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Música

Plasmar las vidas del barrio cubano en el que no entran los turistas: la música del rapero Dkno

'Si te acuestas pensando en futuro vas a llegar tarde al presente, lo perdiste', dice Amauri Alexis Saes Ramos.

La Habana
El rapero cubano Amaury Alexis Saes Ramos, Dkno.
El rapero cubano Amaury Alexis Saes Ramos, Dkno.

A Amauri Alexis Saes Ramos (Dkno) lo conozco del barrio. La pasión por el rap nos hizo más cercanos.

Sus versos hablan de la realidad de los suburbios cubanos, muy alejados del cliché que vende a los turistas tabaco, fiesta palmeras y ron. Escucharlo rimar me recuerda a Buscapé, el personaje protagónico de la película Ciudad de Dios.

Comenzó a escribir sus letras a los 15 años, en la secundaria, relata en entrevista con DIARIO DE CUBA. "Después entré en el Servicio Militar donde con las amistades improvisaba, hasta que hice dos amigos que rapeaban y estaban para hacer un grupo, así empezamos", añade.

"A raíz de eso conocimos en una guagua al rapero Anderson y le rapeamos nuestros temas. Él nos puso en contacto con Papá Humbertico, comenzamos a grabar en Real 70 y todo salió de maravillas. Luego, Humbertico nos puso en contacto con la gente de El Bloque y otras peñas que se realizaban para que nos pudiésemos presentar ante púbico".

¿Cuáles son las temáticas que te inspiran a componer?

Temáticas sociales. La vida, lo que te pasa a ti en tu casa, lo que le pasa a los otros. No solo se trata de mí, ya he dejado de escribir de mí para centrarme en los demás. Nadie sabe lo que ocurre dentro de cuatro paredes. Hay personas que salen para la calle y se lo callan o solamente te muestran una sonrisa. Actualmente me estoy dedicando a plasmar esas vidas en papel para después llevarlo mediante la música a formato digital.

Descríbenos un día cualquiera del Dkno

Yo me levanto, poncho Ella Fitzgerald cantando "Georgia on my Mind", de Ray Charles. Voy para el trabajo escuchando música hasta el punto que la gente tiene que tirarme piedras para llamarme. Llego a la picha —una zapatería—, después regreso a la casa, me pongo a escribir, o a tararear, o a cantar, y como tal, ese es el día del Dkno.

¿Trabajas en una zapatería?

Estoy en ella desde los 16 años. Yo me fugaba del tecnológico porque tenía esta pincha en la Villa Panamericana. Tú sabes que la talla en las escuelas era llevar dinero para lo que uno quisiera hacer, ya fuera inflar, invitar a una jevita a comprarse un refresco o lo que quisiese. A parte, niño con dinero es señal de que quieres independizarte, salir de lo que te dé la pura. Por eso me metí en la zapatería, y me fugaba de la escuela para eso.

Después estuve en otros trabajos y cuadraba para que me dejaran mantener la zapatería, y le arreglaba zapatos a esa gente y más o menos resolvía. La zapatería es una forma mía de escapar, a parte de la entrada de dinero, pero de otra manera, porque siempre estoy riéndome y el mal día se arregla allí.

¿Por qué Dkno?

Man, en el verde (Servicio Militar) me pusieron así porque siempre estaba leyendo. Antes yo tenía puesto otro nombre, Mr. Wiqui, porque cuando improvisaba hacía como los scraches de las máquinas de DJ. Entonces caí enfermo y en el puesto médico pasaba todo el tiempo leyendo libros policiacos e incluso de psicología. Todo el tiempo andaba para arriba y para abajo con un bulto de papeles de rap y otro bulto de libros. La gente me comenzó a decir Dkno y adopté el nombre.

Háblanos de lo que haces en el Spoken Word

Dentro del rap siempre me han gustado esas letras poéticas, aquello que exprese más allá del lenguaje lo que pasa en el barrio, y últimamente he estado inmerso en eso. Es algo en lo cual me puedo salir del patrón y la métrica cuatro por cuatro del rap. Con esto intento ser más libre y así logro volar de otra forma.

¿Qué te gustaría transmitirle a tu generación mediante tu arte?

Me gustaría mostrarle a la gente y a mí mismo que el tiempo nunca da segundas citas. Hay que vivir el ahora, si te acuestas pensando en futuro vas a llegar tarde al presente, lo perdiste. ¿Qué hiciste hoy? No hiciste nada. Hay que aprovechar eso. Aprovechar los días, lo que quieras hacer. Últimamente lo pongo mucho en práctica, vivir el momento. Eso te crea una mezcla de emociones que te hacen sentir más que vivo.

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