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Cine

Kim-Ki-duk, otra víctima del coronavirus

El famoso cineasta surcoreano murió rechazado por la industria debido a acusaciones de violencia sexual.

Madrid
Kim Ki-duk.
Kim Ki-duk. EFE

El cineasta surcoreano Kim Ki-duk, de 59 años, falleció la pasada madrugada por complicaciones derivadas del Covid-19. En el momento de su muerte Kim se encontraba en Letonia, donde se especula que buscaba locaciones para un nuevo largometraje, aunque otras versiones aseguran que buscaba fijar residencia en este país para huir de las acusaciones de acoso sexual que durante un año y medio le persiguieron.

Antes de alcanzar fama mundial con filmes como Wild Animals (1997), La isla (2000) y Primavera, verano, otoño, invierno… y primavera (2003), y ser premiado en los festivales de cine de Berlín, Cannes y Venecia, Kim tuvo una vida azarosa donde ejerció varias profesiones. Primero se dedicó a la albañilería, luego fue marine del ejército de Corea del Sur y más tarde pintor y escultor de academia en París.

Los 23 largometrajes filmados por Kim Ki-duk afianzaron su carrera, sobre todo en los circuitos cinematográficos europeos, donde se suele premiar el llamado "cine de autor" por encima de los éxitos taquilleros propios del mainstream hollywoodense. En la obra de este director destaca la convivencia e interdependencia entre lo sexual y lo violento, lo cual le ganó fama de "rompedor de tabúes", pero también de "misógino mediático". Estos rasgos característicos de su filmografía hicieron que no pocas veces se prohibiera la exhibición de sus películas en los cines de varios países, incluyendo Corea del Sur.

El último gran escándalo de Kim ocurrió en 2017, cuando una actriz le acusó de violencia sexual durante el rodaje de Moebius. Según el testimonio de la víctima, el cineasta la golpeó varias veces para obligarle a participar en una secuencia de sexo explícito de la cual ella no había sido informada. Con el auge del #MeToo, otras tres actrices se sumaron a la denuncia, que involucraban también al actor fetiche de Kim, Cho Jae-hyun, aunque finalmente no presentaron cargos en los tribunales. El director de Hierro 3 (2004) contraatacó a la actriz mediante una demanda por daños y perjuicios a su imagen, pero la situación quedó en tablas al desestimarse ambas acusaciones.

Durante su último año de vida, Kim-Ki-duk intentó rehacer su carrera luego de ser rechazado por sus productoras habituales, debido a la sombra de la acusación por violencia sexual que le acompañaba. Su último filme expuesto, Dissolve (2019), solo pudo ser rodado en Kazajistán, donde a pocos parecía importarle la mala fama adquirida. 

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