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Literatura

El escritor Ricardo Riverón pide no subir el precio de los libros en Cuba

'Pudiera tener consecuencias que acabaríamos lamentando', dice el también periodista y editor.

La Habana
Un empleado en una librería de La Habana, Cuba.
Un empleado en una librería de La Habana, Cuba. Xinhua

El escritor villaclareño Ricardo Riverón Rojas pidió a las autoridades competentes en Cuba que no suban el precio de los libros, como parte de la llamada Tarea Ordenamiento

"Confieso que me resulta difícil comprender por qué, como parte de las más recientes medidas económicas, los libros deberán subir de precio. Así de entrada me parece injusto. Creo sinceramente que aumentar sus precios (...) pudiera tener consecuencias que acabaríamos lamentando", dijo Riverón en una opinión publicada en la revista oficialista La Jiribilla.

El también periodista y editor agradeció que la subida de los precios de los libros esté en un margen de cero a cinco veces, pero argumentó que la literatura en Cuba debe ser protegida y subsidiada como la televisión y la radio. 

"En una realidad como la nuestra, atar al libro a resultados económicos se puede comparar con pedirle calabazas al mango. Creo que sería saludable comprender que al libro le correspondería ser tratado con la misma lógica que reciben la TV y la radio, que solo con cultura recuperan lo que en ellos se invierte", dijo Riverón.

Riverón coincidió con el escritor Leonardo Padura en que la industria editorial de Cuba está en un momento crítico. "Sería fatal acomodarnos a ese estatus de recesión editorial, como mismo lo sería tratar de revivir la producción una vez más con el equívoco concepto de la rentabilidad a medias", dijo. 

En la Isla descendió la producción editorial "en 836 títulos y más de cuatro millones de ejemplares" en 2019 con respecto al año anterior, reseñó Riverón. Mientras en 2018 fueron 1.765 los libros publicados en Cuba, en 2019 la cifra quedó en 929, según cifras divulgadas por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). 

"No procede la alarma, pero sí la preocupación. La depresión que vive la esfera del libro es también, en buena medida, depresión (sicológica y económica) para los escritores, que tenemos la enorme y compleja misión de delinear, con nuestros libros, el rostro humano de estos días. Hoy más que nunca, en el largo período revolucionario, el libro está urgido de una mirada salvadora que, desde la alta institucionalidad, le devuelva con todo vigor la presencia en nuestro quehacer cotidiano", afirmó.

Riverón también mostró preocupación porque las ediciones de libros en Cuba se enfoquen el formato digital por el aumento del acceso a internet.

"Trasladar el grueso de la producción de libros, o su mayor parte, al terreno de lo virtual, en estos momentos marcaría un retroceso en el nivel de influencia que aspiramos a alcanzar con la creación literaria. Pudiéramos estar trayendo a un presente, ineficaz aún en ese terreno, algo que solo será patrimonio de un futuro no tan inmediato para nosotros, con la consecuente pérdida de lector es, fenómeno que ya da señales desde hace algunos años. Solo cuando lo virtual consolide definitivamente su reinado, y no con fruslerías, podremos jubilar parcialmente al libro", agregó.

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