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Transporte

Humillados y esquilmados, así trabajan los cocheros cubanos que salvan el transporte en Mayarí

'No podemos decidir nada con lo nuestro. El caballo es mío, el coche también, pago mis impuestos y me tratan como a una marioneta'.

Holguín
Coche tirado por un caballo en Holguín.
Coche tirado por un caballo en Holguín. radio angulo

"Esto se pasa de abuso", se queja Ramón, quien acaba de sufrir la "inspección" relámpago de dos policías mientras trabajaba con su coche en Mayarí, Holguín.

"Así no se puede trabajar, no nos dejan vivir. Ya no son solamente los inspectores de tránsito, los integrales o el caballito (agente vial motorizado), ahora también son los policías que están arriba de nosotros todo el tiempo desde que está eso del problema 'coyuntural' con el combustible. La han cogido con nosotros los cocheros aquí, en Mayarí".

Cerca de la piquera, a solo seis cuadras, una pareja de policías lo detuvo con el coche lleno. "Por suerte solo cargaba siete pasajeros, porque si tuviese uno de más eran 1.000 pesos de multa", reflexiona aliviado. "Pero uno de ellos me llamó aparte y pidió con voz de mando que estuviera de espaldas al coche, mientras el otro preguntó a los pasajeros cuánto les había cobrado. Todo estuvo bien, pero si a alguien le da la gana de decir que le cobré dos pesos, me ponen 500 de multa. A varios aquí en la piquera les ha pasado ya", alerta.

Un delegado del Poder Popular que prefiere no revelar su nombre reconoce que "hay un problema verdadero con la ruta de El Cocal: es muy larga (3,5 km) y tiene muchos baches para el precio de un peso".

"Antes eran dos pesos y, siendo justo, hasta un vaso de refresco cuesta dos pesos. Y si la otra ruta es la mitad de la distancia, con mejor carretera y tiene el mismo precio, evidentemente está mal", dice.

"Con eso no estamos de acuerdo ni siquiera la mayoría de los pasajeros, y es lógico que los cocheros tengan insatisfacciones, pero nadie lo resuelve de manera adecuada. Esa es la causa de que para El Cocal habitualmente no haya coches disponibles, mientras para La Salida se aglomeren en espera de pasajeros", lamenta.

"Si la situación ha cambiado (por la falta de combustible), deberían retomar el precio de dos pesos. Total, en Holguín el mismo tramo cuesta cinco pesos y son los mismos salarios de aquí", concluye.  

En este mismo sentido, Raúl, un cochero veterano, opina: "Cuando se bajó el precio, nos dijeron que era porque la mayoría de los pasajeros eran trabajadores de oficinas, maestros y enfermeras que ganaban muy poco para pagar más de un peso. Pero ya a todos ellos les subieron el salario y nosotros seguimos con el mismo precio bajo".

"No queremos subir el precio, queremos que lo vuelvan a poner como estaba antes, a dos pesos. Hasta una huelga hicimos una vez, casi nadie trabajó esos días, pero nos amenazaron con quitarnos la licencia si no trabajábamos y tuvimos que ceder".

Para contrarrestar el malestar de los cocheros, lejos de escuchar sus demandas la actitud del Gobierno ha sido ubicarlos por rutas para poder controlarlos mejor y multarlos más. Aleatoriamente los distribuyeron entre uno y otro recorrido, e incluyeron la "violación de ruta" entre las decenas de "infracciones" que son punibles.

Aun así, los cocheros podían arriesgarse y en algún momento cubrir otro recorrido. Pero ahora tienen la obligación de poner un cartel grande y bien visible en el coche, con la ruta y el precio escritos, para que si un policía los ve fuera de su tramo, los detenga y multe.

"La verdad, me siento un esclavo. No podemos gobernarnos ni decidir nada con lo nuestro. El caballo es mío, el coche también, pago mis impuestos y me obligan a coger por aquí y por allá como una marioneta", afirma Ramón, afligido e iracundo al mismo tiempo.

Los coches tirados por caballos son desde 1990 la modalidad de transporte urbano predominante en Mayarí, y la única desde que se declaró el llamado "periodo coyuntural". Sin embargo, el gobierno municipal ha dado muestras de no apreciar el rol social de estos transportistas y los asedia con un trato arbitrario y riguroso, en detrimento de sus justos intereses.

A pesar de que, recientemente, de manera oficial se anunció una recuperación parcial de la crisis de los combustibles, las habitualmente escasas salidas de ómnibus urbanos no se han restablecido aún en la ciudad cabecera, única que cuenta de manera eventual con este servicio.

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1 comentario

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