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sociedad

Funcionario cubano niega que el Jazz Café se vaya a convertir en una tienda en dólares

'Seguirá siendo un lugar de la noche habanera, para los amantes de jazz y de la buena música cubana', dice Luis Carlos Góngora Domínguez.

La Habana
Mural en el Jazz Café de La Habana.
Mural en el Jazz Café de La Habana.

Luis Carlos Góngora Domínguez, coordinador de Programas en el Gobierno provincial de La Habana, negó el lunes que el club Jazz Café vaya a transformarse en una tienda en dólares, tras las protestas de artistas cubanos en sus redes sociales por el cierre del espacio.

"A pesar de todas las publicaciones que lo afirman, el Jazz Café seguirá siendo un lugar de la noche habanera, para los amantes de jazz y de la buena música cubana", dijo Góngora Domínguez en una publicación en su perfil de Facebook que tituló con letras mayúsculas "El Jazz Café no será una tienda en MLC".

"Los operadores de ese emblemático espacio han asegurado que, al concluir los trabajos de reparación en el mismo, comenzará su montaje y restablecimiento para el servicio al público", añadió el post publicado por el sitio oficial Cubadebate.

El funcionario no ofreció una fecha para conclusión de las obras. 

Uno de los primeros en denunciar el cierre del club, ubicado en el tercer piso del edificio Galerías Paseo, en el Vedado, fue el fotógrafo Carlos Hueso, trabajador del Centro Nacional de Música Popular. Fue él quien afirmó que el espacio dejaría "de ser un elegante y popular centro nocturno", y sería reconvertido "para ventas comerciales" en MLC.

El trovador Frank Delgado también se había sumado a las críticas y la musicóloga Rosa Marquetti, por su parte, recordó todos los espacios culturales que han desaparecido en la Isla.

La noticia del cierre también generó contrariedad entre otros artistas cubanos como Telmary, Toni Pinelli, Luis Alberto Barbería, Juan Carlos Piñol, Osdalgia, Lizt Alfonso, Vicente Feliú, Raúl Martín, Roly Berrío y César López.

La apertura de las tiendas para la compra exclusiva en divisas ha incrementado las desigualdades entre cubanos, devaluado el CUC y generado una oleada de desacuerdo en medio de lo que muchos han definido como "apartheid económico".

A pesar del malestar de los cubanos que solo tienen acceso al peso cubano, el viceprimer ministro, Alejandro Gil, dijo que estos comercios se mantendrán en medio de los planes de unificación monetaria del Gobierno, pues justificó que "cumplen la función" por la que fueron establecidas.

El Gobierno argumenta que las ventas en MLC buscan captar divisas que salen del país, mantener una oferta legal de productos que estaban ausentes en los establecimientos estatales, conectar a la industria nacional con ese mercado y utilizar los recursos captados para financiar parcialmente las ofertas en las tiendas en CUC.Sin embargo, meses después de que abrieran los primeros establecimientos en varias ciudades los cubanos no han visto mejoría. Muchos comparan la situación de desabastecimiento con el peor momento del llamado "Periodo Especial".

Recientemente el periódico Venceremos de Guantánamo publicó una queja de los ciudadanos porque las confituras colocadas en las vidrieras de uno de esos establecimientos provocaban el llanto de los niños, ante la imposibilidad de ser adquiridos por sus padres, que no tienen acceso a las monedas foráneas.

La semana pasada el narrador, ensayista y poeta cubano Pedro de Jesús López Acosta calificó la apertura de una de estas tiendas en su localidad de residencia como un hecho "tristísimo" para muchos que viven solo de su salario o su pensión y no podrán comprar productos de primera necesidad, que no existen en ningún otro lugar del pueblo.

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