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América Latina

Pese a los votos de Venezuela y Bolivia, el Banco de Desarrollo elige un nuevo presidente

La elección terminó siendo un pulso entre gobiernos conservadores y de izquierda de América Latina.

Madrid
Sergio Díaz Granado, presidente del Banco de Desarrollo de América Latina.
Sergio Díaz Granado, presidente del Banco de Desarrollo de América Latina. Forbes Colombia

La elección del nuevo presidente del Banco de Desarrollo de América Latina, la versión ampliada de la histórica Corporación Andina de Fomento (CAF), terminó siendo un pulso entre gobiernos conservadores y de izquierda de América Latina. El colombiano Sergio Díaz-Granados fue electo al frente del organismo que en 2020 aprobó unos 14.000 millones de dólares en créditos.

La elección de Díaz-Granados, el candidato del Gobierno de Iván Duque, junto a la decisión de Argentina de retirar a su candidato, Christian Gonzalo Asinelli, como parte de una negociación mediada por México, terminó dejando aislados a Bolivia y Venezuela.

Pese a que la sede principal de la CAF está en Caracas, la asamblea semipresencial se efectuó en la capital mexicana. Según funcionarios de la CAF consultados por DIARIO DE CUBA, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador actuó como mediador en lo que fue una reunión tensa, con varias vueltas y arreglos para que el colombiano alcanzara la presidencia de lo que es el principal ente financiador del desarrollo regional.

Entre las concesiones que debió hacer Colombia está la inédita decisión de crear "una vicepresidencia programática", que no estará en la sede principal ni junto a la presidencia. Este nuevo cargo lo asumirá el argentino Asinelli desde Buenos Aires. Como parte de la negociación, el nuevo presidente se comprometió también a tomar en consideración "el programa elaborado por la candidatura argentina".

El régimen de Nicolás Maduro que se opuso férreamente al colombiano, y que había gozado de favores del peruano Luis Carranza, destituido abruptamente en marzo pasado, ha sido el gran derrotado. Incluso Bolivia en la ronda final, y por sugerencia de México, terminó apoyando al candidato de Duque. La decisión no pudo ser unánime, dado que Venezuela se abstuvo.

"Hubo tanta negociación, que Panamá le dio el voto favorable a Díaz-Granados con la condición de que la sede del multilateral sea llevada a Ciudad de Panamá. El argumento para esto fue netamente logístico, pero hubo mucha tensión en el proceso", comenta un funcionario de la CAF a DIARIO DE CUBA con la condición de que no se revele su identidad.

La elección realizada este 5 de julio estuvo precedida de un escándalo dentro del organismo. El peruano Carranza se vio obligado a renunciar en marzo pasado tras diversas denuncias en su contra por parte del personal de la CAF con señalamientos que iban desde acoso laboral, despidos masivos e injustificados y abuso de poder.

Carranza llegó a la presidencia de la CAF en abril de 2017 en reemplazo del boliviano Luis Enrique García, quien estuvo al mando de la institución durante 26 años. García transformó radicalmente la institución, en su origen un órgano del Pacto Andino, para convertirlo en un banco de promoción del desarrollo en toda América Latina.

Apenas Carranza asumió al frente de la CAF tuvo el respaldo público de Maduro. Tal como lo reseñó una investigación periodística de El Diario, se tejió una relación entre Maduro y Carranza que, si bien "permaneció bajo las sombras, se fue construyendo a través de varios préstamos de la CAF para evitar el default en el que el régimen sumergió a Venezuela". Y este financiamiento resultó clave, dado que el régimen venezolano tiene cerradas las puertas del financiamiento internacional, incluso de países aliados como China y Rusia.

Abogado de la Universidad Externado de Colombia con estudios de posgrado en el Instituto Nacional de Administración Pública de España y la Universidad de Salamanca, Díaz-Granados, de 52 años, fue ministro de Comercio, Industria y Turismo del presidente Juan Manuel Santos (2010-2018). Desde el año 2015 se ha desempeñado como el representante de Colombia ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Diversos analistas financieros estiman que la CAF tendrá un papel muy relevante en la región en un escenario pospandemia cuando, una vez controlada la crisis sanitaria, América Latina destine recursos a la recuperación económica.

Un asunto peliagudo que deberá resolver Díaz-Granados será sobre la sede de la CAF. Aunque oficialmente la sede central sigue estando en Caracas, Carranza despachaba desde la oficina de Lima, sin llegar a instalarse en la capital venezolana, a la que solo iba de visita.

La condición de colombiano de Díaz-Granados, su abierta vinculación con el presidente Duque, un acérrimo crítico de Maduro, así como la inexistencia de relaciones diplomáticas y consulares entre ambos países, rotas por el chavismo en febrero de 2019, complicaría la permanencia del nuevo presidente de la CAF en Caracas.

A esto se suma el propio aislamiento en el cual se encuentra la capital venezolana. Tras ser una puerta de entrada a Sudamérica en los años 70 y 80, en la actualidad el aeropuerto internacional de Maiquetía oferta vuelos principalmente a Teherán, Estambul y Moscú. Salvo vuelos a Toluca, en México, la forma más usada de conectarse desde Caracas con otro país de América Latina es a través de Panamá, con la aerolínea Copa.

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