abre camino a trancos, en medio de una realidad difícil en lo económico, político y religioso, en la que abundan los bloqueos en mentes, corazones, leyes y estilos de gobierno, dentro y fuera de una Isla que tiene vocación universal."

Según Pérez Riera, la Iglesia cree que "su opinión está bien expresada" en esa declaración: "sigue haciendo su labor y desea tener mayor presencia social".

Sobre las relaciones de la institución con el Gobierno cubano, pasada la época en que Ortega sirvió de mediador en el proceso por el cual más de 100 prisioneros políticos fueron enviados al exilio en España y participó en acercamiento diplomático entre La Habana y Washington, Pérez Riera señaló que los canales de contacto entre la jerarquía cubana y la Iglesia "son los mismos".

"La Conferencia Episcopal tiene encuentros eventuales, circunstanciales, pero no hay nada diferente hoy a hace un mes o tres meses."

"La Iglesia sigue su acción y desea continuar y ampliar la labor social que se hace a través de Cáritas, de algunos servicios que se ofrecen para complementar la educación, en los centros de formación de que dispone la Iglesia, pero no porque haya una estrategia ni un plan".

"Lo que deseamos es seguir haciendo lo que hacemos y hacerlo cada vez mejor", enfatizó.

Acerca de las expectativas que abre el próximo nombramiento de García Rodríguez, indicó que el papa "se está fijando en hombres que son pastores, más cerca del pueblo".

"La expectativa respecto a este nombramiento es que la Iglesia pueda continuar haciendo su labor evangelizadora. Ahora no solo tenemos al arzobispo, tenemos también un cardenal, lo que significa que hay una representatividad más elevada, pues un cardenal es un colaborador directo del papa", explicó.

"Este nombramiento no implica ningún cambio sustancial en la labor de la Iglesia en Cuba", aseguró.

El daño antropológico es "lo que más tiempo, esfuerzo y sacrificios va a costar"

Dagoberto Valdés, intelectual católico, consideró en cambio que "son muchas las expectativas" con el nombramiento de un nuevo cardenal para Cuba.

"Creo que el papa Francisco ha tenido un gesto inusitado, sorprendente y valiente con la elección de un nuevo cardenal para Cuba", dijo.

"Inusitado porque este tipo de nombramiento demora, requiere discernimiento y algo de gestiones lentas y burocráticas. (...) Sorprendente porque el anuncio vino a solo 35 días de la partida de su predecesor. Valiente porque el papa ha querido fortalecer a la Iglesia en Cuba quizá saltando por encima de papeleos, prejuicios eclesiásticos o políticos, incluso teniendo otros candidatos también muy valiosos en la Iglesia cubana", comentó a DDC.

A juicio de Valdés, hay tres razones que justifican la decisión del sumo pontífice: "Una, el papa se ha visto urgido por la situación de Cuba, de la Iglesia en Cuba y del contexto latinoamericano y hemisférico. Dos, por los posibles escenarios que esa situación pudiera presentar y por el rol que la Iglesia pudiera aportar en ellos" y, finalmente, "por el talante sencillo, callado, pastoral, cercano a las necesidades de su pueblo y nada protagónico del nuevo cardenal."

"Conozco personalmente al arzobispo de La Habana, trabajamos juntos cuando él presidía la Comisión de Justicia y Paz", afirmó Valdés.

En Camagüey, arquidiócesis en la que sirvió durante años, le tienen una alta estima como obispo pastor, misionero, sencillo y muy trabajador. (...) Es cierto que son nuevas circunstancias, pero el talante, el carisma y el estilo pastoral hacen de cada persona un ser único e irrepetible", señaló

"En el futuro próximo se podrá apreciar si la Iglesia en Cuba, como pienso, está en transición hacia una nueva etapa, más pastoral, más cercana, si es posible, al pueblo del que forma parte, más profética, más voz de los sin voz, más hogar de los perseguidos por causa de la Justicia y de la Paz", consideró Valdés.

Sobre las relaciones entre la Iglesia y el Estado, opinó que el diálogo "depende del propio Gobierno".

"La Iglesia vive en medio de su pueblo, esa es la cercanía que debe aumentar y profundizar. No es una agencia extranjera, ni una ONG que viene a trabajar a Cuba. Es parte del pueblo cubano. (...) El diálogo sería para reclamar los derechos y el bienestar, es decir, el bien común, para todo el pueblo y no solo para ella."

"Lo que sí hemos perdido y es necesario, muy urgente recuperar, son alguno de los valores y actitudes humanas y cristianas que necesita todo pueblo", advirtió Valdés.

"Estos 60 años han sido de totalitarismo y materialismo (…) impuesto constitucionalmente y, más recientemente, un materialismo existencial, es decir, desangelado —por no decir desalmado—, que se vacía de vida interior y de valores superiores y vive solo para lo material, contingente, para el 'resolver' cotidiano", criticó.

"Esa es la verdadera pérdida, la que hemos llamado en el Centro de Estudios Convivencia 'el daño antropológico', que considero es el terreno que más tiempo, esfuerzo y sacrificios nos va a costar recuperar. Ojalá que en ese empeño trascendental cooperemos todas las denominaciones religiosas, agnósticos y ateos", deseó Valdés.

"Es la persona humana, en toda su complejidad (…) el terreno que ha quedado, en parte, cubierto en Cuba con el marabú de una vida sin proyectos y sin esperanzas, enmarañado de la mala hierba de la violencia y de la delación, de la envidia y del egoísmo. Ese es el terreno que debemos rescatar y cultivar".

Para Valdés, la Iglesia debe acompañar "los cambios que se están ya produciendo en Cuba: menos miedo, mayor protagonismo de la sociedad civil, diversificación de sus roles y estilos.

"La Iglesia puede aportar toda ella, pero sobre todo los laicos, una nueva visión de futuro, no confesional pero sí coherente con el humanismo de los padres fundadores como Varela y Martí", afirmó.

2 comentarios

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Profile picture for user Pedro Benitez

Felicidades a Dagoberto. Necesitamos objetividad y pragmatismo para desatar el nudo. "Es la persona humana, en toda su complejidad (…) el terreno que ha quedado, en parte, cubierto en Cuba con el marabú de una vida sin proyectos y sin esperanzas, enmarañado de la mala hierba de la violencia y de la delación, de la envidia y del egoísmo. Ese es el terreno que debemos rescatar y cultivar"

Profile picture for user Balsero

La Iglesia Cubana ha preferido la comodidad y por lo tanto, comulgó con el régimen. En mi opinión, no es una Institución que haya sostenido a los cubanos, desde lo religioso, sino que más bien, lo contrario. Adormeció y perjudicó a la Disidencia, aprovechándose de la debilidad que esta gente tuvo. Reflotaron los viejos escarmientos de la Inquisición, como el exilio, en pleno siglo XXI. Y peor aún, acordaron silenciar los casos de pedofilia en la isla (oficialmente, no hay ni uno) a cambio de propagandizar a la dictadura. Para tener en cuenta: países como Chile o Argentina han tenido que investigar más de 100 casos de curas pedófilos, todos ellos, judicializados. El nuevo Cardenal deberá trabajar mucho para dejar atrás - si así lo desea - el velo negro que cubre a la Iglesia Cubana.