Back to top
Cine

Estar pensando en dejarlo

¿Nuestra mente es capaz de proyectar una solución fuera de los marcos del universo que conocemos? Charlie Kaufman estrena en Netflix su tercer filme.

Madrid
Fotograma de 'I'm Thinking of Endings Things '.
Fotograma de 'I'm Thinking of Endings Things '. IMDB

"Jake y yo tenemos una conexión de verdad, un apego raro, intenso. ¿Cuánto llevamos...? ¿Un mes? Me siento muy atraída hacia él, aunque en realidad no sea precisamente guapo. Voy a conocer a sus padres por primera vez, al mismo tiempo que estoy pensando dejarlo. Jake dijo en una ocasión que 'A veces un pensamiento está más cerca de la verdad, de la realidad, que una acción. Se puede decir cualquier cosa, se puede hacer cualquier cosa, pero no se puede fingir un pensamiento'. Y lo que estoy pensando es que no quiero estar aquí. Estoy pensando en dejarlo."

Esto se dice la protagonista de la tercera película de Charlie Kaufman. Las dos películas anteriores del guionista y director de culto norteamericano (Synedoche New York y Anomalisa) fueron guiones originales de su autoría, pero en esta ocasión se lanzó con la adaptación del betseller I'm thinking of Ending Things del autor canadiense Iain Reed.

Esta, su tercera película es de esas que hay que ver en más de una ocasión porque se hace muy difícil de absorber en un primer visionado.

La primera vez que la vi me llamó la atención cómo el montaje de imágenes y la voz en off competían, resintiendo incluso la recepción del espectador, dificultándole su entrada a la película debido a lo abigarrado de la construcción. Sin embargo, durante un segundo visionado percibí el estar "fuera" como una posición privilegiada desde la cual se establecía una complicidad con Lucy, el personaje protagónico que está atrapado e intenta alertarnos de su parálisis.

Con el título del filme, Kaufman sugiere la idea de una acción en la que se ha meditado pero que no se ha llevado a cabo (Del dicho al hecho hay un largo trecho...) Hay títulos de películas que se resignifican a medida que avanza la narración y cuando aparece la primera línea de los créditos finales tenemos la certeza de que no podría titularse de otra manera. Tal es el caso de esta película, que nos sitúa delante de un secuestro, el de nuestra capacidad de llevar a la práctica nuestros deseos.   

Desde el inicio sabemos que Lucy quiere dejar a su novio Jake y la trama va estar atada a esa pulsación que ha sentido ella respecto a su pareja. Hay una imagen clave en la película, la de un cerdo que, al estar postrado, los gusanos se lo van comiendo en vida. Lucy podrá fingir que todo está bien, pero no puede engañar a su consciencia.

Los recursos de la mente pueden parecer inabarcables, pero el arsenal de herramientas que poseemos es finito. Kaufman sugiere que nuestra mente está curtida por lo que hemos consumido y por lo tanto será imposible saltarse ese cerco en el que nos hemos construido.

¿Cómo sabemos que nuestras decisiones —esas que pueden afectar el curso de nuestra vida— las tomamos satisfaciendo una necesidad personal? Es decir, esas decisiones realmente satisfacen a nuestra naturaleza o satisfacen a una imagen ficcional de nosotros mismos. ¿Nuestra mente es capaz de proyectar una solución fuera de los marcos del universo que conocemos?

En esta, su primera producción con Netflix, Kaufman ha logrado que el monstruo de la televisión streamming le produjera una película que se resiste a dejar de explorar el lenguaje cinematográfico. Aunque solo sea un oasis dentro de ese mar de películas insulsas que se pueden encontrar en el catálogo de Netflix, Kaufman sigue la brecha que Alfonso Cuarón abrió con Roma y deja caer este nuevo título en esas aguas.

I'm Thinking of Endings Things es de esas películas que nos devuelven las ganas de seguir apostando por un cine que, aunque plagado de excesos, no pierde su capacidad para asombrarnos.  

Archivado en
Más información

Sin comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.