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Economía

Aurora, Bernardo y las tinieblas de la Tarea Ordenamiento

Dos viejos y la odisea de vender su casa en medio de las nuevas medidas económicas en Cuba.

La Habana
Exterior de la notaría del municipio Plaza, La Habana.
Exterior de la notaría del municipio Plaza, La Habana. los viajes de rodolfo

La diminuta Aurora tiene 74 años, seis menos que su esposo Bernardo, un hombretón canoso de pesados movimientos. En mayo del 2020 conocieron a una pareja de médicos que acababa de regresar de la tercera misión ella, y la segunda él. La pareja de médicos llevaba 12 años casada, pero convividos menos de dos. Ese era el precio pagado para poder ahorrar y salir de su Isla de la Juventud natal, donde la cosa estaba bien dura.

Los viejos se pusieron muy contentos cuando "la parejita" se comprometió a comprarles la casa que estaban vendiendo hacía algo más de tres años. A su edad buscaban reducirse y vivir lo que les quedaba con el dinero remanente de la venta de lo que fue el hogar familiar durante 52 años, asignado a Bernardo en 1968, cuando llegó a la Habana temporalmente a pasar un curso, se enamoró de la habanera Aurora y consiguió que la empresa lo dejara viviendo en aquella casa en Lawton que estaba vacía desde el 62.

Como los viejos necesitaban un tiempo para encontrar el apartamento que comprarían, la pareja de jóvenes médicos no tuvo reparos en adelantarles el 25% del dinero, 3.000 CUC, para que "fueran tirando". Y también para que quedaran comprometidos a no vender la casa a nadie más, pues, aunque esta necesita importantes reparaciones, a los jóvenes les encantó porque es grande y bien ubicada.

Entre tanto, la situación con el coronavirus se complicó, y hasta finales de 2020 los ancianos no habían podido salir a buscar qué comprar. A partir de noviembre, Aurora y Bernardo, aun con sus achaques, visitaron 19 apartamentos y, aunque algunos les convenían e intentaron cerrar el trato, "la gente no quería vender, todo el mundo estaba esperando para hacerlo después de la unificación [monetaria]". De manera que se quedaron con los números telefónicos de los posibles vendedores y desde el 2 de enero comenzaron a llamar.

Para su sorpresa, ya nadie quería sus CUC. Ahora todo el mundo quería vender en dólares. Un pequeñito apartamento que antes costaba de 5.000 a 6.000 CUC ahora costaba más o menos eso, pero en dólares.

Un poco desesperados, los ancianos se viraron a hablar con los jóvenes médicos, pero estos les dijeron que ellos no tenían dólares, solo CUC. Lo único que podían hacer era cambiarlo a dinero cubano, pero que el trato ya estaba hecho… Y tenían razón, refunfuñó Bernardo hablando por primera vez

Al final, los jóvenes médicos accedieron a darles más tiempo para que abandonasen la casa, pero exigieron acabar de formalizar la compraventa y en eso estaban. Bernardo, taciturno, hacía la cola en la notaría desde la 4:00AM mientras Aurora, que había llegado sobre las 7:00AM, narraba sus peripecias para entretenimiento y murmullo de los presentes. No estaba claro si la intranquila Aurora y el silencioso Bernardo ya sabían lo que se les venía encima.

Con los precios actuales la cosa quedaría como sigue: tendrían que pagar en Vivienda el trámite de permuta, que pasó de 20 a 500 pesos; luego pagar el trámite notarial, que pasó de 20 a 1.250 pesos (porque su casa según un baremos estatal, que toma en cuenta dimensiones pero no calidad, estaba valorada en 287.500 pesos); también pagar el 4%, 11.500 pesos de impuestos sobre el valor referencial; y cuando compraran la otra vivienda, tendrían que inscribirla en el Registro de la Propiedad, lo que ahora cuesta unos 300 pesos; pagar el trámite notarial, que como sería un apartamento pequeño el trámite serían 600 pesos y por supuesto, pagar el 4% de esa nueva vivienda, digamos que con un valor referencia de 85.000 serían 3.400 pesos.

En total, de los 12.000 CUC en que vendieron la casa (que convertidos en CUP son 288.000), le quedarían después de trámites e impuestos 270.450 pesos, un gasto en trámites de 17.550 pesos.

Pero lo peor viene ahora: esos 270.450 pesos ya no son los poco más de 11.000 CUC que serían antes de la Tarea Ordenamiento, ahora serían, si lograban cambiarlo, poco más de 6.000 USD en el mercado negro, que es donde único se pueden conseguir.

Aurora y Bernardo vendieron la casa donde habían vivido 52 años, donde tuvieron dos hijos —ambos fallecidos— y estaban todos sus recuerdos para ahora, con suerte, poder comprar el apartamento pequeño que deseaban, pero sin que les quede ni un centavo para seguir viviendo.

Cuando a las 8:30AM comenzaron a atender en la Notaría cada cual se puso para lo suyo, pero Aurora no se calló, siguió hablando aunque no tuviera público, mientras Bernardo apenas gruñía de vez en cuando… Porque cada quien tiene su modo particular de enfrentarse al abismo.

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