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Economía

'Los cuentapropistas quedaremos como los villanos cuando tengamos que aumentar los precios'

El Gobierno estaría tratando de 'persuadir' a 'cuentapropistas' que desconfían del futuro de sus negocios para que no devuelvan sus licencias.

La Habana
Pequeño negocio privado en La Habana.
Pequeño negocio privado en La Habana. Diario de Cuba

El proceso de unificación monetaria y cambiaria, llamado por el Gobierno "Tarea Ordenamiento", representará un nuevo escollo a superar por los trabajadores del sector privado cubano a partir del 1 de enero.

Con el aumento entre tres y cinco veces de las tarifas en los servicios públicos de electricidad, gas y agua potable, gran parte de los negocios privados estarán obligados a considerar el cierre definitivo.

"Sin importar cuánto aumenten los salarios estatales, obligatoriamente los cuentapropistas tendremos que subir nuestros precios por dos razones obvias: por el aumento del costo de bienes, productos o materias primas y por el incremento de las tarifas de electricidad, gas y agua", señaló Renata Guzmán Oliva, dueña de una cafetería en Nuevo Vedado.

"Un simple pan con tortilla costará cuatro o cinco veces su precio actual, no solo por el aumento del precio del huevo, el pan y el aceite, sino porque a partir de enero sí tendremos que incluir en la inversión la subida del gas", ejemplificó Guzmán Oliva. Recordó que, en la mayoría de los casos, los precios en cafeterías y pizzerías privadas no incluían los gastos en electricidad, gas y agua.

"Se puede decir que la mayoría de los cuentapropistas subsidiábamos a los clientes al no incluir esos gastos en los precios de cada producto", apuntó su esposo, Rolando Acuña Prieto, quien decidió cerrar su ponchera, un negocio que requiere altos consumos en electricidad y agua.  

"Como toda 'tarea' emprendida por el Gobierno, esta tampoco ofrece margen ninguno para la prosperidad que deseamos como trabajadores que somos. Contrario a lo que siempre se habla contra nosotros, los cuentapropistas sí tenemos en cuenta al pueblo porque sencillamente somos parte de él y compartimos la misma realidad. El final ya lo sabemos: los cuentapropistas quedaremos como los villanos cuando tengamos que aumentar los precios, pero es eso o cerrar nuestros negocios", añadió Acuña Prieto.  

Aunque el Gobierno permitirá que el sector privado reajuste precios de sus servicios, tampoco será en este caso bajo las reglas de oferta-demanda, o de costo-beneficio, sino bajo las limitaciones que impongan las autoridades asignadas a su fiscalización. Según advirtió Marino Murillo Jorge, jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos del Partido Comunista, "los precios de los bienes y servicio que ofertan las formas no estatales del país también subirán", pero nunca podrán ser "especulativos ni abusivos".

Históricamente demonizado y hostigado por el régimen, el sector privado estará sujeto a un mecanismo que, en definitiva, funcionará como un tope en los precios, según se puede interpretar de las afirmaciones de Murillo: "El diseño es que el precio de los bienes y servicios de este segmento [el sector privado] suba hasta tres veces y no más, porque a pesar del incremento de sus costos la carga tributaria le va a bajar".

En una intervención en el VI período de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular esta semana, Murillo anunció una pronta resolución del Ministerio de Finanzas y Precios que autorizará a los gobiernos hasta nivel municipal a poner límites a los precios del sector privado.

"Lo que se olvidaron de explicar es que, de ninguna manera, el descenso de los impuestos podrá equiparar, ni siquiera aliviar, los gastos en la electricidad, el gas y el agua", atajó Lázaro Valdés quien desde hace diez años administra una cafetería privada en una barriada habanera cuyos habitantes tienen bajos ingresos económicos.

"Esa supuesta ganancia, al bajar la carga tributaria, es la que tendré que invertir en pagar electricidad, gas y agua, y en aumentar el salario a mis trabajadoras. Porque se habló muchísimo sobre el aumento a los salarios de trabajadores estatales, pero nunca se mencionó a los trabajadores privados, ni a la cuenta de quién va ese aumento", señaló Valdés, quien se encuentra en la encrucijada de despedir a tres de sus cuatro empleadas para cubrir los gastos de los servicios imprescindibles para su negocio.  

Aunque no se pudo confirmar con funcionarios de la Oficina Nacional de la Administración Tributaria (ONAT), varios trabajadores privados habaneros aseguraron que no se estaban admitiendo las "cancelaciones de licencias operativas por decisión personal del cuentapropista".

"Nos están dando mucha vaselina para que no entreguemos las licencias; que primero probemos porque, dicen, se están valorando alternativas para que la afectación a los cuentapropistas sea mínima", dijo Gloria Martínez Domenech, administradora de una pizzería en Centro Habana, quien al sacar cuentas entre el aumento de las tarifas —fundamentalmente de gas y agua potable—, el incremento previsto por el encarecimiento de las importaciones y el salario a los empleados, llegó a la conclusión de que "no tiene ningún sentido sostener ni el más pequeño de los negocios".  

"Saben que una masiva cancelación de licencias por decisión personal de los cuentapropistas podría verse desde afuera como una protesta contra la llamada 'Tarea Ordenamiento'. Por otra parte, reconózcase o no por el Estado, el sector privado es la fuente de empleo más codiciada entre los cubanos y, sin duda, también aumentará el desempleo para poder cubrir los gastos del gas, el agua y la electricidad".

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