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Sucesos

Turistas catalanes gritan 'presos políticos' en La Habana, ¿a Pedro Sánchez o a Díaz-Canel?

Sánchez ha entregado a Eusebio Leal la silla de Antonio Maceo pidiendo que ello sirva para 'el reencuentro entre los pueblos'.

La Habana

El gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, y su esposa, Lis Cuesta, han acompañado este viernes al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez y a su mujer, Begoña Gómez, en un breve paseo por La Habana Vieja, guiados por el historiador de la ciudad, Eusebio Leal, reportó EFE.

Los cinco han paseado por las calles de la zona colonial de la ciudad, la más cuidada, restaurada y visitada por los turistas, atendiendo las explicaciones del historiador y, pese a las fuertes medidas de seguridad, han saludado a decenas de españoles que hacían turismo y también de cubanos, sorprendidos por la presencia de Díaz-Canel.

A diferencia de lo que sucedió en 1999, cuando los Reyes de España y el presidente José María Aznar pasearon por una Habana Vieja cerrada al público, la comitiva hispano-cubana ha paseado entre turistas y curiosos, desde colegialas uniformadas y una señora de Sevilla que le daba la enhorabuena desde lo lejos y, al final, un pequeño grupo de turistas catalanes que ha gritado "presos políticos". El ministro de Asuntos Exteriores español, Josep Borrell, se ha parado mirándolos, y éstos le han respondido asegurándole que no le iban a escupir.

Borrell acusó esta semana a un diputado del partido independentista catalán Esquerra Republicana Catalana (ERC) de haberlo escupido tras una agria discusión durante una sesión del Congreso de los Diputados de España. ERC es una de las formaciones políticas que se opone a la prisión de varios dirigentes soberanistas catalanes, cuya sanción califica de política.

Díaz-Canel, con quien Sánchez se reunió este jueves en el Palacio de la Revolución, ha acompañado el viernes a la delegación española, primero en el foro empresarial hispano-cubano y después en el acto de entrega de la silla de Antonio Maceo, que permanecerá dos años en Cuba.

La silla, hecha de madera de palmera y con la estrella cubana y las iniciales del héroe de la independencia talladas en su respaldo, fue un botín de guerra que el general Valeriano Weyler llevó a Mallorca en 1896, tras la batalla en la que murió Maceo, dos años antes de que la Isla lograse por fin la independencia.

Sánchez se la ha entregado a Eusebio Leal, en presencia de Díaz Canel, apostando por que ese acto simbólica "sirva para mirar al pasado con vocación de aprender de la historia y sobre todo para poner el acento en el reencuentro entre los pueblos".

El jefe del Ejecutivo español ha acudido después a la galería Lab 26 a inaugurar la exposición Archi Papers, de arquitectura española, y esta tarde ofrecerá una recepción a la colectividad española en la residencia del embajador español, antes de reunirse con representantes de la sociedad civil cubana.

 

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