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Alimentación

Ni los perros se comen el pan de la bodega en Santiago de Cuba

'El día cero fue un engendro para redistribuir el hambre y culparnos de la miseria en que vivimos', dicen residentes en la ciudad.

Santiago de Cuba
El pan vendido en la bodega a una familia de Santiago de Cuba.
El pan vendido en la bodega a una familia de Santiago de Cuba. Diario de Cuba

Para Naomi el amanecer fue duro. El nuevo precio del pan disparó la angustia y el berrinche de la familia. Su casa condensó el ambiente de frustración y dudas que reina en Santiago de Cuba a la hora de conseguir el primer alimento del día.

"Ni los perros se comen el pan de la bodega. Nunca vi un proceso de ordenamiento que dejara al pueblo con los bolsillos vacíos. De golpe y porrazo convierten el dilema de la escasez en insolvencia para quienes demandamos ese pésimo servicio", dijo Harman, su esposo.

"¿Por qué el pan tiene que costarnos 288 pesos al mes y más de 3.500 al año?", preguntó David; al tiempo que su hermana Teresa le aclaraba: "¿No te das cuenta que el 'día cero' fue un engendro para redistribuir el hambre y culparnos de la miseria en que vivimos".

"Yo no fijo precios, solo cobro la mensajería", dijo Luisín, mensajero que compra los alimentos por encargo de los vecinos, ante el aluvión de críticas de una mujer y sus hijos. "En mi casa estamos tan preocupados y decepcionados como ustedes. Tengo tres niños en la primaria, mi suegra está paralítica y el salario de mi esposa no alcanza para nada".

A todas luces, la comercialización del pan enfrenta serias dificultades en los nueve municipios de la provincia, donde el incremento los precios incendia los comentarios y provoca que se pierda la harina y el combustible.

"El pan era el salvavidas para la gente de Chicharrones y Santa Ursula. Nadie entiende que le bajen el gramaje, empeore la calidad y le suban el precio al menos 20 veces a esa porquería", dijo Yadira aseguró.

La molestia prevalece en todas las zonas urbanas y rurales del territorio, donde más de 350.000 núcleos confirman que el incremento de los salarios no traerá mayor bienestar al pueblo, tampoco viene acompañado de racionalidad y una mejor calidad en los servicios.

Aquí la textura de los panes es dura, su sabor ácido y en s mayoría se desmoronan y quedan medio crudos. A la inestabilidad de las materias primas se suman el robo del aceite, el azúcar y otros ingredientes.

Las quejas por la calidad del pan no son exclusivas de Santiago. La ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, reconoció que los cubanos dejaron de comprar el pan de la bodega por su mala calidad, tras encontrarse el 1 de enero con la subida de cinco centavos a un peso por la llamada Tarea Ordenamiento.

"Hubo casos, como el del municipio de Minas, Camagüey, donde el día primero una parte importante de la población no adquirió el producto", reconoció la ministra.

En Cienfuegos, Sancti Spíritus y Granma no compraron el pan entre el 13 y 14% de la población; en Artemisa, Mayabeque, Villa Clara y Las Tunas, el 8%; y en otros territorios entre el 3 y el 4% de los consumidores.

"Este es un alimento universal protegido por todas las naciones, pero en Cuba el Estado se desentiende. Unos podrán comprarlo todos los días; otros, cuando el dinero les alcance. Además, la industria local no diferencia entre el pienso animal y la comida para cristianos", dijo Loli, del reparto Pastorita, en Santiago de Cuba.

En los barrios de edificios multifamiliares Abel Santamaría y José Martí el rechazo a la subida de los precios tuvo una expresión concreta, más del 30 por ciento del vecindario se negó a comprar el pan.

Alberto, uno de los administradores de las panaderías del casco histórico, advirtió a los mensajeros que no podían devolver el producto, por lo que tuvieron que venderlo a criadores clandestinos de cerdos y otros compradores.

"Ojalá este fuera el mismo perro con diferente collar, porque en la práctica la Tarea Ordenamiento es un león lleno de colmillos", dijo Aurelio, de Palma Soriano; mientras que Prudencio, residente en Contramaestre, calificó los avatares del pan como "otro salvajismo socialista".

