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Libros

Las trabas del libro en Cuba: 'desde la liquidez para adquirir insumos hasta problemas en las editoriales y los talleres impresores'

Desde 2019 la industria editorial cubana está prácticamente paralizada.

La Habana
Una librería en Cuba.
Una librería en Cuba. Granma

Un texto publicado por el editor cubano Virgilio López Lemus en el diario oficial Granma cuestionó la situación editorial de la Isla, donde tras la pandemia del coronavirus y la crisis económica la mayor parte de las editoriales han tenido que reducir drásticamente sus publicaciones.

Según el escritor, desde 2019 no han cesado las "carencias esenciales de medios de impresión y problemas técnicos en los talleres", afectando de manera decisiva a la industria editorial de la Isla.

Además, ha sido imposible cumplir con los "planes de publicación" y se han tenido que "retirar o posponer libros valiosos con retrasos de los procesos técnico-productivos", agregó López Lemus.

Sobre los motivos de la crisis editorial el escritor dijo que "hay que preguntarse de dónde viene el papel, cómo puede adquirirlo el país y en qué transporte hacerlo llegar desde el exterior hasta los sitios donde es imprescindible".

"Luego hay que ver dentro de los talleres de impresión las no pocas dificultades que crea la escasa solvencia para renovar sus equipos, y para adquirir la materia suficiente para producir. Es una cadena que va desde la industria hasta la editorial, y de esta a los autores y lectores", agregó.

Como es común en el diario Granma, el autor del texto culpó al "maligno bloqueo" estadounidense de la situación económica de la Isla, lo que "la pandemia del Covid-19 ha ido agravando".

López Lemus también dijo que "el cierre de las librerías ha traído consigo demoras o atascos de la extensión del libro impreso y en venta", en un país donde no existe "un sistema de vendedores ambulantes que pueda dar un paliativo a esa situación".

Respecto a dos de las editoriales cubanas más destacas: La Luz, de Holguín, y Matanzas, de la ciudad del mismo nombre, el autor dijo que "enfrentan la plaga del tiempo actual: el bloqueo, la pandemia y las trabas internas difíciles de desanudar".

Por ejemplo, del plan editorial de La Luz hay 36 obras que no se han podido publicar desde 2019, lo que es más grave aún porque algunos de esos libros vienen de planes de años anteriores, como ocurre en casi todas las editoriales cubanas.

López Lemus criticó la situación de las librerías cerradas, el poco estímulo para los libreros, el desconocimiento de las técnicas de promoción y venta, así como el desconocimiento generalizado sobre las mejores librerías y libreros del país.

"Nos duele hondo que una pandemia, la rudeza de varios tipos de bloqueos que sufre Cuba no solo de la nación estadounidense (por ejemplo, bancarios), pero sobre todo de ella, y nuestras propias deficiencias, entorpezcan la creación, edición, divulgación, promoción, venta de los libros y el placer receptivo de los lectores", agregó el autor del texto.

"Es bueno que se conozcan las dificultades para que el libro tenga la resonancia que precisa y llegue a las manos de quien lo hace subsistir con su lectura. No me las sé todas, pero estoy seguro de que no se han tocado aún todas las puertas para hallar soluciones", finalizó.

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1 comentario

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China comunista lleva décadas publicando libros a muy bajo costo para el mundo occidental. Si el Gobierno cubano se asesora con ella en materia represiva actualmente -están las fotos en internet-, para perseguir a los manifestantes del 11 de julio, bien podrían hacerlo también sobre la experiencia de ese país en la producción de libros para editoriales prestigiosas extranjeras a precios irrisorios. Lo que ha llevado a un aumento de la oferta de libros de papel de calidad y baratos desde hace tiempo en el mercado editorial. De todos modos, tienen que diversificar la oferta editorial y no sólo producir libros en papel, sino también digitales. La gente lee mucho en ese formato. Y por supuesto, la literatura politiquera no camina en ninguna parte, porque no lo hace ni el buen ensayo ni la poesía, que apenas se venden. Hay que actualizarse con literatura cubana de calidad y actual, aunque sea "de la diáspora". A las librerías hay que ayudarlas económicamente. Tienen que vender otras cosas.