Back to top
Cultura

Vuelve la vida artístico-cultural a las calles, más o menos

Peor que el lento despertar del arte en la Isla es la celebración de la Jornada Oficial por la Cultura Cubana, que amenaza con hacernos perder el sueño.

La Habana
Una acróbata del Circo Nacional de Cuba.
Una acróbata del Circo Nacional de Cuba. ACN

Mientras la policía política se dedica a reprimir a artistas y activistas independientes, la vida cultural cubana —sobre todo habanera— se va reponiendo poco a poco. Las instituciones se desperezan primero. El sector privado, más cauteloso, al parecer aguarda a saber los pormenores prácticos del nuevo orden para lanzarse (de cualquier manera, los bares y los  conciertos están vetados, por ahora mucho no pueden hacer).

Los cines han sido los primeros en abrir, el 10 de octubre. Los teatros retomaron su actividad este fin de semana. Salvo El Ciervo Encantado, que ha empezado también el día 10 con un estreno, la mayoría ofrece reposiciones, pues ha sido imposible montar una obra nueva (a no ser un unipersonal, como el de El Ciervo). El Festival de Teatro de Camagüey, por ejemplo, que hubiera sucedido del 10 al 18 de octubre, tuvo que suspenderse por la epidemia.

El Circo Nacional de Cuba, por otra parte, ha querido empezar de un salto y propone dos nuevos espacios —las salas Covarrubias y Avellaneda del Teatro Nacional— más la habitual carpa Trompoloco.

Las galerías de arte, en cambio, se lo están tomando con más calma. Quizás porque la frontera entre una apertura de artes plásticas y un bar abierto es borrosa y no quieren terminar inaugurando un evento de coronavirus, esperan. De momento, seguimos con las muestras online.

Confinada también al ciberespacio queda la música, con sus conciertos transmitidos por el canal Clave y las redes sociales. "Nosotros vamos a ser los últimos", me dice un compositor de salsa deseoso de pisar otra vez La Casa de la Música. En cuanto a la literatura, poco o nada se anuncia de lanzamientos de nuevos títulos. Casa de las Américas inicia de manera virtual la cuarta edición del Coloquio Internacional de Estudios sobre Culturas Originarias de América, que no atraería mucho público, de cualquier manera.

Paralelo a este lento despertar transcurre algo peor, que acarrea la antipatía de una efeméride:

Jornada Oficial por la Cultura Cubana

Coincidiendo con la transición a la Fase 3 en La Habana y la “nueva normalidad” en casi toda la Isla, comenzó también la Jornada por la Cultura Cubana, que organiza el Ministerio de Cultura, este año dedicada al centenario de Alicia Alonso, los 50 años de Elpido Valdés, los 90 de Omara Portuondo y del Premio Nacional de las Artes Plásticas, Alfredo Sosa Bravo.

Durante un período de diez días, entre el 10 y el 20 de octubre, se llevarán a cabo actividades regularmente deprimentes, que el lector juzgará por las etiquetas que impulsan: #LaTierraDeMisAmores, #ElMambí, #Elpidio50, #ConLaMismaEstrella. El Ministerio de Cultura promete, así mismo, que la campaña #ElMambí —cuyo único acierto ha sido rescatar la versión que Santiago Feliú hiciera de la canción homónima— va a inundar las redes sociales, vencedora.

En esta celebración de la Jornada, suelen iluminarse los pequeños centros culturales olvidados y son noticia actividades como la descarga en la Dirección Provincial de Cultura de Pinar del Río del Dúo Pachibet y los escritores Alberto Peraza y Teonila Álvarez, el homenaje en Sancti Spíritus a los 60 años de labor artística de la Orquesta Las Cuevas de Trinidad, o el festival holguinero Pepe Ajo, dedicado al órgano oriental, de la Casa de Cultura de Buenaventura —evento online, como muchos otros este año.

Entre lo más destacado, puede citarse el Festival de Videoclip Moviendo, de Guantánamo, que redujo su programación por la pandemia y solo anunció la transmisión de su gala de premiación por Youtube; una lectura virtual de poesía organizada por el centro Cubapoesía y, en vivo, un conversatorio en el Centro Cultural Dulce María Loynaz sobre el Sistema de Ediciones Territoriales creado por Fidel Castro hace 20 años.

La guinda del pastel la constituyeron dos eventos: una conferencia en Bayamo por el Día de la Cubanía, del exministro Abel Prieto, y la próxima estatua que el Museo de Cera amenaza con propinarnos. No sabemos con cuál perderemos más el sueño.

Archivado en
Más información

Sin comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.