La situación contrasta con las mejoras realizadas este año a la Empresa de Cereales Frank País García, dotada según la prensa oficialista de tecnología de punta para la producción de la harina que consume la región oriental, los suplementos del yogurt de soya que utilizan la mitad de las industrias lácteas de la Isla y los nutrientes de todos los combinados pesqueros de Cuba.

Waldis González Peinado, director del molino santiaguero, declaró al periódico Granma que se eliminó "la pérdida de unas 30 toneladas diarias de harina, las prolongadas paradas por roturas y los pagos millonarios por estadía, al reducirse de 15 a cinco días la descarga de los buques".

Durante años el pan ha sido uno de los productos regulados en Cuba. A las restricciones con el gramaje se sumaron las normativas para su expendio, al punto que los domingos solo se vendía pan por la libreta de racionamiento en las ciudades de La Habana y Santiago de Cuba.

Durante 2020 funcionarios del Gobierno comparecieron varias veces en la radio y la televisión nacional para responder a las quejas de la población en torno a la necesidad de acceder a una alimentación digna.

Betsy Díaz Velázquez reconoció entonces que sobre la calidad del pan existían grandes insatisfacciones debido a las indisciplinas y las violaciones tecnológicas en las más de 1.700 panaderías de la Isla. Afirmó que esto influía en la mala calidad, el mal olor y el gramaje indebido.

Recientemente fueron detectados en Villa Clara el robo y la adulteración de 47 bolsas de núcleos enzimáticos. Con solo 10 kilogramos de ese producto se garantiza la producción y calidad de unas 208.000 unidades de pan comercializadas a través de la canasta básica.

En todas las provincias el destino final de más de la mitad este renglón importado son los paladares, las dulcerías y las panaderías particulares, pues apenas se supervisa su empleo. Quienes sustraen el producto de las panaderías consiguen jugosos dividendos de su venta en el mercado negro.

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6 comentarios

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Profile picture for user EL BOBO DE LA YUCA

?Eh, nagüe? ?Los santiagueros no son tan guapos y tan rebeldes? Aunque para decir la verdad, no me trago que venden los panes llenos de moho como aparecen en la foto: eso fue que quien los compró los dejó de lado.

Si han aguantando 61 años con alimentos de mala calidad, uno mas no hace la diferencia en eso se basa el gobierno para hacer lo que le venga en gana.

Con lo come mierda que es el pueblo lo acompañan con un poco de pan podrido y viejo . Es lo que merecen por cobardes. ¡¡A JODERSE!! No lloren. EXIJAN SUS DERECHOS , NO LOS MENDIGUEN.

Es cuestion de matematicas para el cubano: La mierda de vida de hoy o el calvario dentro de una carcel cubana por muchos años. Luchar contra ese cancer no es facil, pero si no le dan lo que merece a policias abusadores o hienas carroñeras como el Humberto .......no les quedara otra que soportar la represion 62 mil milenios como dicen los lamec.los de aquel sistema.

¿Por qué los cubanos no crean una Organización Nacional de Consumidores y Usuarios de Cuba? A través de la misma sencillamente se podrían hacer reclamaciones y presentar demandas judiciales contra este tipo de abusos. ¿Cómo puede venderse un pan con moho o hongos a los demás? En ningún lugar del mundo se hace algo así. Cuando un producto no está en condiciones óptimas o va a caducar, se retira de la venta, porque las autoridades sanitarias ya actúan constantemente revisando lo que se vende, para que no ocurran irregularidades de este tipo que afectan a la salud pública y a la vida de los ciudadanos. Vamos que se ve que todo está a manga por hombro allá... Y las autoridades: a cobrar impuestos, como en la Edad Media, pero no sale ninguno ni probando el pan o preguntándole a los ciudadanos qué piensan de la reforma y si les parece justa... Dictadura pura y dura, pero con burros y mala gente en el poder y por dondequiera. Lo peor que le podía pasar a Cuba. Aunque quedan cosas por ver...

Me imagino que su pregunta es retorica o que no es cubano. Su pregunta tiene respuesta: 62 años de terrorismo de Estado han hecho de muchos cubanos seres indolentes, con mucho miedo, con doble moral, para quienes es preferible callar y aguantar que luchar por sus derechos. Por eso el sueño de casi todo cubano es emigrar.