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Música

'Soy un híbrido entre la intelectualidad y el barrio cubanos'

El Negro Wad Pro (José Ángel Blanco), ha tocado con alguno de los grupos más populares de Cuba. Esta es su historia.

La Habana
José Ángel Blanco, El Negro Wad Pro.
José Ángel Blanco, El Negro Wad Pro. Diario de Cuba

A los tres años El Negro Wad Pro ya era músico. Sin conocer corcheas ni pentagramas, ni poder expresarse en oraciones, el cubano José Ángel Blanco ya hablaba la jerga de los tambores batá. Sus padres no eran músicos, eso le viene de su tío paterno, Humberto Pérez Medina (Puchilán). "Fue el creador de la orquesta Charanga Habanera", destaca al mencionarlo.

San Leopoldo es un barrio de solares, viviendas apuntaladas y mezclas culturales en La Habana. En las grandes casas coloniales donde una vez se practicó el catolicismo, ahora se rinde culto a las deidades yorubas. Allí comenzó El Negro a estudiar piano a los cinco años de edad, ya con las palmas acostumbradas al cuero.

Luego, el Vedado se convirtió en su nuevo barrio. "Íbamos al Patio María, al Pabellón Cuba, a conciertos de Agonizer, Combat Noise, Zeuz, entre otras bandas de Rock and Roll duras de aquí. Me crié con gran peso por la parte intelectual, pues la gente con que andaba era de leer y escuchar diversos géneros musicales".

"A la par, andaba con todo lo que es la calle de verdad. En la calle la gente tiene otros conceptos, otras formas un poco más rudas de ver las cosas. Siempre me contrapesó esta parte las influencias del Vedado, donde la gente es más fresa, por decirlo de alguna manera. Gran parte de mi adolescencia la pasé en el barrio de Coco Solo, en Marianao, con mis tíos. Yo tocaba con la comparsa del Cabildo de Marianao, que dirigía Domingo Pao. Tengo bien claro que soy un híbrido total entre la intelectualidad y el barrio".

"Me gusta la música cuando es buena"

La calle, el ambiente, los solares y la sensibilidad por la música son una fórmula que con frecuencia conduce a la cultura Hip Hop. "De muy chama me escapaba de mis padres y me iba en el camello para Alamar, al Festival de Rap", recuerda El Negro. "Siempre tuve un vínculo personal con el hip hop y, a la hora del trabajo, ese vínculo me sirvió para enseñar mis pinchas a la gente".

"A partir de la tercera edición del Festival de Hip Hop Cubano Puños Arriba, entré a formar parte del evento como jurado. También se me ocurrió la idea de hacer la música en vivo, tratando de imitar los buenos festivales realizados fuera de Cuba, donde el rapero va y canta con un bandón ante el público. Llamé a los músicos más duros de jazz que había aquí en ese momento y armé tremendo bandón para la tercera edición de los Puños, que fue un exitazo en el teatro América".

"A mí me gusta la música cuando es buena; no me importa si es metal, reggae o rock and roll. Cuando tenía diecipico de años, el reggaetón empezaba a surgir y, para los músicos jovencitos que hacíamos jazz, era el anticristo. De repente Eddy K viene con el primer disco de esa época donde estaba esa canción que decía 'aquí están los cuatro, haciendo lo que tú querías'. Quien estaba haciendo la ingeniería de sonido en un estudio MIDI que tenía Abdala era Maykel Barzagas, alguien de quien hablo mucho pues el curso de mi vida, en muchos aspectos, es gracias a él".

"En ese disco de Eddy K querían poner percusiones en vivo y yo fui a grabarlas, luego de haber tocado con Carlitos Sarduy, que había ganado el primer premio Jojazz ese año. Yo conocía a Eduardo Mora, de Eddy K, porque teníamos varias amistades en común. Ese disco está entre los primeros que se grabaron en Cuba de reggaetón".

"Con el tema reggaetón nunca he tenido ningún tipo de problema. Hace un par de años toqué junto a Yomil y el Dany con mi MPC, en mi onda. Yo estoy contentísimo con esta nueva onda del movimiento Morfa. La música repartera es lo más cubano que hay ahora mismo dentro de las músicas comerciales. No es un cubano haciendo el reggaetón de Puerto Rico, por eso está de madre".

"Nunca he sido soldadito de plomo de nadie"

Para El Negro tocar batería siempre fue algo pendiente. Anhelaba la invención de un aparato por el cual pudiera tocar batería sin tener que estudiar tanto, un poco por vagancia, como él mismo admite. "Ese aparato ya existía hace mil años, y yo mareado. Yo veía los MPC y para mí eso era otra cosa, como para samplear música, y no lo asociaba dentro del enredo que tenía en mi cabeza".

"Un día viene un DJ a proponerme un aparatico viejo de Roland. Era de un vecino suyo y ninguno de los dos sabía muy bien lo que era. Me lleva el aparato a la casa y me lo deja para yo trastearlo".

"En esa época yo tocaba con Baby Lores con un set de percusión de cajón, timbal, etc. Un día, en un show en la Marina Hemingway, me aparecí sin nada de instrumentos. Solo con el aparato y el cajón. Él miró para atrás cuando yo tocaba, y cuando termino me dice: "Eso es tremenda mierda, parece que estás jugando Atari. Olvídate de eso, aquí no vengas más sin tus instrumentos". Yo, que soy muy rebelde, volví a aparecerme con eso, y terminó en que no pinchamos más. A partir de ahí, eso comenzó a formar parte de mi vida".

"Julito Padrón tenía una peña en el café Miramar y el baterista era Oliver Valdés, uno de los drummer más duros que hay en Cuba. Oliver ese día no podía tocar y Julito me dijo que fuera. Yo nunca había tocado con eso en vivo, pero él me insistió y fui para allá. Toqué con muchos músicos buenos y la gente se quedó impresionada. De ahí para acá empecé a mejorar los aparatos y a estudiar más y más".

"Siempre he sido de tocar hoy con fulano, mañana con mengano y estar en donde mejor me sienta. Nunca he sido soldadito de plomo de nadie y he tocado lo mismo en una comparsa como en la orquesta sinfónica".

"Los hijos te enderezan la vida"

"Cuando tuve mi hijo yo era muy inestable. No era como el percusionista de tal banda que lleva 20 años ahí. Concienticé que no todo era la vida bohemia esa y la locura de estar por aquí y por allá. Estuve varios años tocando con NG La Banda porque necesitaba una constancia. Antes me pasaba 20 días tocando con fulano, me ganaba una estilla, y después me daba igual tocar o no tocar. No tenía un peso y no me importaba pues mi mamá siempre hace comida"

"Los hijos te enderezan la vida. Musicalmente nunca han sido ningún obstáculo para mí, al contrario, han sido fuente de inspiración y motores impulsores para llegar a un nivel de conciencia que te hace ser más organizado. Todo es positivo".

"A mi hijo mayor, con tres años y medio lo llevé a clases de piano, talleres de música y aprendió a leer música súper chiquito. Si ves los videos en redes sociales, él se pone y toca el MPC y le gusta. Yo no lo voy a obligar a ser músico. Sí me gustaría que lo fuera, pero me gustaría que estudiara otra carrera. Siempre se lo he dicho: se puede ser músico e ingeniero".

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