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Economía

Un espíritu le dio 'el aviso' y hoy su tienda de artículos religiosos da de comer a su familia

Negocios como el de Niurka prosperan en Cuba. 'Se busca por aquí, se resuelve por allá. En este país netamente religioso, muchas personas surten'.

La Habana
Niurka en su pequeña tienda.
Niurka en su pequeña tienda. DDC

Después de probar suerte sin éxito en la venta de comestibles, a Niurka le vaticinaron que tendría una tienda. Se había adentrado un poco más en la religión Yoruba y fue a una misa espiritual. "Vino un espíritu y me dijo: 'una muchacha blanca, alta, te va a dar la luz del negocio'". La profecía se cumplió. Hoy Niurka tiene un punto de venta de artículos religiosos en la Calzada de Managua, muy cerca de la Avenida Porvenir, en La Palma, La Habana.

Es Licenciada en Información Científica y Bibliotecología y tiene 55 años. De ellos, trabajó más de 20 en la Biblioteca Municipal de Arroyo Naranjo. Hace un par de años, decidió pasar al sector privado. "Vi una opción en el trabajo por cuenta propia para buscar una mejoría económica. Comencé con la venta de jugos y después de croquetas. Pero se me hacía muy difícil conseguir la materia prima, tenía que hacer colas. Era muy trabajoso y me cansé".

Después de renunciar a la venta de comestibles, estuvo un tiempo sin trabajar. Fue entonces que recibió el augurio, que en pocos meses se hizo realidad. "Vino una persona a pedirme el espacio del portal para poner una venta de artículos religiosos. Yo estaba sin hacer nada en ese momento y me puse a pensar. Le dije al muchacho que es mi ayudante 'si yo tuviera el dinero, ponía esa tienda'. Entonces, su hermana me propuso ayudarme con el dinero para comenzar. Así fue, empezamos con un poquito y fuimos creciendo. En la vida una siempre busca opciones. Probé esta y por el momento va muy bien".

Los puntos de venta de este tipo abundan porque es un negocio rentable en Cuba. Aunque la religión más practicada sigue siendo la católica (27% de la población), la Yoruba tiene un número significativo y creciente de adeptos. Incluso muchas personas que no la practican recurren a ella ante un problema laboral, de salud o de otra índole. Para realizar las obras que suelen recomendar babalawos, usualmente necesitan objetos que se venden en estas tiendas.

Para Niurka no se trata solo de ganar dinero. Considera importante respetar a la persona que tiene un problema y llega en busca de solución, y, sobre todo, respetar y conocer la religión. Ella misma coronó Oggún (un santo guerrero).

"Es mi opinión: la persona (si no es religiosa) tendría que estar muy, muy consciente de lo que está haciendo para no afectar la religión. Se debe tener un conocimiento. Por ejemplo, las herramientas de cada santo. Cada uno lleva una cantidad, que tienen su forma y sus características. En el caso de Oggún, mi ángel de la guardia, el chiquitico lleva nueve herramientas, no puedes vender ni siete ni diez. Si falta o sobra una, el santo no está equipado como debe estar".

"A lo mejor viene alguien que no sabe mucho y al que vende lo que le preocupa es que ya vendió. Eso no puede ser. Eso va en la honestidad y en el corazón de las personas, en querer hacer las cosas bien. A mí me gusta hacer las cosas bien hechas, si no, no las hago. En lo que no sé, no me meto".

La dificultad para llevar adelante este negocio radica en conseguir productos de la mayor calidad. "Por suerte, se busca por aquí, se resuelve por allá. Hay mucha diversidad y en este país netamente religioso, muchas personas surten. La mayor parte de las cosas se consiguen por encargo".

Los artículos más solicitados son las velas y la cascarilla. "Son los que más se utilizan en cada ceremonia que se le vaya a hacer a un santo. Casi todas llevan una vela, un poco de cascarilla”. Niurka, además, vende sayas de siete colores, tinajas, jícaras, collares, abanicos, sombreros, cestas de mimbre, bolsas confeccionadas con pieles de animales. "Eleguá y Oggún, que son santos guerreros, llevan la bolsa. Todo está en dependencia del santo que sea".

Mientras converso con ella, llegan dos muchachas a preguntar si allí venden la Letra del Año. Niurka saca unas hojas de papel y se las da. Si la clientela pide un artículo que ella no tiene, sale a buscarlo y lo incorpora a la oferta. Si nota que alguno no tiene salida, lo elimina.

Abre de lunes a sábado, de 9:00 AM a 6:00 PM. Aunque alterna con su ayudante en la atención a los clientes, ella se ocupa principalmente de llevar las cuentas y los papeles del negocio.

Niurka considera que no es un negocio para enriquecerse, pero afirma que le va bien. "Una se adapta; el día que hago 10, me adapto con 10, y si hice 500, me adapto con 500". Es suficiente para vivir, no necesita realizar otro trabajo. De hecho, gracias al negocio pudo hacerse santo y, aunque su pareja hace algunos trabajos por su cuenta, la venta de artículos religiosos es la principal entrada económica del hogar. 

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6 comentarios

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Profile picture for user EL BOBO DE LA YUCA

Para ser mas informativo, le faltó poner algunos precios.

Un país inmerso en religiones q no fundan escuelas ni hospitales ni cuida enfermos ni asiste
a jóvenes descarriados deja un vacio de posibilidades.

Y cuidado otro espíritu se la cierre y decomise sus artículos para el gobierno...

Profile picture for user Guarapo

Discrepó completamente de la autora Cuba ni fue ni es un país religioso, otra cosa es que en su desesperada existencia cualquiera se cuelgue de un clavo ardiente.

Profile picture for user Amadeus

Esto da para un documental de National Geographic.