Un grupo de 48 migrantes cubanos, en el que se encuentran tres mujeres embarazadas y tres menores de edad, uno de ellos con discapacidad física, permanece en un precario campamento ubicado en la región rural de La Cruz de Guanacaste, Costa Rica, en espera de poder continuar su trayecto hacia el norte.
Se trata de los últimos en partir de los aproximadamente 400 cubanos que en el mes de agosto quedaron varados en la localidad de Peñas Blancas, fronteriza con Nicaragua, según un reporte de Radio Televisión Martí.
Adam Ramírez Arango, uno de los migrantes que se mantiene en la región costarricense, afirmó al medio estadounidense que el resto de los cubanos partieron de forma irregular hacia la frontera de México con Estados Unidos.
El primer obstáculo del camino es penetrar en Nicaragua, un país que mantiene sus fronteras cerradas debido a la pandemia del coronavirus y solo permite el paso a quienes porten un examen PCR con resultado negativo.
Mientras tanto, el Gobierno de Costa Rica no ha manifestado intención de deportar a los 27 hombres, 18 mujeres y tres niños que permanecen custodiados por agentes de la Dirección de Inmigración.
Adam Ramírez, uno de los cubanos que se encuentra en el campamento mostró imágenes del lugar, donde se puede ver como unas débiles casas de campaña los protegen de la constante lluvia, que convierte al terreno exterior en puro fango.
Otro de los migrantes cubanos, José Ángel López, contó a Radio Televisión Martí que tras cruzar la selva del Darién decidió quedarse en Costa Rica, donde ha tenido experiencias "duras", pues sus derechos como emigrante y como trabajador "nunca fueron respetados".
López calificó a las condiciones de vida en el campamento como "duras y críticas", y afirmó haber ido a diversas instituciones como la Agencia de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) a pedir ayuda sin éxito.
Sin embargo, el medio de prensa dijo haber consultado a los representantes de ACNUR, quienes aseguraron que desde el primer momento la agencia se hizo presente en el lugar y asistió al Gobierno en las necesidades humanitarias del grupo.
Yonalky Ruiz, una de las embarazadas del grupo, llegó al campamento junto a su hijo de 12 años y su esposo en el mes de agosto de este año.
"Me encontraba en condiciones de calle, no tenía para pagar el alquiler y nadie me ofreció ayuda, por eso estoy aquí", afirmó la mujer, que tiene cinco meses de embarazo, padece de diabetes y parálisis en su brazo derecho
La mayor parte del grupo de cubanos llegó a Costa Rica después de haber cruzado la selva del Darién, mientras los demás lo hicieron a través de Nicaragua, principalmente entre octubre y abril del pasado año.
Por el momento, ninguno de los cubanos que permanecen en el campamento se ha infectado de coronavirus, pese al incremento de casos en las últimas semanas en los alrededores del lugar, por lo que las autoridades costarricenses han decretado la alerta naranja.
De acuerdo a las cifras de la ANCUR más de 1.000 cubanos han llegado a Costa Rica en lo que va de año, una cifra elevada al tener en cuenta las amplias restricciones migratorias aplicadas en la región para enfrentar la pandemia del coronavirus desde el mes de marzo.
