¿Quién tiene la culpa de que los cubanos esperen seis horas y más para entrar a una tienda?

"Estuve seis horas en una cola en (la tienda) La Época, soportando el sol, la incomodidad, las ganas de orinar, el hambre y la sed. Cada media hora venía una organizadora a pedir los carnets, y se formaban el molote y las discusiones", relató Megan Lavigne, colaboradora de DIARIO DE CUBA.

La organizadora, que no es una empleada de la tienda sino una de las personas que las autoridades cubanas han colocado en las colas para controlarlas y "enfrentar" a los coleros, "se alteraba y amenazaba con no dejar pasar a nadie", describió Lavigne.

Una de las medidas que han tomado las autoridades para evitar una mayor propagación de la pandemia de Covid-19 es alejar las colas de todas las tiendas y mercados, además de reducir al mínimo la cantidad de clientes permitidos en el interior de los establecimientos.

Muchos cubanos que permanecen horas a la intemperie para comprar comida productos de primera necesidad en Moneda Libremente Convertible (MLC) no consideran que esta medida justifique la prolongación del tiempo de espera, que ya era demasiado largo antes de la medida.

Según una empleada de La Época, los culpables de que los clientes tengan que aguantar seis y más horas en las colas antes de poder entrar en las tiendas son… los propios clientes.

"Ustedes se quedan dando vueltas dentro de la tienda por si sacamos algún producto que les interese. A veces también hacen una compra demasiado grande y no la pueden cubrir con el saldo de la tarjeta, entonces se pasan horas llamando para que les hagan una transferencia", argumentó.

"Lo que pasa en realidad es que ustedes se demoran mucho en pasar las mercancías a los pisos. Y la gente no es boba. Si vino un camión con pollo, una espera porque sabe que tarde o temprano lo van a sacar. Yo misma iba saliendo de la tienda hace un rato, pero regresé cuando vi que estaban entrando una estiba de yogurt. Como la leche está perdida, por lo menos con eso resuelvo el desayuno de mis hijos", se defendió una clienta que pasaba cerca y escuchó a la trabajadora.

"Hay que aprovechar, porque todos los días uno no puede estar en esto. La cola allá afuera puede durar horas y encima la tienda no siempre está surtida, así que cuando entras y encuentras lo que andas buscando, compras hasta que se te vacíe la tarjeta", agregó otro cliente que empujaba un carrito desbordado de mercancía. Para reforzar sus palabras, levantó con expresión triunfal un paquete con pechugas de pollo, que cuesta casi 15 MLC.

Otra aparente causa de que el tiempo de espera en las colas se dilate es la "caída" de internet, de acuerdo a los trabajadores de las tiendas.

"Dicen (los empleados de la tienda) que se cayó el sistema", afirmó un cliente afuera de la tienda El Falcón, en Alamar, recientemente habilitada para la venta de productos en MLC. "Pero lo que sucede en realidad es que pasan a la gente a escondidas", explicó, después de comprobar que las personas a las que las autoridades han encomendado la tarea de organizar las colas y enfrentar a los coleros aceptan sobornos de gente que paga por entrar sin hacer cola, sin ningún respeto por quienes han permanecido horas bajo el sol para adquirir lo que necesitan.

"Están usando la justificación del sistema, pero mira, si revisas el saldo en Transfermóvil y no te da ningún error, es que el sistema está funcionando correctamente, como sucede ahora mismo", dijo otro cliente que hace cola en la misma tienda.